La artista canaria interpretó su primer disco en un setlist valiente
Cuando te asomas al debut de Marenitas ‘Una Mente Relativamente Capaz de Admirar’ (2023) ya sólo el título te da una pista de que esta tinerfeña, que apenas supera los 20 años, tiene mucho mundo interior. Además, he tenido el placer de entrevistarla en sendas ocasiones que ratifican esta afirmación.
Es una cantautora poco común, al acercarte a ella, a sus letras, te das cuenta. Y su directo es fiel reflejo de su personalidad atrevida, divertida y despierta al mundo donde el color rojo significa salir de tu zona de confort y donde la goma del lápiz todavía no se ha usado.
Presentar al mundo tu primer trabajo discográfico, sin la capa de invisibilidad que ofrecen las redes sociales o la grabación a puerta cerrada, presumo que debe de dar respeto, luego nervios, luego aceptación y luego disfrute, en esa escala, en ese orden; o al menos es lo que se intuía desde donde yo estaba, entre el público del Café la Palma, en una fecha tan importante para ella.
Arrancando pasadas las nueve y media de la noche del 25 de febrero, Marenitas, o María en realidad, subió al escenario con banda por primera vez: Antonio Ferrer (guitarra y voces), Carlos Villar al bajo, su productor Guille Molina a la batería, Alejandro Heredía a los teclados y la artista Loloces a los coros (luminosa y con un color en su voz aguda bellísimo).
Siempre, desde sus inicios, Marenitas ha tocado junto a su guitarra y para esta ocasión quiso ir más allá y elevar su trabajo pasando del sonido acústico al pop rock alcanzado por la guitarra de Antonio Ferrer, que dio otro cuerpo a las canciones sin sacrificar su esencia. Hablando de Ferrer, especial y lleno de ternura fue el agradecimiento que tuvo con él por ser la primera persona que le dio su primera oportunidad. Fue en la sala El Búho Real hace años. Juntos cantaron el tema ‘La Verdad’, del propio Ferrer.
El bajo de Carlos Villar y la batería de Guille Molina remataron el empaque del sonido y el imprescindible teclado hizo que algunas canciones como ‘Una Mente Incapaz de Admirar a los Demás’ brillasen en sus minutos álgidos.
La frescura que otorga la inocencia y la juventud es un plus que Marenitas aprovecha, ya lo dice ella en una de sus canciones “yo solo quiero experimentar” y eso es lo que hace, juega con notas, con letras, con sonidos, con performance ingenuas sobre el escenario que solo hacen quererla aún más.
Experimenta, crea significados porque se hace muchas preguntas y eso es enriquecedor para todo artista que no se conforma con quedarse estático en la seguridad que da la fórmula que funciona y repetirla y repetirla.
Experimenta, se atrevió a versionar a la mismísima Jeanette sin despeinarse eligiendo ‘Soy Rebelde’ para mandar un mensaje ya de paso, o no, ¡qué más da! pero se atrevió; experimenta y se lanzó a coger el teclado por primera vez en ‘El Desescalamiento de la Intimidad’.
El setlist que seleccionó estuvo bastante repartido y equitativo entre sus dos etapas, cantando casi en orden el LP y echando la vista atrás en ‘La Generación de los Seres de Luz’ y ‘La identidad digital del Artista con poca Salud Mental’ aunque con ‘La Noche de las Astronautas’, mi preferida de la primera marenitas, no hubo suerte.
Pero si algo no previmos es lo que pasó en la segunda versión que se marcó de la nada. Nos dejó mudos a todos al terminar de interpretar ‘Casa Linda’ de Cala Vento.
Si ya de por sí, me atrevo a decir, la versión original es una de las mejores canciones lentas de nuestro indie, María creó una preciosidad de canción con ese deje característico de ella cuando entona vocales, y con su forma de tocar su guitarra, acercándola más a su cuerpo como meciéndola.
Una versión súper bonita de Casa Linda de Cala Vento fue una de las versiones que @mareniitas tenía guardadas en su directo presentación de ‘Una Mente Relativamente Capaz de Admirar’ esta noche en @cafelapalma pic.twitter.com/BEZaFRsLOy
— Elperfildelatostada (@perfildelatosta) February 25, 2024
En cambio, algo que sí nos imaginábamos es que llamase a subir al escenario a su amigo Eric Nublado con quien tiene una de las canciones más bonitas del disco ‘Una Nueva Grieta’ que sonó espectacular porque las dos voces compactan y entonan a la perfección creando un sonido que va en paralelo sobre las mismas notas.
Repitió ‘Las Peliculitas hacen Pupita’, por ser la que más se celebró y cantó entre el público, para terminar una noche en la que no faltaron anécdotas traviesas e inesperadas, en la que nos invitó a crear significados y en la que agradeció a todo el mundo el estar allí, el hacerlo posible.
No te la pierdas en su próxima fecha: 11 de abril en la sala El Juglar.
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Lorena M.
Redacción