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_juno, el proyecto con el que Zahara y Martí Perarnau se sienten libres para todo, ha publicado su segundo álbum lleno de ritmos y melodías que sorprenderán a sus oyentes

_juno presentó el pasado viernes 17 de febrero su segundo disco, ‘_BCN747’ en el que dejan atrás el intimismo de una habitación de hotel para enfrentarse a la cruel y postapocalíptica realidad. Fusionando lo analógico y lo vanguardista, el dueto nos invita a ser testigo de sus viajes, dejando atrás la mirilla para ser la propia cámara.

Entre cacaolats y croissants nos reciben en su estudio para contarnos algunas curiosidades acerca de la composición del disco, el recorrido de su proyecto y cómo están viviendo su presentación.

¿Cómo estáis? ¿Cómo lleváis esta promo? ¿Cuántos Cacaolats os habéis tomado hoy (risas)? 

Martí: Aún ninguno, cuando terminemos la entrevista contigo será el primero… Estamos muy contentos, hacía mucho tiempo que no hacía entrevistas y que no sacaba discos y me ha encantado. Ha sido tanto trabajo llegar hasta aquí que ahora es un poco sensación de relajo y de dejar ir…Así que increíble, la verdad.

Zahara: Sí… muy guay. Bueno, es que una de las cosas que más nos gustan cuando está el disco hecho es compartirlo porque todo ese tiempo que estás con él guardado es tiempo que deseas que pase. Todo nuestro trabajo se hizo ya hace muchísimo tiempo y es lo bonito de enseñarlo y de poder ver la reacción. Obviamente, si no le gusta a la gente pues no pasa nada, pero si les gusta siempre es guay, es muy bonito ver que conectan y que entienden lo que estamos haciendo. Es muy emocionante.

M: Nos sentimos muy afortunados también de poder hablar del disco, o sea que contar nuestras mandanguillas a gente como tú pues nos hace mucha ilusión, la verdad. Lo decíamos ahora, es bonito poder hablar de nuestro libro (risas).

Además es muy bonito hacer esta entrevista porque cada vez que sacáis un proyecto, no es solo lo musical, sino que son metaproyectos, ¿verdad? Cada persona escoge si se queda en la escucha de las canciones, si va más allá con la edición física (que son una pasada). La anterior de _juno con el concepto del hotel, este con los manifiestos y los capítulos en Instagram, las canciones, los podcast de vuestra newsletter… ¿Cómo surge este proyecto en el que nunca se acaba de llegar al final?, ¿Cómo concebís toda esa supercomposición? ¿Hay algún camino para aquel que no se quiere perder nada?

Z: Wow… Si lo sabe alguien seré yo que soy la que está chaladísima y me sé el camino… Sé por dónde hay que ir.

M: Solemos empezar con las canciones pero luego ella… Su mente funciona en dos estadios, mientras está haciendo la música también está pensando en todo lo demás.

Z: En este disco, la idea de los viajes es clave, que sea como un viaje a muchos niveles. Son muchos viajes de nuestra vida, pero también es un egotrip de nosotros mismos, de exponernos y de buscar el estímulo fuera. Y eso surge, precisamente, de haber hecho ‘_BCN626’, que es un disco enclaustrado en una habitación de hotel donde os dejábamos mirar por una mirilla.

Empezamos a idear este disco, planificando un viaje justo antes de la pandemia que primero iba a ser a Japón, después decidimos ir a San Francisco. Queríamos irnos 15 días con un equipo mínimo para componer y grabar, hacerlo todo en ese viaje y que ese viaje se llamara From

M: From San Francisco to your home.

Z: Pero claro, todo esto con la pandemia se fue a la mierda, pero sí que se nos quedó la idea de los viajes ahí dentro. Sobre todo porque la pandemia sucedió entre el último viaje que hicimos a Santiago de Chile y el primero a Londres.

En Santiago de Chile estaban en crisis y en su propia revolución y revueltas, las barricadas de las que hablamos en ‘_SCLHR’, y en Londres, justo cuando aquí seguíamos todavía con unas restricciones brutales de mascarilla y no más de cinco personas en una habitación nos fuimos a una rave en Printworks con 5.000 personas. Esto nos petó mucho el cerebro porque la idea de irrealidad, de estar en una ciudad como si fuera la primera vez y no hubiera turistas, que fuéramos los únicos, nos marcó mucho.

‘_SCLHR’ es una de las primeras canciones que hacemos y con ella ya vemos que queremos hablar de esos viajes, de salir, de estar fuera. Justo ahí tenemos por delante mi gira a México y es cuando decidimos recuperar la idea de ese viaje a Los Ángeles y San Francisco.

M: En ese momento es cuando todo se empieza a convertir en «meta-meta» porque tenemos que llevarnos las cámaras a los viajes para hacer las fotos de las canciones que vamos a hacer en las ciudades en las que hacemos las fotos (risas). También en esas ciudades a las que viajamos, nos vamos a una cafetería, sacamos un cuadernito y cada uno escribimos una letra.

Entonces, a medida que vas haciendo esto, me da la sensación que la política de GOZZ, de su sello (señalando a Zahara) es que todo lo que saquen en edición física tenga algo de poso y sea como una manera de explicar el disco y una forma de complementar las canciones y la historia de la que tratan los discos con el diseño y con este formato, en este caso con la revista y las fotos.

Pero siempre en tu cabeza (señala a Zahara) y en la de Guille, que trabaja en el sello, está el ensalzar esa idea y que todo sea «meta-meta», también con el tema de la newsletter, las redes… Da la sensación de que para contar la historia hay que contarla muchas veces en muchos sitios distintos para que llegue solo una pequeña fracción.

Y de muchas formas distintas…

Z: Sí… Y también como en el otro disco hubo más misterio, no queríamos desvelar demasiado, queríamos que hubiese mucha imaginación y que la gente interpretara qué pasa aquí, en esta habitación, si lo que están contando es una historia verdadera, si es una ficción, si hablan de ellos, si hablan de otros… En este nos ha pasado un poco lo contrario. En ‘_BCN747’ queríamos ser superexplícitos, queríamos que todo el mundo supiese todo y que todo el mundo vea todo, porque lo que contamos en las canciones es hablar de lo que sentimos viendo a los demás y que viendo a los demás nos hemos encontrado con nuestras propias miserias y las queremos contar también.

Por eso también surge la idea de la newsletter porque en un mundo en el que las redes sociales están, por un lado, tan estandarizadas, se complica mucho llegar a la gente, ya que tiene muchos inputs, y cada vez creemos más que el seguidor, al menos de nuestros proyectos, tanto en _juno, como en Perarnau o en Zahara, tiene cierto interés en saber qué hay, entonces tampoco hay que darle la chapa a todo el mundo sino que se lo damos a quien lo quiera.

Además, la newsletter surge un poco con la escucha que hicimos, que la gente quisiera venir a saber cómo iba a ser este disco, en Marilians… justo antes de entrar, me decía Martí: «pero lo ponemos y, ¿ya está?» y le decía yo: «no, hombre, hablamos…».

M: Sí y contamos alguna historieta de cada canción.

Z: Claro, de algo habrá que hablar (entre risas) y surgió allí, No sabíamos ni lo que íbamos a decir, pero bueno, cada tema al final era: «claro y en esta canción… ¿Te acuerdas Martí, que pasó no sé qué y entonces tú hiciste esto…?» y se nos iban ocurriendo tonterías y dijimos: «jo… qué guay«.

En un concierto no puedes estar de storytelling, pero quisimos buscar la manera de dar esta información que, en realidad, interesa a un porcentaje pequeño.

M: Claro, pero al que le interese que la tenga.

Z: Nosotros disfrutamos haciéndolo. Hemos hecho solo el de esta primera canción pero lo vamos a hacer de todas, igual que este mundo paralelo de la ciencia ficción. Por un lado está la parte de verdad, de Martí y Zahara que se van de viaje muy emocionados a verlo todo y vuelven hechos una mierda, impactados. Por un lado, porque pensábamos que Estados Unidos era algo fantástico y en realidad estaba destruido y por otro lado nos habían contando historias de terror de México y allí está la gente más increíble que he conocido en la vida. Pensaba todo el rato: «deja de un lado tu xenofobia y tu eurocentrismo y déjame que descubra los países a mi bola».

Encontramos todo lo contrario a todo lo que nos habían contado y eso era lo que queríamos contar en el desengaño de las canciones. De forma paralela, hay otra historia que es que los _junito descubren que el mundo está hecho una mierda y no les gusta nada.

M: Y ven que forman parte del sistema que detestan y no pueden soportarlo.

Z: Y a la mierda todos… ¡¡_Anikilación!! Entonces claro, si hay una aniquilación, reina muerte y no queríamos morir, aunque… hubo un planteamiento en el que moríamos de verdad.

M: Eso ya pasará… espero que tarde (risas).

Z: Sí, ojalá dentro de mucho tiempo. En ese momento, dijimos: bueno, vamos al limbo que nació de verdad después de volver de Printworks, y solo podíamos hablar de ello, de la sesión de Dixon. Cada vez que nos encontrábamos a alguien, era una cosa…

M: Sí, tenían que pensar son unos chapas, pero es que en la última canción que puso casi nos ponemos a llorar…

Z: Sí, yo le decía, «Dixon, te doy las llaves de mi casa, haz lo que quieras«, en primera fila, llorando, pensando ahora ¿qué hago con mi vida?. Entonces se generó el deseo de reanimar ese recuerdo. Queríamos que ese recuerdo fuese un ser que se está muriendo y creíamos que cada vez lo íbamos a recordar menos, entonces teníamos que hablar continuamente de ello para reanimarlo y que no se fuese. Entonces nos vimos atrapados en ese loop y decidimos que si moríamos y alguna vez íbamos a un limbo, ese sería nuestro limbo: una rave en Printworks con Dixon pinchando hasta las 7:47 de la mañana, y de ahí continuamos el juego de los números. Era guay porque era ese momento pero a la vez se estaba acabando…

Pensamos que esa era la definición perfecta de lo que puede ser limbo, que está entre el bien y el mal y acaba así con esta historia de ciencia ficción.

M: La definición es: es guay pero es una mierda a la vez.

Z: Sí, creemos que no hay un limbo mejor ni peor para nosotros.

Zahara: «En este disco queríamos ser superexplícitos, queríamos que todo el mundo supiese todo»

Por lo que contáis, da la sensación de que, aunque de maneras totalmente opuestas, tanto este disco como el anterior han estado muy marcados por la pandemia. ‘_BCN626’ es un disco superíntimo al que le fue ideal la dinámica de los conciertos reducidos…

M: Sí, a mí me sabe mal decirlo. El disco no lo hicimos en pandemia, ocurrió antes, pero nosotros ya habíamos pensado que la gira tenía que ocurrir en sitios íntimos con la gente sentada y la pandemia fue un drama, pero dentro del drama a nosotros no nos cambió demasiado el concepto de los conciertos. Hicimos menos conciertos de los que teníamos pensado, pero pudimos hacer alguno y como nosotros queríamos.

Z: Sí, además era la primera vez que yo tocaba sintes, tocábamos enfrentados y yo no miraba al público y la gente me preguntaba: «¿y cómo es tocar sin ver a la gente por la mascarilla?»; y yo decía: «pues es que no lo sé porque no los miro». Si hubiese sido en un concierto mío, hubiese dicho: «joder qué mala honda».

M: Sí, pero recuerdo que les veíamos sonreír por debajo de la mascarilla, por los ojos.

Z: Sí, se notaba y llegaba una energía muy bonita. Quizá la gente estaba incómoda pero lo que nos transmitía lo bonito que era eso en ese momento.

M: Mucho cariño.

Z: También nos sorprendió mucho que venía mucha gente a sitios poco habituales en una situación muy extraña.

M: A nosotros nos vino también muy bien poder hacer esos conciertos, porque cuando empezó la pandemia yo decía, falsamente para autoengañarme: «no pasa nada, ya me viene bien descansar un poco de los conciertos porque llevo muchos años sin parar». Pero de repente pasaron los meses y cuando di el primer concierto, me di cuenta de que lo echaba de menos como una rata.

Y ‘_BCN747’ es todo lo contrario, es salir de ese encierro y ver los restos, ¿no?

M: Sí, es ver un poco el mundo postapocalíptico que se ha quedado, digamos. Viendo Los Ángeles daba un poco esa sensación.

Z: Es que allí ha hecho estragos la pandemia, San Francisco es de las ciudades más caras del mundo y la gente no tiene literalmente para vivir en ningún sitio, entonces viven en la calle y eso genera una sensación de inseguridad, mucho clasismo, muchísima separación. Encima al haber tanta pobreza y tanta droga tienen unos líos enormes en EEUU con los opiáceos y todo eso lo ves, no está escondido, convives con ello.

Yo estuve en San Francisco hace diez años y es verdad que San Francisco no me impactó tanto , la vi bastante parecida pero lo de Los Ángeles fue una cosa… como ver un capítulo de ‘The Walking Dead’.

M: Fue como si el capitalismo hubiese llegado a su último capítulo, pero el problema es que nunca es el único, siempre hay otro en la vuelta de la esquina.

¿Y qué canciones nacen allí?

M: Pues nacen muchas, o más que muchas, pequeños retales. La más clara es ‘_Los Feliz’, que es un barrio de Los Ángeles.

Z: Parece increíble, ver todas las casas en las que no vas a vivir nunca.

M: Claro, estaba por un lado, toda la pobreza y como el fin del mundo y separados en la montaña, los ricos.

Z: Sí, en sus mansiones, completamente protegidos como «que no nos roce la pobreza«, carriles de caminos solo para acceder a sus casas.

M: Todos bien aislados y es justo ahí de donde sale ‘_Los Feliz’… ‘_SCLHR’ nace entre Santiago y Londres, en ese tiempo entre pandemia y post pandemia. De Estados Unidos la más clara es ‘_Los Feliz’ y ahí lo echamos todo.

Z: ‘_La Biblioteca Nacional’ es más de México y Amsterdam.

Solo habéis sacado una canción como adelanto del disco, siguiendo la filosofía de _juno, pero frente a eso también están las escuchas en las diferentes tiendas de discos. ¿Qué os lleva a esa iniciativa?

M: Hay veces que el sistema de la música te lleva a sacar adelantos y estuvimos a punto de hacerlo, pero dijimos, para una vez que no tenemos obligación de nada, para qué vamos a sacar adelantos, si a veces a nosotros como oyentes tampoco nos flipa. A mí me pasó con los de The War of Drugs, empezaron a sacar adelantos y pensaba: «no me los saquéis, dejadme escuchar el disco».

Z: Bueno, y con los de Billie Eilish yo pensaba que no me iba a gustar nada el disco, no me gustaban nada los singles y cuando salió me encantó por el concepto del disco, fuera de él no me parecía que tuviesen sentido. Sentíamos que, aunque teníamos nuestros pequeños hits o nuestros temas más singleables como ‘_Anikilación’ o ‘_La canción que no vas a hacer hoy’, no queríamos darle tanto protagonismo a eso sino que la gente escuchara el disco. Hemos tenido este pequeño detalle de dar un adelanto, también porque nos hacía ilusión y hemos querido hacerlo.

M: Sí, nos hacía mucha ilusión.

Z: También nos parecía que era una canción que resumía un poco todo, nuestras historias, el espíritu de _juno está ahí pero ha evolucionado, ya no es exactamente igual que el otro.

M: Sí, pero lo de la escucha era como hacer una especie de adelanto en el mundo real y que quien quisiera realmente hacerse un spoiler completo, lo podía hacer. Nosotros estuvimos solo en el de Madrid, hubo en varias ciudades pero aquí en Madrid fue un flipe. Vinieron 80 personas y fue muy bonito.

Z: Fue tan bonito la experiencia de escuchar nuestro disco con gente… Nosotros no nos escuchamos salvo cuando tenemos que sacar las canciones, que las escuchamos hasta la saciedad cuando las estamos componiendo, grabando y produciendo. Entonces, claro, dejas pasar mucho tiempo hasta que las vuelves a escuchar para sacarlas y para tocarlas, o se las pones a un amigo con el que intercambias canciones, pero aún así siempre acabas hablando y aquí era: vamos a escuchar nuestro disco, la gente está atenta y vamos a contar nuestras historias.

M: Fue la primera vez en mi vida que escuché un disco entero con tanta gente delante, en la misma habitación y todo el mundo en silencio, no lo he hecho ni con el Abbey Road de The Beatles.

Z: Y sin mirar el móvil. Yo entendía que iban a estar escuchando, que si explicábamos las canciones iban a entrar más en lo que estaba pasando pero que habría un momento de desconexión.

M: Nadie hizo ni un storie, ni un spoiler, fueron majísimos.

Z: Yo me sentía hasta un poco mal, pensaba: «os podéis ir si no os está gustando, de verdad«.

M: De las mejores experiencias musicales que he vivido.

Z: Fue superbonita. Luego nos ha dado un montón de ideas, como la del podcast que hemos comentado.

M: Solo esperamos que a partir de ahora cuando lo hagan digan que eso es hacerse «un _juno». Algo así como «Venid a nuestro _juno«.

Z: Sí, se lo recomiendo a todas las bandas pero que no lo hagan, que es nuestro (risas).

Habéis mencionado que ‘_BCN747’es muy diferente al anterior, en este disco los _junito salen a la calle… ¿Cómo describirías este trabajo frente al anterior? Y, sobre todo, ¿qué ocurre un 24 de septiembre de 2021 para que deis un portazo y rompáis con la 626?

Z: En realidad surge mucho antes. Todavía en prepandemia, en 2019, estábamos de vacaciones el Lloret del Mar y yo me acababa de comprar la Gibson y para mí cada instrumento nuevo tiene una canción, entonces hice la rueda de acordes de ‘_SCHLR.’ y ahí quedó, aunque sabía que era para _juno, quedó ahí y se nos olvidó. Entonces, hubo un día, después de sacar ‘PUTA‘, porque en el proceso de PUTA era imposible, casi no sobrevivimos ni como humanos, así que imagínate hacer otro disco en medio (risas).

Entonces cuando ya se entregó en mastering y ya teníamos la fecha, fue ya, vale, cuando quieras quedamos y el 24 de septiembre del 2021 fue el día en el que Martí vino a casa y empezamos a organizar las ideas.

Abrimos las sesiones y empezamos a escuchar las tomas que habíamos ido grabando: la rueda de acordes de ‘_SCHLR’, la rueda de ‘_Los Feliz’ y empecé a tomar notas en la libreta naranja (a Martí) de las ideas que había, para qué canciones ya había letra…y por eso lo consideramos el inicio de la grabación.

M: Y como un mes después empezamos a marcarnos sesiones de quedar un día y hacer una canción al día, pase lo que pase.

Lo que no pasó con ‘_La canción que no vas a hacer hoy’…

M: No, con esa no pasó… (risas)

Sin embargo, algo que me llama mucho la atención de ‘_La canción que no vas a hacer hoy’ es que habláis de todas las cosas que no vais a poder hacer pero el vídeo está plagado de recuerdos.

Z: Es que no teníamos imágenes de cosas que no (entre risas). De hecho el hotel que se ve en las imágenes es muy grande y muy bonito, ese es el hotel que digo que no me he comprado… qué desgracia. Era muy barato, costaba menos que una casa en Madrid, solo decía: «pero por qué no estamos comprando ese hotel ahora mismo…». Se había vendido por subasta tres días antes, pero vamos, que me pilla loca y voy al banco a hipotecarme (risas).

Por una parte ese hotel es símbolo de lo que no voy a hacer y por otra parte, las imágenes de Japón son de mi amiga Nerea que vive allí y nos las grabó. Fueron un regalo porque en realidad gracias a ellas pude hacer el vídeo, sin Japón no podría haberlo hecho nunca.

Todas las canciones vienen ilustradas con un vídeo de nuestros viajes y esa canción es el viaje que no pudimos hacer. Toda la canción fue muy complicada de escribir porque al ser en negativo ya no sabías lo que estaba pasando, qué estabas viviendo… Y en el vídeo ya era imposible plagarlo de cosas que no.

M: A mí el vídeo me parece muy nostálgico precisamente por eso, la letra habla solo de cosas «que no» y el vídeo está lleno de recuerdos, a mí me rompe bastante el patatón.

Z: Y aparte es el único vídeo que tiene cosas que no tienen nada que ver con las canciones porque ahí sí que pensé: «si son cosas que no han pasado, ya que estamos poniendo cosas que sí, qué más da». Además cuando decidimos que iba a ser la carta de presentación nos dio la libertad de poder hacerlo con imágenes reales.

Muy ligado a esto y al podcast que habéis mandado a través de vuestra newsletter y que invito a escuchar desde aquí, quería preguntaros si tenéis alguna canción o historia predilecta dentro del disco. Sé que Martí sí..

(Explotan entre risas)

M: Eso fue muy gracioso.

Z: Qué momento más increíble…

M: En realidad era broma, es que no sé hacer podcasts, lo que quería decir es que me gustan todas, cada día tengo una nueva favorita pero no fui capaz de expresarlo… Es muy difícil decidirlo… ‘_Los Feliz’ es muy favorita.

Z: Durante mucho tiempo fue ‘_Anikilación’, porque cuando llegó dijimos «pero cómo hemos hecho esta canción…«. Nos pareció muy divertida y pensamos: «mira, toda la bondad de _junito se ha ido por el desagüe«.

M: Llegó muy rápido, fue una canción de esas en las que los acordes salieron como «pam«, caídos del cielo.

Z: Durante mucho tiempo fue la favorita, pero es difícil elegir porque es verdad que le tenemos cariño a muchas, cada una tiene un momento y como son fotos de la vida y de momentos increíbles es muy difícil elegir. Ahora montándolas para el concierto decimos: «pero mira qué bonita esta«.

M: Sí, sí nos gustan todas, somos unos padres orgullosos (risas).

Z: Sí, somos gilipollas y fans de nuestras propias canciones.

Martí: «A mí me encantaría que fuese posible dentro de este sistema un modelo de ser exitoso desde lo pequeñito»

Y ahora, después de haber roto tanto con lo anterior, ¿a dónde os llevará el siguiente? Da la sensación de que con _juno os atrevéis a hacer todo lo que no podéis con vuestros proyectos personales, el hecho de no tener que sacar un single, de no hacer el tipo de conciertos a los que estamos acostumbrados…

M: Sí, sí eso es verdad.

Z: De hecho, literalmente dije esta frase a Martí: aquí que no tenemos la obligación de sacar single.

M: Sí, aquí no tenemos la obligación de nada, pero es imposible saber porque estamos demasiado cerca del disco.

Z: Pero…

M: Ayer por la noche fuimos a cenar para celebrar la salida de la canción y ella dijo: «¿y cómo será el próximo disco de _juno?» y ya tuve que decir: «bueno, por favor, esperemos un momento».

Z: Pero porque yo vivo ahí todo el rato, soy superfeliz maquinando.

M: Sí que tengo la sensación de que todo es posible, y ahora simplemente es dejar pasar el tiempo, escucharnos a nosotros mismos y ver qué nos pide el cuerpo, pero sí que es verdad que sentimos mucha libertad y que en ese sentido, queremos preservarlo mucho. Es la operación Libertad Duradera.

Z: De hecho, con este segundo disco hubo un follón logístico porque había unas fechas que ya estaban confirmadas, entonces había que anunciarlas sin disco y por un momento sentimos la presión de sacar un adelanto en enero. Ahí decidimos hacer una intervención y dijimos: «no va a pasar», y no pasó, que cada uno hiciese su trabajo y nuestro trabajo como grupo y mi trabajo como sello es que no va a haber adelantos. La gente tiene que escuchar el disco y si no lo escuchan, que no lo escuchen y ya está.

M: Es nuestro sitio, donde podemos hacer las cosas como queremos y cuando queremos sin que nadie nos cuente.

Z: Y si la gente no viene a los conciertos y salen menos conciertos tampoco pasa nada. Ahora hay una urgencia y una necesidad de tocar muchísimo, de tocarlo todo, de mostrar las salas llenas de tener chorrocientos mil oyentes, de crecer muchísimo… y es como, bueno pues qué guay, yo también participo de eso y lo crítico en este disco, que estamos obsesionados con eso y que acabamos tomando decisiones fruto de lo que los demás esperan de nosotros pero paremos y preguntémonos qué queremos hacer. Y por eso también estamos contentos de haber sacado ‘_La canción que no vas a hacer hoy’, porque lo hemos hecho conscientes de que queríamos enseñar esta cancioncita antes, pero que no nos cuenten. Te juro que me muero de ilusión porque nunca hay vuelta atrás.

M: A mí me encantaría que fuese posible en este sistema un modelo de ser exitoso desde lo pequeñito, desde lo abarcable, sin que las cosas exitosas tuviesen que ser monumentales como las pirámides de Egipto, sino una cosa pequeñita como _juno, pudiendo hacer conciertos pequeñitos y avances pequeñitos.

Z: Como ciudades pequeñas sostenibles pero en la música.

M: Exacto. Esa sería nuestra apuesta, luego ya musicalmente veremos lo que pasa.

Z: Para nosotros es como si acabáramos de coger un trozo de piedra gigante que hemos estado tallando durante dos años y hemos descubierto que este es el caballito que estaba escondido dentro del bloque, ya ahora tenemos otro bloque delante ante el que nos preguntamos: «¿Qué habrá?» y me muero de ganas de ponerme a dar golpecitos a la roca. Vivo en la ilusión constante.

M: Lo que más mola siempre es la ilusión del principio, cuando surgen las ideas y no se han realizado aún.

Z: Claro, porque este disco antes de nacer estaba en Japón, en San Francisco, estaba viajando de otra manera… todo era posible. Ahora ha sido esto, pero ¿qué será lo siguiente?

Respecto a los conciertos, ¿qué puesta en escena nos espera? ¿Vamos a seguir viendo a dos científicos de la música haciendo experimentos sobre el escenario? ¿Habrá más fechas además de las que habéis anunciado?

M: Sí, sí. Todo irá a más. Va a haber más fechas que las que hemos anunciado y creemos que hemos preparado un show bastante más guapo que el anterior, con Ezequiel Gómez de socio. Estamos preparando una bienvenida a nuestro limbo, que ocurra en los teatros y en las salas, y este mundo del que hablas de los científicos va a ir a más. Queremos que sea un viaje bastante serio. Estamos muy contentos con lo que se está montando.

Z: Queremos que combinen nuestros instrumentos viejitos y analógicos de museo con las máquinas más modernas, que se procesen cosas ahí.

M: Será súper en directo y sin secuencias.

Z: Está siendo muy divertido de montar y, aunque no podemos desvelar nada porque queremos que lo veáis, la idea del limbo cuando hablábamos con Eze, pensábamos algo así como: «Pues los que vengan al concierto están muertos y están ahí ese ratito invitados a nuestro limbo… todos muertos».

M: Sí, el reto es conseguir eso, llevarnos a todos a la rave que sería nuestro limbo.

Para terminar, ¿qué libros forman vuestra Biblioteca Nacional? ¿Y qué os lleváis en vuestra maleta mal hecha?

Z (Entre risas): Mira, yo voy a rescatar uno que no viajó pero que se puede leer mil veces, y es ‘Las Malas’ de Camila Sosa Villada. Espectacular, de los libros que más me ha impactado, conmovido y transformado.

M: Yo llevaría ‘La Escoba del sistema’ de Foster Wallace, y en mi maleta mal hecha siempre está mi altavoz, que nos llevamos a todos los lados.

Z: Es divertidísimo… Cuando llegue ‘_La Biblioteca Nacional’ al podcast explicaremos de dónde vienen todas estas referencias.

M: A México nos llevamos doce libros o más para acabar no leyendo ninguno, solo para que nos cobraran el sobrepeso de la maleta mal hecha.

Elena de la Fuente

Elena de la Fuente

Redacción