
El formato acústico (o casi) permitió a la banda lucir sus canciones de una forma tan básica como efectiva
Imaginen un hotel de 5 estrellas ubicado a escasos metros del trasiego de la estación de Chamartín, en Madrid. Ahora piensen en una decoración temática con imágenes, iconos y objetos relacionados con el rock y el jazz que alguien ha llevado un paso más allá hasta crear un ciclo de conciertos denominado Imagine Music Fest.
El hotel se llama Barceló Imagine y, dentro de ese ciclo, anoche acogió una selección encabezada por una de las bandas de moda: Alcalá Norte.
Los acompañaron Dharmacide, banda con la que les une un nexo estilístico y con la que comparten muchas influencias, y Say Jes DJ, que amenizaron el cotarro entre ambas y en la fiesta posterior.
Estamos en las vísperas del primer aniversario de la publicación de su homónimo primer disco, un punto de inflexión en la escena alternativa española, que desencadenó un ciclón cuya intensidad no ha bajado en todo este tiempo, más de 50 conciertos después.
La cifra nos la recordaban ellos mismos durante una actuación muy cercana y “familiar”, como ellos mismos definían. Este formato semiacústico, funciona, aunque a ellos se les hiciera raro.
Con la base rítmica de un cajón flamenco cuya percusión no estaba a cargo de un ausente Barbosa y un elenco “reducido” a cinco miembros (tampoco estaba la segunda guitarra de Juampi), las canciones fluían, se hacían increíblemente cortes y superaban con nota la barrera de un local con una acústica lamentable.
Los allí presentes disfrutábamos sintiendo esa cercanía y algunos se animaron a celebrar con pogos en algunos momentos. No faltaron ‘La sangre del pobre’ (la favorita del que suscribe), ‘Supermán’, ‘La Calle Elfo’ o ‘Los Chavales’. Esta última por partida doble en un set cuya elección con la democrática participación de la audiencia.
Es un gustazo ver a un conjunto pujante, que ya está dando el salto hacia los formatos grande, en uno pequeño, básico y cercano. Aunque tiene ironía que un grupo que lleva tan a gala el concepto de barrio (y que, además, lo dignifica) toque en un hotel temático de lujo, lo importante es lo que suena y este formato desnudo demostró que el fenómeno se sustenta sobre lo más importante en la música: buenas canciones.
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Y.H.
Redacción