‘REPUTA’ (2022)
- Zahara
- ⭐️ 7/10
- GOZZ Records
La revisión a través de las colaboraciones rebaja el tono de su trabajo anterior pero aporta nuevos y ricos matices a las canciones
No es un disco al uso, quizá ni siquiera estemos ante un trabajo donde detenerse mucho tiempo y podamos hablar de un divertimento, pero qué tremendo alivio es poder atisbar que hay luz detrás de la oscuridad. Después de la publicación de ‘PUTA’ año y medio antes cuya gira termina en breve, ‘REPUTA’ vino desafiante (el nombre ya es de por sí toda una irónica declaración de intenciones), también como una forma de que no nos olvidemos de que lo que se ha dicho no es fruto de un día pero tampoco hacer falta vivir revolcándose en el barro.
El concepto más apropiado quizá sea el de regalo, a su público pero también a sus propios colegas de profesión, porque las canciones de ‘REPUTA’ adquieren matices, se camuflan con los vestidos de sus nuevos intérpretes y mutan a nuevos terrenos para bailar, reírse y emocionarse también, porque casi todo adquiere un tono más relajado. Pero no tanto, no nos confiemos: el mensaje sigue ahí.
Es por tanto un acto de generosidad el de Zahara pero también de madurez personal el hecho de poder desprenderse de sus canciones para que puedan ser cantadas por otros.
Como dice Heather Leigh en el prólogo de ‘Música, maestra’ (Libros del Kultrum) «la música diluye las diferencias y nos devuelve a la esencia de la vida, nos guste o no». A este disco se le presupone un oyente copartícipe, un confidente activo que puede emocionarse, rebelarse contra las mismas injusticias que se predican en la canción o deshacerse hasta la médula expurgando la rabia.
Esta vuelta de tuerca empieza ya con el orden de los temas, alterado respecto a ‘PUTA’ y que va presentando a sus nuevos protagonistas como quien abre un presente de cumpleaños. El primer corte es ‘Dolores’, la copla que quería hacer Zahara y que versa sobre «esa mujer que había sido libre, pero que la misma sociedad en la que vivía la obligó a esconderse«. Con la epicidad que le confiere la incorporación de la Agrupación Musical Ubetense, se suma a dos voces con un Rodrigo Cuevas elegante y contenido que consolida el cariz tradicional que desprende la canción.
Llega el primer juego de ‘REPUTA’ con un giro de 180 grados y su espléndida versión de ‘joker‘ esta vez con el gamberrismo hecho música de Carolina Durante. Probablemente sea una de las versiones más logradas y también más divertidamente desconcertantes con una canción que no parecía predestinada a sonar así. Y sin embargo, funciona y qué bien lo hace. No es ya que en ‘PUTA’ fuera uno de los temas más oscuros y complejos con un fraseo musical donde Zahara se desquitaba: es que en ‘REPUTA’ nos lleva al regocijo del pogo, juega con las palabras (fantástico el cambio entre «abrazo» y «palazo») y nos hace bailar como demonios.
‘La hostia de dios‘ es la canción inédita que no se recogió en ‘PUTA’ aunque sí en el libreto de la caja recopilatoria (precioso huevo de pascua que pasó inadvertido para algunos) y que, afortunadamente, se incorpora ahora. Producida por Martí Perarnau IV y la propia Zahara y mezclada por Jake Aron, redunda en la idea del disco y ha servido de puente entre uno y otro trabajo a la perfección. Como denuncia la propia canción, «siento que se han acostumbrado a escuchar nuestra historia (…) seguimos rezando, pidiendo ayuda y nadie mira a su alrededor». Otro palazo en toda regla para recordarnos que ‘PUTA’ no es un antojo pasajero ni (muchísimo menos) un momento de perreta. Lo que se dice sigue vigente y nos instiga a recordar que está lejos de haberse arreglado. Mensaje que, pese el vestido nuevo, forma parte del propio ADN de ‘REPUTA’.
Nadie a estas alturas necesitará que se le presente a Alizzz, encargado de bailar al lado de Zahara para la versión del corte más discotequero y liberador de ‘PUTA’ (y vuelve a hacerlo en este trabajo): ‘berlin U5‘, cuyo remix fue el germen de este disco después de que Zahara disfrutara del aporte de Cristian. No supone un gran aporte a una canción que, de por sí, conseguía llevarnos a cotas de liberación más allá de lo físico, pero su escucha es agradable y la voz de Zahara siempre es un placer al lado de los registros masculinos (basta recordar ‘Domingo astromántico’ de Love of Lesbian y su maravilloso dúo con la jienense).
Para ‘Taylor I‘ ha contado con el toque de Delaporte que no le resta un ápice de valor vocal a la canción gracias al buen hacer de Sara a la par que brinda una capa de oscuridad y pesadez deliberada que la hace más asfixiante que la original. Un ejemplo de que no todas las canciones iban destinadas a «colorearse» sino que aún había cabida para ahondar más en su mensaje y que en el caso de este tema es una reflexión sobre el aislamiento, lo que se espera del amor y sobre nuestros propios deseos: «Somos yonquis del cariño ajeno».
Otro de los grandes momentos de ‘REPUTA’ es el siguiente corte, ‘Merichane‘, para el que ha contado con la colaboración de una de las bandas del momento, Shego. Un coro ultrapegadizo, un sonido más sucio totalmente transformado y que queda como anillo al dedo en el estilo de las madrileñas. Con esta colaboración no solo se ha creado una nueva visión del tema sino una alianza en lo personal entre ellas y Zahara que sellan una amistad que ahonda en la catarsis de la canción. Añadiendo varios «yo estaba ahí», este tema muestra su vigencia una y otra vez, independientemente de quién lo interprete, sin importar tampoco la generación a la que pertenezca ni artista ni público, porque el insulto que marcó la infancia de Zahara sigue poniendo de manifiesto el machismo que existe en la sociedad. Y la canción refleja lo que hay, por eso funciona (ojalá llegue el día pronto que escucharla no ponga los pelos de punta).
Frente a otras propuestas más alborotadoras como las de Carolina y Shego, en este disco hay momentos de inmensa belleza como la interpretación de María José Llergo en ‘Sansa‘ de la que dijo Zahara: «Esta canción ya es suya para siempre». Y no nos extraña, porque es imposible no emocionarse al escucharla y, aunque ya sabíamos de la capacidad vocal de la cordobesa, es un regalo para los oídos verla sumarse al universo de Zahara. Apenas piano, guitarra y sobre todo y ante todo voz para llevarnos a los confines del mundo para llenar los pulmones de oxígeno antes de volver a bajar a la tierra, apoyar los pies y seguir luchando.
La última de las grandes colaboraciones cosechadas por Zahara para este disco-regalo es la de La Oreja de Van Gogh, conectando con nuestro lado más adolescente a través de uno de los grupos de pop españoles más reconocidos de las últimas décadas. Dos mundos aparentemente distintos, el de Zahara y La Oreja de Van Gogh, que también se aprecia en ‘médula‘, pasando de la destrucción original a la luz y a la esperanza. Una interesante mutación, otra muestra más de las decisiones que toman los propios autores cuando han de concretar cómo acercarse a sus canciones y plasmarlas en sus discos. Gracias a ‘REPUTA’, quizá hayamos descubierto otras opciones que en otro caso hubieran permanecido apagadas.
Para culminar el LP, se incluyen varias remezclas donde Zahara se desquita y se zambulle en la electrónica, camino en el que le acompañan su inseparable amigo Martí Perarnau IV (‘berlin U1’) como han demostrado en los conciertos con destellos de rave que han protagonizado en los últimos meses; David Soler y Marcel Bagés (‘Taylor II’), Cora Novoa (‘flotante’) y quizá la más inesperada junto a PRETTY PRETTY 2000 (a quien tuvimos en nuestro TostaTest) llevando ‘Ramona’ al terreno del reggaetón. ¿Os acordáis de la grata sorpresa que fue escuchar a Zahara rapear en este tema dentro de ‘PUTA’? Pues vuelve a sorprendernos con un registro que ninguno habíamos oído anteriormente.
«Hay algo que tienes
que saber de mí.
He intentado esconderme,
pero lo tienes ante ti
soy yo».
Si después de que Zahara te lo haya disco en dos discos seguidos no has querido escucharlo y entenderlo, háztelo mirar.
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Rocío García
Redacción