Rufus T. Firefly y Ani B Sweet triunfaron en el festival gratuito, en un ambiente cercano y accesible para todos los públicos
Uno sube las escaleras de la boca de metro de San Cristóbal de los Ángeles, en la salida de la calle Tertulia, en el distrito de Villaverde, Madrid. Está atardeciendo y se ve gente paseando el bulevar, pero no demasiada. Algún bar lleno de parroquianos. La vida cotidiana que transcurre en estas calles del sur madrileño.
En la esquina se percibe algo de bullicio y algunos coches de policía que cercan un polideportivo con sus canchas de futbito, en aparente buen estado, unas pequeñas gradas y un templete en el lateral perfectamente preparado para albergar conciertos de música moderna.
No puede faltar el puesto de comida con su característico olor a bocata de calamares, ya que aquí no hay ningún food truck. Señores mayores, jóvenes y muchas familias, la mayoría del barrio y unos pocos que nos hemos acercado componen el público presente. Y no puede faltar Julio Ruiz, mítico exlocutor de Radio 3, que en su jubilación sigue apoyando la música independiente, como siempre ha hecho. Un grande.
Esto es, sin más, el entrañable festival Indyspensable, que, de forma milagrosa, se ha celebrado durante dos décadas en el distrito de Villaverde. Gratuito, cómodo, accesible y para todos los públicos.
En su escenario ha tocado lo más reputado del panorama alternativo nacional; bandas emergentes junto a otras ya consolidadas que contribuyen a acercar la cultura musical a los barrios sin mayor pretensión.
El triunfo de la veteranía
La edición de este año arrancó el pasado viernes 27 de septiembre con un cartel que mezclaba el pop, más o menos eléctrico y electrónico, a ratos luminoso y a ratos más oscuro, con el combo compuesto por Malamute, Vangoura y Amatria.
Pero todo evento de este tipo requiere una cabeza de cartel y, en este caso, fue el grupo liderado por Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro, más conocidos como Rufus T. Firefly. Los de Albacete son una de nuestras mejores bandas, y cada actuación es una prueba de su categoría.
Destilan calidad interpretativa, honestidad y un conocimiento musical profundo, más allá de la psicodelia que envuelve sus composiciones. Un pequeño gran recital.
El sábado, tras Carrera Blanca y Adiós Amores¸ pudimos disfrutar de la contundencia de La Habitación Roja que, en un ejercicio pleno de fuerza, nos recordaron que dominan su oficio y que saben hacer rock. Trece discos a las espaldas y más de 25 años de carrera respaldan su solidez.
La andaluza Ani B Sweet, en solitario, sin Los Estanques o los propios Rufus, fue la encargada de cerrar la noche y el festival. Sonó a rock tradicional, profundo y sin complejos, que evidencia sus raíces setenteras con versiones de Jefferson Airplane e incluso Miguel Ríos. Desde la humildad, ofreció una actuación que sorprendió por su garra.
El festival volverá el año que viene
La representación de la actual administración del Ayuntamiento de Madrid confirmó que el Indyspensable regresará el próximo año. Seremos testigos otra vez de cómo esa pequeña aldea gala obra el milagro de hacer sobrevivir a la escena independiente lejos de grandes escenarios y recintos pensados para asomar en pequeñas pantallas verticales.
La música se disfruta mejor en la distancia corta.
Yago Hernández
Redacción