Fotos de @_lpoveda_ (Instagram)

 

La noche del 13 de octubre en La Riviera fue el broche de oro para el triplete de conciertos de Niña Polaca en la capital

 

Antes de que Niña Polaca tomara el escenario, el público tuvo la oportunidad de disfrutar de la actuación de Diamante Negro, quienes se convirtieron en teloneros de la noche. La energía en la sala ya era palpable, con muchos seguidores de la banda portando variadas pancartas, destacando una gran lona que hacía referencia a su sonado tema ‘Club Caribe’. Desde primera hora, casi la mitad del recinto estaba lleno, lo que evidenciaba el fervor y la lealtad de los fans hacia Diamante Negro.

Niña Polaca cierra su trilogía en Madrid

Su actuación preparó el terreno para una velada mágica, elevando las expectativas y calentando el ambiente antes del plato fuerte de la noche. La atmósfera estaba lista para el gran momento. Las luces se apagaron, la música de fondo se paró y la pantalla se volvió completamente blanca mientras sonaba ‘El lago de los cisnes’ del inmenso Tchaikovsky. Dos minutos que se hicieron eternos dieron paso a la banda, los cuales entraron entre vítores en el escenario, desfilando sus outfits para esa noche.

La iluminación jugó un papel crucial en el estado de la sala. Durante los momentos más enérgicos, las luces mantenían al público en un estado de euforia constante. En contraste, la luz cálida generaba una atmósfera íntima y envolvente para las canciones que requerían un ambiente más sosegado. Respecto al sonido, tengo la sensación de que La Riviera cada vez pierde más su papel de discoteca para centrarse en sala de conciertos, mejorando notablemente la calidad. Aunque también debemos darle sus merecidos créditos al gran equipo humano de sonido que tienen.

Niña Polaca cierra su trilogía en Madrid

La noche estuvo salpicada de colaboraciones que elevaron el concierto a nuevas alturas: Rubén Pozo se unió a la banda para interpretar ‘Madrid sin ti’, fusionando sus estilos en una actuación memorable que comenzó con el mismo cantando ‘Madrid’. Benoît, vocalista de Diamante Negro, aportó su toque único a ‘Pdr Snchz’, creando un momento de caos y locura en La Riviera. Andoni subió al escenario ocupando la batería mientras Claudia, teclista y corista de Niña Polaca, ocupaba en esta ocasión la voz principal para interpretar ‘Tallín’.

Sandra Sabater se volvió a vestir de Polaca y electrizó La Riviera con ‘Pollo frito’, que por cierto, era la primera vez que la tocaban en directo. Pero venía con sus compañeras de Ginebras, quienes como no podía ser de otra manera, pusieron a toda el público a corear ‘Magaluf’, cerrando el círculo de colaboraciones de manera espectacular.

Niña Polaca cierra su trilogía en Madrid

Los asistentes demostraron por qué Niña Polaca había decidido ofrecer tres noches consecutivas en el mismo recinto. La energía era constante, con pogos que se formaban espontáneamente y una unión total entre la banda y sus seguidores.

El clímax de la noche llegó con ‘Los días malos’ y ‘La muerte de Mufasa’. En un gesto que difuminó la línea entre artistas y público, Surma, Beto, Kobbe, Ruba y Claudia bajaron a la pista. Lo que siguió fue un momento de pura magia: el público los manteó, cantó y saltó con ellos, creando una escena de unión total que capturó la esencia misma de lo que significa un concierto de Niña Polaca.

Niña Polaca cierra su trilogía en Madrid

No es casualidad que sala que anuncien, sala que agoten. Este quinteto lo vale mucho y tiene un público muy fiel que les arropan allá donde vayan. Ojalá podamos acompañarles a celebrar la música y la amistad muchos años más.

Lucía Poveda

Lucía Poveda

Redacción

El Perfil de la Tostada