‘Corazón azul’ es la vuelta al ruedo de uno de los letristas más sobresalientes de la música actual española
Luis Alberto Almarza fue en los últimos cinco años un hombre dedicado a su familia y su trabajo como tantos otros. Sin embargo, no podría (ni deseamos que lo haga nunca) desdeñar las canciones que se dibujan en su cabeza y que se han materializado este año en un nuevo álbum (también con nueva banda). El artista, a quien la música le hizo cambiar de rumbo en 2012 con ‘Hipotenusa’ bajo el pseudónimo de Luis Brea, es sin duda uno de los máximos exponentes de la escena nacional gracias a unas letras cargadas de costumbrismo y lirismo a partes iguales: en este disco explora terrenos diferentes para su repertorio como el folclore castellano pero también el rock and roll clásico de la mano de Burning y hay guiños a su estela indie a través de temas como ‘La caída de Van Helsing’. Todo ello para hablar de relaciones que no cristalizan en un «amor ideal» en palabras suyas y que forman parte de nuestro ADN. No estables, que no irrelevantes en una maraña de sensaciones que en las canciones de Luis Brea siempre saltan del altavoz directamente al corazón, aunque se tiña de azul.
Han pasado cinco largos años sin publicar nuevo material desde aquel ‘Supermariachi’. ¿Fue un parón buscado para dedicarte a la familia o te faltaron las ganas o la inspiración para hacer nuevos temas en algún momento?
Tuve que dedicar tiempo a mi familia y también necesitaba un espacio sin la presión de la prisa para encontrar la nueva dirección de mi trabajo, aun así no dejé de hacer directos, sobre todo en acústico.
Cantas en ‘El apagón’, una de las canciones del LP ‘Corazón azul’, a la sensación ocurrida en los primeros momentos de la pandemia «escuchando al vecindario con canciones de Madonna» donde todos de alguna manera nos enfrentamos a nosotros mismos. ¿Cómo ha salido el Luis Brea artista (bien o mal) parado de esta situación vivida?
Mi sensación es que he salido con una idea más clara de lo que quiero hacer y quién soy como artista.
En este disco sorprenden dos cosas: la primera y más notoria, el coqueteo con el folclore castellano desde los primeros segundos con la llamada del afilador y el silbido en el arranque de ‘El vaivén’ ¿Cómo apareció esta faceta en tu música y qué te ha aportado? ¿Esta querencia por el mundo más rural habría tenido lugar sin la pandemia?
Sí, hace tiempo que me apetecía explorar un poco en el folclore castellano, pero no quería hacer un ejercicio de estilo, era muy importante para mí convertirlas en canciones pop.
Hemos leído que has utilizado varios «trampantojos» musicales para recrear algunos de estos instrumentos clásicos como flautín o bandurria… ¿No quisiste utilizar los originales pensando en el directo o es una forma de mantener la esencia de banda de pop-rock?
Es complicado llevar esta instrumentación al directo, aun así Gonzalo Maestre, que se ocupa de la batería, lleva algunos elementos de este tipo de música. Solo hay que ir a un concierto y descubrir cómo se integran en el resto de los instrumentos.
Técnicamente hablando, ¿cómo creasteis esos sonidos para ‘El vaivén’ y también para ‘Mañana’?
Gonzalo Maestre utilizó instrumentos de percusión típicos de folclore castellano y las melodías los recreamos con guitarras y un controlador midi.
La segunda sorpresa viene de la vuelta a ciertos elementos clásicos como el rock and roll del que haces gala en el tema con Burning. ¿Sientes de alguna manera que la música se ha complicado con tantos estilos?
No creo que sea malo que haya estilos, yo suelo fijarme más en la canción en sí que militar en un estilo o estilos determinados. Aun así creo que puedes jugar con estilos diferentes teniendo siempre la misma firma, aunque requiere trabajo.
«La imagen de un corazón azul me parece representativa de las relaciones que no se acaban de consolidar»
El tema de las relaciones esporádicas que tanto hemos coreado con temas como ‘Mil razones’ vuelve a aparecer a través de canciones como ‘La caída de Van Helsing’. ¿Por qué asocias ese tipo de relaciones a lo vampírico?
Todo el disco habla de relaciones que no se acaban de consolidar, por eso se llama ‘Corazón azul’. Me parecía una imagen representativa de este tipo de vínculos. En el caso de ‘La caída de Van Helsing’ es la que se encuadra en un marco más oscuro y además siempre he querido hacer una canción de vampiros.
Este tipo de relación está muy presente en tu discografía impregnado de intimidad, de sinceridad con ciertos toques de costumbrismo que a quienes te seguimos nos gustan tanto y de tremenda nostalgia: muchas veces por lo que ni siquiera se ha tenido o por lo que pudo haber sido… ¿Se escribe mejor desde la autodestrucción a la que cantabas en ‘El verano del incendio’? ¿Es ese ‘Corazón azul’ sintomático de la falta de algo mejor donde nos tenemos que conformar con IKEA para amueblar la casa y ya no nos quedan ni ganas para luchar por cuidar a quienes tenemos cerca?
Desde donde se escribe mejor es desde la coherencia con tus propios sentimientos.
En una entrevista que hicimos en 2016 ya reconocías estar cansado del «tema indie». ¿Damos ya por zanjado el asunto? ¿O ha cambiado algo tu opinión?
Te cuento, yo pillo una guitarra y me dejo llevar, etiquetas allá cada cual.
Luego también hay temas como ‘Mucho mejor’ que suenan a pop fresco (aunque la letra tiene un calado importante). ¿Lo sencillo es lo más difícil?
Uno de los retos más difíciles de este disco era hacer música compleja con esa apariencia de frescura, eso y grabar todas las canciones de una toma cantando con una guitarra acústica.
También hablamos en la entrevista que mencionábamos antes de tu calidad de letrista y, escuchado tu último disco, creemos que en el podio sigue un puesto a tu nombre. Nos gustaría resaltar especialmente ‘Volverán’, uno de los cortes de tu último disco, que habla de la radio y cómo las canciones nos acompañan a diario. ¿Tu infancia pasó acompañada de la radio? ¿Qué recuerdos te trae?
Siempre ha habido una radio sonando de fondo en mi casa, la que más me ha acompañado ha sido Radio3.
Ahora que vivimos en una era digital y la radio no es el máximo exponente de la difusión musical, ¿crees que con la irrupción de las redes sociales se ha facilitado o complicado la labor de los artistas?
Ofrece un escenario diferente, hay más oferta porque el acceso a dar a conocer tu música en más fácil y más inmediato. Antes los procesos de producción eran más caros, y eran las discográficas las que elegían. Ahora los artistas vienen ya testados por sus redes sociales, de alguna manera se ha democratizado.
Cantas a Madrid en ‘Mi ciudad preferida’ inspirada en las letras de Sabina… ¿Qué te ha aportado Madrid como artista?
Sobre todo en mi adolescencia con artistas como Rosendo, Burning, Sabina etc.
Los cambios son notables en este disco pero también los ha habido en la banda que te acompaña (incluyendo a Iván Mella de IZAL). ¿Cómo se afronta de nuevo la carretera y qué te aporta esta formación? ¿Había necesidad personal de reciclarse?
Con este nuevo disco abro una nueva dirección y creo que era importante hacerlo también con los directos.
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Rocío García
Redacción