Los valencianos demostraron una calidad musical sobresaliente
No cabe duda que en Madrid se tejen buenos festivales, para eso es la capital dirán algunos, y pocos hay como el Inverfest tan eclécticos y completos.
Cada año, y ya van diez, este festival de invierno no tiene nada que envidiar a los que se celebran en los meses de más calor y es que nombres ya consagrados en la industria (sin filtrar géneros o estilos) comparten cartel con artistas que están despegando, como es el caso que nos ocupa.
Lo que vivimos quienes nos acercamos hasta la malasañera sala siroco fue puro disfrute. Empezando por el público, que veníamos con las pilas cargadas de casa dispuestos a pasar un buen rato, y continuando por los propios protagonistas de la noche: Bernal, que encendieron los motores de su maquinaria, que no dejó de rugir en ningún momento.
Se palpaba en el escenario los nervios del directo, la emoción de llegar a la capital de la mano de ‘La Necesidad de Contarlo’, su último trabajo, y haber hecho sold out en una de las salas con más solera y cuna del underground madrileño.
Es que, lo pienso y, debe ser muy fuerte petarlo así, tener al público a tus pies recitando las estrofas que inventaste tiempo atrás y que serían parte de canciones algún día, como en ‘Abril 2022’: Que ganas tengo de que vengas al concierto / que cantemos las canciones que te enseñaba antes de salir.
Recorrieron la batería de temas dedicados al desamor, donde parecen sentirse cómodos, que están presentes tanto en ‘¿Qué tal todo ahí afuera?’, su primer álbum datado en 2022, como en el EP ‘La Necesidad de Contarlo’, que tuvo una fantástica recepción el año pasado cuando lo presentaron en su Valencia natal y del que ofrecieron en Madrid una fiesta de presentación multitudinaria acompañados de amigos.
Lo que destacó de su directo fue lo impecable de la parte instrumental. Bernal lucieron lo que mejor saben hacer: recrearse en notas de guitarra que transparentaban una elegancia y finura para después desembocar en estallidos de batería aplacados solamente por esos cambios de ritmo que tan bien dominan y que enriquecen la versatilidad de la banda. Los valencianos resonaban al Pablo Honey, a veces, y otras tibiamente al post punk de Joy Division.
Parece que quisieron desmenuzar primero ‘¿Qué tal todo ahí fuera?’ saludándonos con ‘Iglú’, y siguiendo con ‘Canciones’, ‘F4c1l’ y ‘Ojalá que vengas’ en las que en ningún momento bajaron el ritmo pese a que nos chivaran algún problemilla técnico dentro del escenario.
Con ‘Alivio Intermitente’ nos vinimos arriba, y es que el single que se sacaron de la manga el pasado mayo rezuma un aire melancólico a pop noventero, que termina dejándonos con ganas de más condensando toda su fuerza en sus dos minutos nueve segundos.
Hubo tiempo para los pogos en las primeras filas: en ‘Perspectiva/Tiempo’, ‘No tienes Idea’ o ‘Ciudad’… Cuando le llegó el turno a ‘Parques’ la euforia se desató del todo estando hasta ese momento casi contenida.
Se notaba la excitación en el ambiente, tanto que ellos mismos tras tocar ‘Entre Naranjos’, dedicada en exclusiva a los valencianos, nos espetaron: “habéis hecho los deberes”.
Cerraron con ‘Abril 2022’, como cerraron ‘La Necesidad de Contarlo’. Y lo hicieron echando el resto, desgañitándose en los versos finales mencionados más arriba, devolviéndonos la gratitud prestada.
No te pierdas otras oportunidades de verles en directo este año.
Lorena M.
Redacción