8. LORI MEYERS – «Veneno Polen«
Lori Meyers han apostado en su versión por reducir toda la intensidad de la brutal «Veneno Polen«, canción que abría en 1998 uno de los mejores discos de Niños Mutantes «Mano, Parque, Paseo«:
Niños Mutantes: «A estas alturas de la película no vamos a descubrir a nadie quiénes son Lori Meyers. Pero hubo un tiempo en que no era así…
Corrían los últimos años de la ruidosa década de los 90 y en los mentideros de Granada comenzaba a circular cada vez con más fuerza un rumor. Loja siempre fue cantera musical de la ciudad de la Alhambra y proveniente de aquellas latitudes empezamos a oír hablar de unos tal Lori Meyers, el nuevo descubrimiento de la factoría Loja Sound. Unos niños aventajados con exquisito gusto musical que al parecer eran unos cracks. Años mas tarde, en algún escrito sobre ellos, Nani los calificaría como los empollones de la clase.
Algunas canciones después, el rumor no hizo más que constatar un hecho evidente. Habían llegado, se hicieron grandes, muy grandes, y se quedaron para siempre.
Asiduos como éramos de los garitos en los que se practicaba rocanrol con nocturnidad y alevosía, conocí a los lori personalmente antes que a su música. Salir una noche y no saber dónde ni cuándo ni cómo ni con quién ibas a terminar era la tónica habitual. La conjunción de música, humo y bares suele provocar una curiosa exaltación de la amistad que ha servido de argumento para no pocas películas y/o canciones. Uno de aquellos días, la fiesta y su séquito musical recaló en Loja, nada excepcional en aquel entonces. Andaban por allí algunos loris y le pedí a uno de ellos que me pusiera algo de su grupo, a ver de qué iba todo aquello de lo que tanto había oído hablar. Aún guardo aquella maqueta, que por supuesto me llevé de regalo. Y aquel recuerdo. Creo recordar que lo primero que oí en casa de Julián y Alejandro fue el tema “viaje de estudios”. Estaba claro que aquello iba a ser un melocotonazo. No sé cuánto tiempo después de aquel día tardaron en grabar su primer disco. El resto es historia.
Algunas de las mejores canciones de las últimas décadas llevan su firma. Y algunos de los conciertos en los que más he disfrutado, también. Nuestro idilio es un hecho manifiesto desde el principio, y alguna vez lo hemos hecho público en colaboraciones sobre el escenario, tanto en conciertos suyos como nuestros.
En varias ocasiones he oído hablar a Noni con Juan Alberto sobre Mano, Parque, Paseo y lo que había significado para ellos. Una banda de Granada con su primer disco, era algo que había que oír con detenimiento. Para unos suponía un sueño cumplido, para otros una meta a la que llegar. Entonces no podían imaginar que su meta estaría mucho más allá de eso.
Y de repente pasan veinte años, que son nada, aunque no vivamos con el alma aferrada a ningún dulce recuerdo, sino más bien tratando de alcanzar el futuro (o el destino). Es bien sabido que las fechas que acaban en cero invitan a echar la vista atrás y ver todo lo que ha pasado, pero hemos de confesar que nosotros no practicamos demasiado el noble arte de la nostalgia. En esta caso, el señor Josiño Carballo decidió hacerlo por nosotros invitando a algunos amigos a revisitar el cancionero mutante, dando forma a un disco que se llamará Mutanciones y que ya se ha convertido por derecho propio en uno de los mejores regalos de nuestra vasta a la par que digna existencia.
Una de las primeras canciones en llegar fue Veneno-Polen, desprovista de las toneladas de distorsión con las que se concibió y convertida en una tonada lenta y melodiosa con unas armonías que sólo Lori Meyers saben conjugar con tanta maestría. “Menudos cabrones…” es lo que suelo decirles a Noni, Alejandro y Alfredo cuando oigo sus canciones por primera vez. Espero con ansias sus nuevos discos y suelo escuchar alguna premezcla antes de que vean la luz. Ellos no lo saben (o sí) pero espero ese momento cada vez que hay nuevo disco, me produce excitación y nervios, voy en su busca y cuando lo oigo siempre me sorprendo a mí mismo pensando, “no puede ser, menudos cabrones, lo han vuelto a hacer…”. Esta vez la sorpresa fue diferente, algo más profunda y mucho más emotiva. Sí, lo han vuelto a hacer. Se han apropiado de un tema mutante, lo han fagocitado y lo han convertido en otra canción para el recuerdo. Así es la música y así son Lori Meyers.»