‘Uve’ demuestra una vez más la versatilidad de la banda y el uso del humor como vía de escape a tanta ponzoña

Llego nerviosa a la cita con Estanques. Me toca esperar porque he llegado demasiado pronto y porque van con retraso en una tarde donde el sol acribilla si te quedas parado. Por fin me siento y tengo alrededor a Íñigo, Germán y Conti frente a unas cañas y mi móvil en modo grabadora.

Les pregunto por ‘Uve’, su estridente y monumental último disco, y la entrevista va como una bala, con el mismo tempo que han dedicado a su psicodelia esta última vez. Son paisanos y eso es lo único que me consigue relajar un poquito el tiempo que estuve con ellos. Son unos chavalucos que dominan el show dentro y fuera de los escenarios. Publicamos esta entrevista a escasos días de su rotunda intervención en la edición del Tomavistas 2024.

El disco, uno de nuestros destacados de mayo, que habéis sacado está muy guay, enhorabuena por él. Tiene semejanzas con el homónimo que lanzasteis en 2019.

I: Yo también lo creo, la verdad.

Tú mismo lo has grabado y producido. ¿Cómo te has llevado contigo mismo en el estudio de grabación? ¿Has quedado satisfecho o te ha quedado la cosa esa de poder haberlo hecho mejor?

I: Bien, no discuto con nadie (risas). Y, en cuanto a la segunda pregunta, eso nunca porque al final aunque llevo un poco el groso, siempre vamos haciendo cosas a la par.

G: Haber dejado la guitarra de ‘Don Ding-Dong’.

I: Bueno, sí, ese tipo de cosas… Una guitarra que se me olvidó. Hay una canción que ha salido sin guitarra porque se me olvidó meterla. (risas). Ese tipo de cosas molan. No es porque sea distraído, es porque hago ochocientos procesos que tienen que hacer doce personas, entonces se me ha olvidado una guitarra.

Al pasarlo por cinta, puse una pista de silencio encima, pero era una guitarra que no se oía casi por eso no me di cuenta, iba doblando el bajo. Pero esas son las cosas guapas de los discos.

Al final supervisamos todos, así que no hay muchas movidas en cuanto a si se podía haber hecho mejor. Hay muchas guitarras que ha grabado Germán. Con Conti acabé el disco, digamos todo el orden, estuvimos mano a mano ahí, no es que lo haga yo sólo siempre.

Cerrabais etapa con Anni en el Bee Week de este año, que han sido desde que sacarais el disco en 2022 casi dos años, y volvéis a lanzar un nuevo trabajo en solitario. ¿Cuándo habéis descansado? Porque parece que hayáis solapado la gira con la creación de ‘Uve’.

C: Sí, y la gira de Estanques.

I: Este disco está hecho antes del que hicimos con Ana: entre la gira hemos hecho el nuevo, o sea el sexto, que lo tenemos a medias.

En este disco había un descarte de doce canciones y también han estado ahí algún día y volverán a estar.

O sea, ¿Tenéis pensado hacer otro?

I: Teníamos pensado hacer un disco doble con ‘Uve’ y, cuando lo quitamos, empezamos a hacer el sexto disco, y ahora tenemos medio disco que saldrá algún día.

G: Y a ver los descartes también…

I: Sí, con los descartes habrá que hacer algo.

 
«Sí, he podido perder el miedo a cantar, pero igual ha sido hasta un error perderlo»

En una entrevista que leí de 2021 decíais que os gusta el reto de concentrar mucha psicodelia en canciones de dos minutos. En ‘Uve’ habéis batido el récord porque todas las canciones juntas no suman los treinta minutos siendo el disco más corto que tenéis. ¿Qué es lo que os pone de querer componer con tanta urgencia?

I: No sé, a ver si consigo meter un tema en una story de Instagram. Estamos ahí a ver si conseguimos llegar a los quince segundos.

Aunque tengas un mensaje que dar, igual mola adaptarlo a la manera que tiene la gente en cada momento de la Historia para recibirlo, ¿no?. Como estamos en este punto en el que todo es rápido, igual el progresivo no tiene cabida en doce minutos y hacerlo en canciones de dos puede darnos mejores resultados, pero a la vista está que no (risas).

A mí me gusta que acaben también tan abruptamente…

I: Acaban tres abruptas, como van seguidas parece que todo el disco es así. Cuando lo haces más de tres veces ya es estilo, entonces, ese es nuestro estilo: acabar las canciones así. Como no creemos en el fade out, antes de hacer un fade out cortamos la canción así ¡pam!.

Prácticamente todas las canciones del disco están ligadas. ¿Qué queríais contar? ¿La portada del disco forma parte de esa historia? La letra de ‘Bienvenidos al Circo’ tiene que ver con ello también?

I: Esa canción habla de la industria musical, de todos los jetas, ¿no?, de los que te meten un pellizco a lo que haces.

Pensé que iba más hacia la crítica política porque nombráis a los funcionarios…

I: Al final es un poco lo mismo todo. Lo de los funcionarios es una metáfora. ¿Conoces a algún funcionario vocacional?, pues esa es la gracia, que desde que eres pequeño quieres ser funcionario porque lo que quieres es rascarte los cojones y cobrar del estado pase lo que pase hasta el fin de tus días.

Habla un poco de eso aplicado a lo que viene siendo la industria musical: gente que por hacerte cuatro mierdas te cobra un fijo sobre lo que ganas y para toda la vida. El hilo conductor de la lírica es un poco el despotricar contra todos, que es lo que estamos haciendo en el disco; y musicalmente, están pensadas en el orden que hemos considerado más agradable para una escucha completa del disco.

G: También hay un punto David Lynch, que es más preguntarle lo que la gente dice de él. Muchas cosas de las que hace en sus películas no tienen un sentido claro, que se vea, que es como buscar la sensación del espectador. Puede haber un poco de eso en el disco.

I: Sí, todo el rato.

¿Qué discos de cabecera han estado presentes para componer el disco? Porque en canciones como ‘Il Loro Piano’ o ‘Ven a Buscar Conmigo’, me han venido a la mente artistas como Todd Rundgren, Heart o Sloan.

I: A ver si me acuerdo porque estas canciones están hechas hace cuatro años. Pero sí, ese es nuestro rollo. ‘Ven a Buscar Conmigo’ igual tira más al neo soul americano, pero las otras sí que tiran para el rollo setentero. La última por ejemplo,’Lascia Il Tuo Nome’ está bastante inspirada en Aria, un grupo italiano de rock progresivo, la verdad es que mola mucho.

‘Il Loro Piano’. ¿La veis como un salto cualitativo y cuantitativo en la trayectoria de Los Estanques? Pienso que es la mejor del disco.

I: Me la pidieron para un programa de radio y me la descartaron. Después, la usamos nosotros y la cantó Conti. Aquí no se tira nada (risas).

C: Es un tema que tiene otro matiz, de película, quizás, puede funcionar como banda sonora.

I: Mola recibir un feedback así.

¿Es posible que en este disco hayas trabajado más la voz, jugado con ella, alcanzado nuevos registros?

I: Sí, he podido perder el miedo a cantar, pero igual ha sido hasta un error perderlo (risas). Pero bueno, sí, lo que pasa que luego hay que defender todo eso en directo. No soy un gran cantante ni mucho menos y es lo que me va a tocar las narices toda la vida pero bueno…

¿Y las estructuras de vuestras canciones en qué se apoyan?

I: En la variación constante. Si te das cuenta, muchas veces es la misma melodía; lo que pasa que, por abajo, van cambiando las cosas.

G: Se nota mucho en el bajo yo creo; siendo los mismos acordes y estribillos cada línea de bajo, aunque parezca la misma, tiene una cosa distinta.

Y para terminar, os vinisteis a Madrid y en Madrid seguís. ¿Qué tiene esta ciudad que para los que somos de fuera nos atrae tanto?

I: Trabajo, si no, estaría en Santander. Pero a la peña le debe molar porque el precio del alquiler parece ser que mola (risas).

 

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Lorena M.

Lorena M.

Redacción