Entrevista con Zahara

Imagen de portada de Marinita Precaria: Raquel Calvo

El pulso de los artistas emergentes sigue fuerte en la primera edición de Radar Joven

Radar Joven es una iniciativa de la Comunidad de Madrid para apoyar la música emergente que este año debuta en su primera edición. Durante la segunda quincena del mes de octubre 47 bandas y artistas se reparten en 24 salas de conciertos madrileñas. Celebramos que haya este apoyo por parte de las instituciones a dar a conocer el talento de jóvenes artistas creadores que se están abriendo hueco (a veces a duras penas) para dar a conocer su trabajo. El pasado 28 de octubre, en Café la Palma, fue el turno de Marinita Precaria y Pipiolas.

Que Elefant Records se fijase en ella y editase su hasta ahora primer mini LP ‘No me miréis’ es definido por Marinita Precaria como “una broma que ha llegado demasiado lejos”. Esta cordobesa que inició su andadura musical en tiempos pandémicos bajándose un programa de ordenador para producir y comprándose un micrófono de 10€; escribió a la productora Elefant Records y les gustó su propuesta.

Precisamente fueron las canciones de ‘No me miréis’ y algunos temas inéditos los que presentó en el escenario del Café la Palma al que hacía 5 meses que no subía. Varios días antes del concierto ya se anunciaba ‘sold out’, la mejor noticia que pueden recibir quienes se ponen delante del público.

Arropada por la bajista Sònia Montoya, y Alberto Corona a los teclados, Marina se situó en medio del escenario y defendió su lugar sin ceder un milímetro. La puesta en escena se completó gracias al talento del artista Miguel Martín, quien narró a golpe de dibujos proyectados en una pantalla cada una de las canciones creando el universo de Marinita Precaria.

‘No me miréis’ sonó en Café la Palma con un público entregadísimo sobre todo en ‘Celosa’ y ‘Tú pa qué’ (single éste último que nos recuerda a Family) alternándose con nuevos temas como ‘Final Explicado’ (preciosa y en los últimos acordes súper magnética), ‘Gente Normal’ y ‘Momento Decisivo’.

‘Todos tristes’ fue reflejo de un futuro incierto para la generación millenial: «Pues mira, regular / aquí estamos todos tristes / todos tristes» fue la elegida para romper el hielo en la sala a rebosar y con un calor infinito. Le siguieron ‘Espatifilo’ y ‘Una montaña’ quizá dos de sus composiciones más oscuras y desesperanzadoras. Cuando le llega el turno a ‘Letra de niña’ el público cantamos con Marina animados por el buenrollismo que se desprendía desde el escenario.

Los hits los dejó para la segunda mitad del concierto, como fue el caso de ‘Siento todavía’ con una cierta melancolía y regusto a la Nouvelle Vague, ‘Al Campo’ una oda bucólica con mucho atino y la ya mencionada ‘Tú pa qué’ con la que se despidió, de momento, de su público religiosamente fiel.

Momento del concierto. Instagram Marinita Precaria

Momento del concierto (Instagram Marinita Precaria).

Algunos problemillas de sonido sin importancia quizá fueron la nota triste de la noche, toda perfecta en lo demás, con una Marina divertida en algunos momentos como cuando nos explicó que su casa se le cae encima para dar entrada a ‘Breve momento de Voluntad’.

Y es que la voz de Marinita Precaria nos transporta a un lugar donde el dolor no hace tanto daño, nos susurra cual nana que el mundo no es para tanto acompañada por melodías atemporales propias del dream pop. Sus canciones tienen la duración perfecta para echarlas de menos en cuanto acaban.

Tras su actuación, llegó el turno de otro nuevo fichaje de Elefant Records: el dúo femenino Pipolas, formado por Adriana Ubani y Paula Reyes. Bajo su mantra de monetizar el trauma, regresaron al lugar en el que se estrenaron en los escenarios el pasado mes de mayo, el Café La Palma. Tal y como ellas aseguraban, volvían a jugar en casa, con la promesa de ofrecer cosas chulísimas y así fue

La canción elegida para comenzar su concierto fue una versión única de ‘What Dreams Are Made Of’ de Lizzie McGuire. Un guiño a los 2000, cuya estética y sonido se proclama como ingrediente indispensable en la trayectoria del dúo. Para continuar con esta introducción, presentaron su nuevo tema ‘Juego en casa’, que cobró todo su sentido al ser tocado en el Café La Palma; a este le siguió una de sus canciones más conocidas, ‘El Club de los 27’ en la que el dúo recurre a otro de sus ingredientes principales, el humor ácido, para criticar el juicio constante al que somete la falsa modernez actual, y toda la sala las acompañó en su grito de «¡Que os jodan y viva Wonderwall!».

El público no abandonó el grito, ya que a continuación comenzaron a sonar los primeros acordes de la mítica canción ’20 de enero’, de La Oreja de Van Gogh. El escenario irradiaba ilusión y complicidad por parte de ambas integrantes, que se dedicaron con la mirada alguno de los versos tan emocionantes que componen dicho tema.

A este momento le siguió otro mucho más calmado e íntimo, protagonizado por ‘Un poco triste’, tema con el que Paula dedica un canto a la depresión y a las sensaciones que le acompañan. No obstante, Ayer te llamé por si vas a volver/ pero tú respondiste que no.

En este punto del concierto en el que la mezcla entre la emoción y la diversión se volvió constante, el dúo presentó varios temas inéditos: ‘Cuando me muera’ y ‘Romancero Propio’. En ambos se puede observar la influencia de artistas como La Bien Querida, con la que ya les han relacionado en otras ocasiones, y con las que dejan claro que, aunque toda su composición siga la constante del pop, resulta imposible etiquetarlas. En particular, ‘Romancero Propio’ muestra del polifacetismo de las dos artistas, un paseo entre el techno y el folklore que, sin duda, nos dejó con las ganas de ponernos en bucle su versión en estudio.

A su vez, mostraron su lado más canalla con una versión en español del tema ‘Perdón por Ser Tan Sexy’ del grupo Grande Amore, y a la par su lado más reivindicativo (sin abandonar el canalla), con su nuevo tema ‘No soy un chxchx’, con el que ponen en valor la figura de la mujer y condena las actitudes paternalistas de muchos hombres en el gremio.

Como colofón para esta noche chulísima, el dúo tocó el tema con el que nació, ‘Narciso’, y que tanto las identifica, ya que de él toman el nombre de su primer EP ‘El verano que me debes’. El tema escogido para cerrar el recital fue ‘Domingo Raro’, y todo el público les acompañó, voz en grito, dejando claro que la llegada de Pipiolas al panorama no puede ser si no, para quedarse.

El Último Vecino, Menta, Amor Butano o Las Dianas, por citar algunos, están en la primera edición de este festival que este año celebra el año Europeo de la Juventud y que sin duda ha de quedarse porque es una oportunidad imprescindible para descubrir a toda una nueva generación de artistas caracterizados por el talento y la frescura.

 

Lorena M.

Lorena M.

Redacción

Elena de la Fuente

Elena de la Fuente

Redacción