fotos de Lucía Poveda (@povedx)
El festival sigue creciendo y sorprendiendo, unos de los artistas más esperados de este año fueron La Oreja de Van Gogh, los cuales no defraudaron a nadie
La tercera edición del festival Oasis Sound se celebró los días 5 y 6 de julio en La Solana, un pintoresco pueblo de Ciudad Real, que se convirtió en el epicentro de la música y la fiesta.
Durante dos noches inolvidables, el escenario del festival acogió a una impresionante alineación de artistas y bandas, desde los enérgicos acordes de Veintiuno, Cora Yako y Malmö 040, hasta la consagración de Dorian, La Oreja de Van Gogh y Delaporte.
La fiesta continuó con los vibrantes sets de DJs como Envenenadub (Samu Sobrino), Bita DJ y los residentes de Ochoymedio, que mantuvieron a los asistentes bailando hasta el amanecer. Este evento, que sigue creciendo año tras año, ha demostrado una vez más que el Oasis Sound es una cita imprescindible en el calendario musical del verano.
El viernes 5 de julio, Vuelo Fidji abrió el Escenario El Pueblo. Dieron un concierto impresionante para las condiciones que había, mucho calor y la selección española de fútbol jugando los cuartos. Aún así, fueron bastantes personas las que se acercaron a apoyarles y bailar acompañados de su energía.
Por otra parte, Veintiuno fueron los encargados de calentar el ambiente en el escenario principal. Cincuenta escasos minutos en los que pudimos disfrutar de sus grandes temas como ‘Dopamina’, ‘La vida moderna’ o ‘Cabezabajo’, pero también su último single, ‘Estarás’. Pusieron a todo el público a saltar y descargar energía para pasar a Merino.
El Escenario El Pueblo se llenó para escuchar la dulce voz de Merino, destacando de este concierto la emotividad que se vivió cuando interpretó ‘Demasiado grande’, tema en el que colabora el gran Iván Ferreiro, creando pura magia con la unión de sus voces.
Tras esto, llegó Dorian al otro escenario para cautivar al público y dar paso al rock duro y la electrónica.
Cora Yako fueron los encargados de cerrar el escenario pequeño, el cuál fue novedad este año. Un entrante perfecto para lo que se venía a continuación.
Delaporte abrió la veda de la electrónica. Todo el público saltó y cantó sus canciones como si fuera lo último que iban a hacer esa noche. La propia Sandra afirmó que hacía tiempo que no disfrutaba tanto un pogo.
Por último, en el escenario Oasis Sound se fueron secuenciando diferentes DJs, comenzando con Envenenadub (Samu Sobrino), Juan Reina y PJ DJ y Manu Rod, mano a mano.
La segunda jornada la inauguraron Elesko, en el escenario principal y, posteriormente, Majo Avilés en el secundario. Malmö 040 llenaron el recinto a las 20:30 de la tarde bajo un sol que, por suerte, nos daba un poco de tregua.
Cabe destacar que a pesar de ser 5 amigos que se comían el escenario, hubo hueco para dos colaboraciones, una con Hey Kid y otra con Maren. Este bolo fue un anticipo de lo que nos deparaba esta segunda ronda del festival.
Todo el público se desplazó hasta la otra punta del recinto para presenciar el concierto del ya mencionado Hey Kid. A pesar de que se notaban las ansias por ver a los esperados La Oreja de Van Gogh, el público también se volcó con este artista cantando sus temas sin parar.
Y por fin llegó el cabeza de cartel que todo el mundo esperaba. Las luces se encendieron y comenzaba la música que daba paso a la banda. Por desgracia, un par de fallos técnicos hicieron que el inicio del show se retrasara, pero no tardaron demasiado en solucionarlo. Detrás del tiempo me instalé... resonaba por toda La Solana. La Oreja de Van Gogh nos hizo disfrutar de hora y media de sus temas más míticos.
Con toda la energía del mundo y tras desahogarnos cantando a pleno pulmón ‘Rosas’, ‘La playa’ o ’20 de enero’, el público nos movimos al concierto de Maren.
Para cerrar la fiesta, Siloé emocionaron al público y dieron paso a la esperada Bita. Aún quedaba mucha madrugada por delante, así que también se pudo disfrutar de los DJs residentes de Ochoymedio, Alex Curreya junto a Deivhook y para cerrar la fiesta estuvo Juanma Sound.
Cabe destacar la mejora que ha tenido el festival en este año. Otro escenario más para evitar las largas esperas entre concierto y concierto hizo el festival más ameno. Pero una pega de esto es que no fueron gemelares, pues era algo incordio tenerse que desplazar pues si querías mantener tu sitio, era prácticamente misión imposible. Sin embargo, el excelente sonido hizo que mereciera la pena el moverse.
Lucía Poveda
Redacción