Wall of Eyes (2024)

  • The Smile
  • ⭐️ 10/10
  • XL Recordings

Segundo trabajo de The Smile desde que irrumpieron hace apenas dos años

Parece más tiempo del que llevan como banda realmente, será porque Tom Yorke es la cabeza visible también de este proyecto, pero The Smile, lejos de ser un grupo de culto aún, sacaron este 2024 su segundo álbum. Son bien jóvenes, nacieron en la era post apocalíptica de aquel virus que ya casi no nombramos, pero sus canciones tienen tanto peso que se nos antoja marcarlas a principios de siglo, cuando ‘Hail to the Thief’ dio un golpe en la mesa con las enormes ‘When I End and you Begin’ o ‘Sit Down, Stand Up’.

En una reciente entrevista a NME, hablaban así de este segundo trabajo ‘Wall of Eyes’ (XL Recordings, 2024) : “El primer disco se hizo durante la pandemia, y el segundo disco todavía es, de alguna manera, una herencia de ese período de alegría de estar en la habitación con alguien y tener una experiencia creativa. Fue divertido, fue una celebración de algo”.

Grabado en los estudios Abbey Road (admiten no tener ninguna influencia de The Beatles) con el productor Sam Petts-Davies a quien conocen muy bien y con el que se divirtieron en el proceso, este segundo trabajo se compone de ocho canciones (recordemos que el primer álbum tuvo trece) y así lo explicaban: “hay más canciones, pero esas ocho simplemente encajan. No fue algo realmente consciente, simplemente todas parecían trabajar juntas de alguna manera. Sam nos ayudó a ver eso”.

Es imposible que no disociemos la figura de Radiohead en The Smile. No es algo con lo que la banda intente luchar, lo que es, es y la voz de Tom Yorke siempre tendrá ese cliché. Ya en la primera escucha del álbum te queda la sensación de haber reparado algo por dentro. Sin estar quizá tan atento a los versos, la inagotable búsqueda de Yorke por terrenos ya pisados en otros proyectos como Atoms for Peace no se vuelve reiterativa o reciclada.

Nada más empezar tenemos el tema que da título al álbum: ‘Wall of Eyes’, en donde se van añadiendo capas de instrumentos etéreos con la voz siempre inspirada de Yorke como hilo conductor hacia un lugar líquido y húmedo.

La batería de Tom Skinner (Sons Of Kemet) es un latido continuado en ‘Telharmonic’. Estupenda en cómo Tom Yorke juega como le da la gana con su voz transitando por los lugares oscuros que subraya la letra Caught in dragnets by fishermen /Wanting payback, payback / Where are you taking me?.

No te deja un momento para poder asentarse en un lugar y el álbum salta continuamente de géneros. Es lo que ocurre con ‘Read the Room’, con un comienzo muy monocorde y algo turbio para terminar en una ida de olla psicodélica.

Skinner tiene decisiones de gusto que ni Greenwood ni Yorke tomarían y eso ha hecho crecer a la banda. En ‘Under Our Pillows’ lo demuestra con su batería, armando una pieza electrónica donde se nota disfrute. El cuarto corte termina en un hipnótico final al cual descubres por primera vez en cada escucha.

Aparece el piano inconfundible de Radiohead a mitad de este viaje junto a la voz de Tom y voilá!, surge el combo que el británico domina. Eso es ‘Friend of a Friend’, un delicioso medio tiempo que bien podría ser un descarte del ‘Hail to the Thief’, para encadenarla a la experimental ‘The Quit’, quizás la que más se acerca al sonido de ‘A Light for Attracting Attention’ (2022). El verso And where it goes se mete como un mantra mientras los violines flotan en un líquido amniótico creado por la conjunción del trío sobre una base rítmica (de esas que tanto le gustan a Yorke).

La aproximación a The Beatles la tienen en ‘Bending Hectic’ con un barrido de afinación a mitad de la canción, intencional, ya que estaban en el mejor estudio de Londres. La química de la banda es un hecho incuestionable. Han tomado una elección de sonidos que alcanza el post-punk, e incluso el jazz, junto a la electrónica sombría ya trillada y una pizca de rock insolente.

Con ‘You Know Me’ cierran un trabajo demasiado bueno para creernos que el próximo lo superará. En este último track Tom Yorke vuelve a la lucha existencial consigo mismo, con cierto hastío: I’m a boxer on the ropes / You are standing in my light / You’ve wound yourself around me, o eso es lo que nos quiere hacer creer porque en realidad ‘Wall of Eyes’ es un disco bastante críptico en su desarrollo pero de inagotable disfrute.

 

Lorena M.

Lorena M.

Redacción