Vega firma el más singular y especial de sus álbumes de estudio
Con Vega es difícil hablar de discos como un concepto exclusivamente musical. Fundó La Madriguera Records con toda la intención de poder dotar a sus obras de una dimensión más amplia, una donde la obra es más que la suma de las partes y se manifiesta como tal en todas sus expresiones: el concepto musical se cierra también a través de la tangibilización del arte.
Su experiencia en distintas disciplinas artísticas hace ineludible que sus proyectos cobren un sentido completo a través de una obra que lleva al que escucha a un viaje emocional y físico, empezando por el título del disco, continuando con la experiencia auditiva sin dejar de lado la coherencia del concepto que vertebra la obra también su plasticidad. Es por ello por lo que éste undécimo álbum materialice quizás el más ambicioso de sus anhelos como artista
Lo primero que me sale al verla es darle un abrazo y felicitarle por el álbum tan frágil, hermoso, resiliente, doloroso y humano que ha hecho. Hablamos de él en esta entrevista sin dejarnos una coma en el tintero. Antes de leerla, pónganse en disco, o mientras la leen, o después, el orden no importa.
Siete únicas fechas tendrá la gira de Ignis. Llevará al tour a la misma banda que tuvo en el estudio. Las entradas se pueden adquirir aquí.
Es una mujer increíble en las distancias cortas. Muy vehemente en las respuestas con sofisticado aire reflexivo antes de contestar, utilizando esas pausas que hablan tanto de uno mismo. Gracias por este ratito, Mercedes.
Empieza fuerte el disco. ‘Si los árboles bailan es una Vega muy combativa y el verso final, “No te mereces siquiera esta puta canción” encierra mucho mensaje.
Es la primera canción que escribí de Ignis y es la primera del disco, la que abre. Creo que necesariamente no podía abrir el disco con otra canción porque es con la que suelto el lastre que me estaba lastrando para no hacer un disco. Para mí tiene todo el sentido que sea la primera porque es “liberado esto, ahora puedo seguir”.
En la anterior ocasión que pude entrevistarte te pregunté acerca de tu próximo proyecto y me respondiste que tenías aún tanto por dar… ¿Qué ha supuesto Ignis para tí, Mercedes, dejando a Vega un poco a un lado?
Ha supuesto muchas cosas porque cuando lancé Mirlo Blanco, ingenua de mí, pensaba que había hecho probablemente uno de los álbumes más duros de toda mi carrera y que era difícil que yo pudiera tener más dolor por algo.
Al muy poquito de sacar ese disco, sobrevino un incendio a nivel personal -el cual sigue con sus ascuas y todo- en el que no quise hacer absolutamente nada y me pilló en shock.
Pensé que lo peor que podía vivir a nivel personal y laboral podía haber pasado ya; no, era increíble, ¿cómo es posible que en 2022 esté otra vez en un incendio de un calibre gigantesco que me apartó de esa pasión que tengo por escribir?.
Creo que es lo que más me define, sigo aquí porque en el fondo me gusta demasiado escribir canciones. Llegué a la conclusión de que este es un disco porque fueron cayendo estas canciones, o sea, no había pretensión de que fuera un disco y venía de un background en el que los incendios no iban a parar nunca. Asimilar eso me ha llevado dos años y medio. Sigo con mis incendios y quizá soy más consciente que nunca de que no van a parar nunca; siempre va a haber un incendio en la vida de cualquiera.
Cuando vi las canciones que tenía, me dije “esto es un disco” y la siguiente pregunta que me hice fue “¿quiero hacer un disco?” Porque, para mí, siempre había sido condición sine qua non que hubiera canciones para hacer un disco; con Ignis me pasó al contrario.
De repente, la pregunta se vuelve del revés y de ahí nace, probablemente, un disco que para mí marca mucha diferencia con los anteriores, incluso en la promoción, al no haber singles.
Vienen así las entrevistas porque es un disco que se está escuchando todavía, no ha habido esos impactos en los singles, por lo tanto tiene su parte positiva.
Al final, están llegando las entrevistas que, en teoría, han escuchado ese disco y les ha generado la curiosidad como para hacer la entrevista.
Es la primera vez que cuestiono si quería o no hacer un disco. Una frase que digo en ‘Boston’ “Nadie me lo preguntó si podía seguir siendo yo / Nadie me preguntó si quería seguir siendo yo”.
Y ahora me pregunto “¿resuelto el quiero, podría?» y ahí es de donde viene realmente la cuestión de si quiero hacer el disco. Y empiezan a venir esas líneas rojas de cómo quiero hacer el disco: no soy una artista de singles, mi obra no va a poder ser representativa en una sola canción y tiene que ver con ir a favor de mi natura.
Mirlo Blanco era “la industria me ha hecho sentir esto”, Ignis es “ir a favor de artista, a favor de público, olvidar la industria de una vez”.
«Sigo aquí porque en el fondo me gusta demasiado escribir canciones»
¿Alguna vez te ha restado algo decir todo esto? ¿Te ha pasado factura luchar contra lo injusto y desequilibrado que está la industria para una artista independiente como tú? ¿Te has llegado a preguntar “para qué todo esto”?
Sí, penaliza muchísimo. Me está penalizando con esto que pasó hace poco. Ver, que en la expresión de mi libertad total y absoluta desde el conocimiento de veintidós años, dentro de esta industria que lo que digo, sin ánimo de herir, simplemente son verdades como puños hiper mega demostrables.
¿Lees luego los comentarios que generan programas o entrevistas que das?
Miro todo y soporto leer todo bastante bien y me doy cuenta de muchas cosas: qué mensajes son simplemente llamándome soberbia, que me fastidia mucho y digo: “tengo compañeros que dirían lo mismo a los que jamás les tacharían de soberbios”,
Me doy cuenta que cuando hablo, leo esos comentarios y digo “¡madre mía, cómo está el mundo, cómo está la sociedad!”. ¿Cómo no me va a pasar factura si en el momento en que hago un uso legítimo de mi libertad trabajada de muchos años, me encuentro ante una parte (que no es toda) de una sociedad que prejuzga sin tener ni idea de lo que están hablando; gente que ataca directamente al físico, a la edad, a la familia, a todo?
Claro que te perjudica, pero honestamente, me pilla en un momento en el que lo leo y digo: “vaya sociedad de mierda en la que vivimos, ¡cuán lejos quiero a mi hija de todo esto!”. Y si para eso tengo que repetir este discurso mil millones de veces, lo repetiré. Todos estos insultos me van a dar exactamente igual.
Cuando entro a hablar con alguien entro desde el amor. A la guerra no puedo entrar, ni quiero.
Te escuché en un podcast hablando acerca de Spotify, de los algoritmos y todo lo que implica. Es muy bueno que se sepa todo lo que hay detrás de eso y que te de igual si tiene consecuencias destaparlo.
Da igual sí, también esa es la curva de la experiencia.
Un algoritmo lo diseña un matemático, hay que darle consignas y no pasa nada, es así. Es una realidad. Viéndolo con perspectiva me he dado cuenta de que no sé si llegué a aclarar en aquel podcast que me refiero todo el rato a las listas propias de Spotify, no a las que hacen terceros.
En una lista de Spotify si te elige un editor entras sin pagar nada. De hecho, por primera vez en veintidós años de carrera, he entrado en tres listas de Spotify. La gente siempre piensa que hablo desde la mujer ofendida o frustrada y hablo desde el punto de vista del independiente, que a lo mejor no llega, porque yo también he estado en el lugar del que no llega.
Una de dos: u os elige un editor, o hay que pagar. Y esto es una realidad.
Estoy convencida y segura de las cosas que digo, no vengo de nuevas. Estoy perfectamente instruida, sé de lo que hablo, tengo un sello propio, no solamente soy artista, estoy en la parte de distribución, compra, colocación en tiendas, entonces me las sé -por desgracia-.
Todo el mundo puede subir una canción, por supuesto, vale cincuenta euros subirla a Spotify, pero subirla entre siete millones se pierde, no existe (para tus amigos, tu familia , para quien le copies el enlace, sí). Como plataforma para triunfar y que tengas una oportunidad, no.
«Estoy convencida y segura de las cosas que digo, no vengo de nuevas. Estoy perfectamente instruida, sé de lo que hablo, tengo un sello propio, no solamente soy artista»
En mi caso, el algoritmo de Spotify no acierta cuando me pongo a escuchar la lista de descubrimientos semanales que me ofrece.
Según ellos, el algoritmo estudia lo que tú escuchas y según lo que escuchas relacionado con otras personas que escuchan lo mismo que tú que escuchan otras cosas, cruzan esos datos y te da lo mismo que me da a mí con lo que no me siento identificada para nada. Entonces, lo que está haciendo es intentar venderme un producto en vez de intentar conocerme.
La regulación de la música es un melón que no interesa, del que hablé en ese podcast, pero ha tenido menos repercusión. Para mí es un tema mucho más jugoso y necesario porque entenderíamos mucho por qué el algoritmo acaba metiéndonos lo que nos mete, por qué suena lo que suena, por qué está lo que está: hay una total falta de regulación -y ahí soy súper subjetiva como madre- en la música. Las películas están reguladas, todos los contenidos vienen regulados, los productos, en sí, también.
La música es últimamente tan explícita en el lenguaje e incurre en una violencia sexual normalizada, lo que me parece peor.
Si falla la autorregulación es porque no hay escrúpulos y porque saben que si lo hacen, automáticamente, su negocio se reduce a una franja horaria que tiene muchísimos menos beneficios. Al final, estamos comercializando con cosas que para mí son muy serias.
Como no hay regulación no hay sanción, por eso tenemos lo que tenemos.
Aplaudo que lances un disco sin colaboraciones ni sencillos de adelanto, que vuelvas a la etapa melómana de salir de la tienda con el disco en la mano para llegar a casa y escucharlo entero. ¿No crees que se ha oscurecido todo un poco en la era de la inmediatez? Ya no nos paramos a observar el mundo, lo tragamos en vídeos de quince segundos.
Esto lo puse, incluso, en la nota de prensa cuando lancé el disco: ya no consumimos; ahora engullimos. Cuando engulles, no diferencias, no estás disfrutando. Es el símil más claro que puedo poner. Se engulle a una velocidad que te pierdes muchísimas cosas.
Decido echar una frenada a eso. No creo que el cien por cien de las colaboraciones sean de química, de empastar, sino que el setenta por ciento son puro márketing.
Con Mirlo Blanco salieron cinco singles y cuando salió el álbum tuve la sensación de que no quedaba nada del disco por enseñar. Faltaban cinco canciones por escuchar. Parece que los singles desmerecen las que no son singles.
Mi repertorio, el que sigue en activo en los conciertos, está muy construido por el público y no hay singles. Tengo canciones como ‘A Tientas’, ‘Santa Cristina’, que no fueron singles y, sin embargo, están ahí porque fueron favoritas del público.
Con Ignis eché el freno; no hay colaboraciones (no quito que dentro de un año me pase como con La Reina Pez, que hice una colaboración con Iván Ferreiro). Que la gente lo escuche tranquilamente, que quiera darse la paciencia de escuchar un disco -tengo confianza en el disco que he hecho como para pensar que el viaje puede ser, cuanto menos, interesante- y fui a favor de lo que yo necesitaba.
Se caen por el camino gente que no confía en el proyecto y les dices adiós porque yo sí creo en esto. Sacas el disco y te das cuenta que vienen las entrevistas porque la gente ha escuchado el disco. Al no haber single he “obligado” a la gente a escuchar el disco. Si no te gusta el disco no llegará nunca la entrevista.
Hay que confiar en lo que hay dentro y en cómo se va a comunicar lo que hay dentro, y cómo se va a seguir dando una continuidad a todo esto. Estoy alargando en el tiempo este álbum.
Realmente quiero que disfrutéis la parte que es packaging y que podáis crear algo distinto, porque lo podéis volver a congelar y volver a empezar y quemar de nuevo.
Me he pasado mucho tiempo pensando en todo eso para generar un disco que perdure en el tiempo y que se disfrute, como para cortarle las alas el primer día. Ha ido más a favor de lo que pensaba satisfacer a nivel público y artista -que lo dije desde el primer día- y lo que venga, vendrá.
«La música es últimamente tan explícita en el lenguaje e incurre en una violencia sexual normalizada, lo que me parece peor»
Esperar pacientemente desde el lugar donde uno cae es una tarea dolorosa, ¿no crees? Pasas por muchos estadios emocionales hasta que ves la luz. ¿Ignis es ese viaje desde la caída hasta el resurgimiento?
Totalmente. Pero no es un resurgir como un Ave Fénix, es verdad que con esa portada ta etérea (o mesiánica como decía mucha gente) pueda llevar al error. Al final, me di cuenta que detrás de cada fuego, en las cenizas estoy yo y sigo estando. En vez de todo lo que ha generado malo, Ignis es fijarse en lo bonito que me ha dejado todo esto, aunque sean cosas dolorosas, también trae cosas bonitas.
A pesar del dolor que encierra el álbum hay luz y esperanza en canciones como ‘Incondicional’ o ‘Niña Descalza’ y esa generosidad para contigo en las letras es muy significativa.
‘Niña Descalza’ sé -lo sabía de antes de sacarlo- que es la gran incomprendida dentro del disco porque es una canción menor, tiene una melodía compleja, sin embargo a nivel de letra no creo que hubiera nada más gráfico que decir “soy una niña descalza corriendo entre escombros que quiere vivir”. Fue la primera frase que escribí de esa canción. Es muy visual.
Tengo letras bastante visuales, antes me divertía mucho haciendo los videoclips.
«Estoy alargando en el tiempo este álbum»
Es muy hermoso que también hayas encontrado en la música mecanismos para darte a ti misma amor y recomponer los pedazos que han quedado después de romperte.
En el disco físico hay una parte de los agradecimientos en la que digo que dedico el disco a mucha gente, pero, sobre todo, me lo dedico a mí porque creo que en el fondo de toda mi carrera me merezco dedicarme uno de mis discos en el sentido de que si he sido capaz a través de la música, sanarme y expresar las cosas que me duelen y sacarlas hacia un lugar mejor, esa hazaña es mía. Por una vez en mi vida me lo voy a dedicar a mí porque necesito, después de tanto incendio, devolverme un amor que se me ha quitado.
Muchas veces pretendemos que los demás nos hagan un acto de justicia y este disco ha sido la primera vez que he dicho: “dudé tanto de hacer un disco aún teniendo las canciones, que en el momento que decido hacerlo me lo tengo dedicar a mí ya que está aquí porque yo he querido que esté”.
Para mí, ‘Niña Descalza’ define todo esto que he dicho.
En ‘Cristal Oscuro’ también menciono esto en el momento en que dice: “la verdad no dolió extirparme tu rencor, la verdad que en tu honor me he devuelto tanto amor” porque una vez que alguien te ha hecho tanto daño, una vez pasado y asimilado solo puedo devolverme amor a mí misma. Es lo único que te salva.
Yo puedo caer muy bajo, pero en algún momento me levanto. Esto es un resorte que es muy mío. Tengo una resiliencia que me niego a quedarme abajo. Soy una persona muy sensible, puedo llegar muy abajo.Para bien las cosas que me emocionan me hacen llorar de alegría y al contrario, de tristeza absoluta.
Casi este disco es una reconciliación conmigo misma. Me devuelvo ese amor, no pasa nada, da igual lo que piensen los demás. No necesito que los demás me hagan justicia poética, sino hacérmela yo a mí misma (tengo que revisar la nota de prensa).
Háblame de Ricky Faulkner. Quiero que me cuentes cómo surgió la colaboración y si esto es un matrimonio musical en el futuro de Vega.
Para mí ha sido lo más parecido a bailar entre dos artistas que no han bailado nunca juntos sin pisarse los pies. Esa frase de la nota de prensa lo describe muy bien.
No nos conocíamos y hemos trabajado desde el respeto absoluto el uno por el otro y hemos bailado sin pisarnos los pies. Probablemente Ignis no sería un disco si él no lo hubiera producido.
Hay una línea primigenia, volviendo a las líneas rojas de antes, cuando quiero producir un disco con él y necesito que él quiera. Necesitaba sentirme querida, necesitaba que alguien realmente quisiera hacer el disco porque estaba cansada de muchas cosas fatuas que pasan en la industria.
Ha sabido producirlo muy bien, me ha entendido muy bien, hemos bailado y caminado muy bien las canciones con músicos del copón que son productores, además: Xavi Molero, Dani Ferrer, David Soler y Luis Sánchez.
La gratitud trasciende lo musical a lo personal.
Normalmente, suelo ser de matrimonios musicales (salvo que me los rompan). Con Ricky, seguro.
¿Es el disco donde, quizá, mejor has plasmado tu voz?
Ricky me comentó que notaba en mis discos mucho esfuerzo en cantar si ya sueno poderosa sin pretenderlo, vulnerable o frágil sin tener que buscarlo a conciencia. Tengo todos esos matices en mi voz y no hay que buscarlos. En este disco lo que hice fue cantar una vez cada canción (dos veces como mucho) y sí creo que trasciende esa naturalidad que en otros discos no está.
He leído la historia detrás del nombre Ignis. ¿Eres fan de las leyendas medievales, crees en esas cosas?
Me encantan y soy andaluza, no me queda otra, he crecido con eso. (risas) Aparte me encantó poder engancharlo en el concepto del disco. Lo del palíndromo iba a ir dentro seguro.
¿Qué balance haces de La Madriguera Records, el sello independiente que co fundaste para no tener que lidiar con la tiranía de la industria?
Ha sido la aventura más arriesgada que tomé en mi vida, la más divertida, la más dolorosa y es el orgullo que tengo.
Tiene tanto esfuerzo y tanta dedicación de horas que no se ve. Renovamos la imagen, han pasado muchos fuegos, pero resiste.
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Lorena M.
Redacción