La banda prosigue con ‘The River Tour’ tras telonear los conciertos de Fito & Fitipaldis
Desde su primer álbum en 2016, Morgan carga a sus espaldas con cientos de directos y una legión de seguidores cada vez más numerosa. Han pasado muchos años y, sin embargo, seguimos recibiendo sus muestras de talento con la expectación e ilusión de quien sabe que está a punto de presenciar algo único. En plena vorágine de conciertos y carretera, he tenido la suerte de charlar un rato con Ekain Elorza, batería de Morgan, sobre sus planes de futuro y sus sensaciones como banda.
En relación con el disco ‘The River and The Stone’ que sacasteis hace ya… bueno, no hace tanto, un añito o así…
Sí, un año hizo hace una semana.
Habéis hecho muchísimos conciertos desde la salida del disco hasta este momento. ¿Cómo habéis vivido la acogida de los nuevos temas?
Bien. El disco salió creo que el 15 de octubre y en dos semanas ya nos pusimos a girar. Nosotros llevábamos dos años sin tocar con esto de la pandemia, y el fin de gira anterior nos coincidió justo con el momento en el que se cerraba todo.
Para nosotros la vuelta a los escenarios fue como poco a poco. Volver a recuperar sensaciones, volver a sentirnos cómodos en el escenario. Con una nueva formación también, porque Ovi (Alejandro Ovejero) había dejado el grupo. Fueron muchas emociones juntas. Y también por ser en teatros, que es un formato mucho más solemne digamos. Costó un poquito, muy poquito, pero enseguida nos dimos cuenta de que volvíamos a estar en nuestro hábitat.
Y recibir el calor de la gente nos dio mucha vida en un momento en el que todavía estábamos con bastante incertidumbre. Nos ayudó mucho para volver a sentirnos una banda de directo y la verdad que estamos muy agradecidos con toda la cantidad de gente que vino a vernos y cómo acogieron las canciones nuevas.
Qué guay, qué ganas de volver a veros, la verdad. Estuve cotilleando entrevistas pasadas y hace un par de años o así, en una entrevista que hicisteis para Vatios Vatios, comentabais la ilusión que os haría tocar en sitios como el Teatro Arriaga en Bilbao, o el Palau de la Música. Eso ya lo habéis conseguido así que ¡enhorabuena!
(Risas) Gracias, gracias. Van pasando cosas. La verdad que es alucinante el viaje que estamos teniendo, y cuando echamos la vista un poco para atrás, uf, impresiona. Los sitios en los que hemos tocado, cómo nos ha acogido la gente. Ahora que lo has dicho, me acuerdo del Arriaga, que para mí es como un templo. De verlo lleno, lleno de amigos también, porque allí está familia y la mayoría de mis amigos, cómo nos acogieron…
O el Palau de la música, que fue sin duda el mejor concierto de toda la gira con un público espectacular y, buf, me pone los pelos de punta solo de acordarme así que… Bueno, dime, dime.
Después de todas estas experiencias, me gustaría saber cuáles son las expectativas que tenéis ante la nueva gira de salas. Si hay miedos o si ya son todo sensaciones positivas.
A ver, siempre hay miedos. Nunca damos por hecho que vaya a venir gente a vernos. Eso es algo que no sé si queda claro cuando Nina lo agradece todo el rato en los conciertos. Hemos tenido mucha suerte porque siempre que hemos tenido un concierto ha venido un montón gente a vernos, pero no es algo que demos por hecho. No es como “bueno pues hacemos esta sala y estará llena y ya…”. No. Siempre que la vemos llena nos parece un milagro.
Intentamos no tener expectativas, intentamos ir paso a paso y pensar a un año vista máximo. Daremos los pasos lógicos, y si en algún momento metemos la pata en alguna sala que se nos queda un poco grande, pues no pasa nada, y seguiremos nuestro camino. Pero no, no somos ni de meternos mucha presión a nosotros mismos ni de marcarnos objetivos muy ambiciosos. Simplemente queremos seguir nuestro camino, estar a gusto y cómodos, y que podamos seguir componiendo de la manera que hemos hecho hasta ahora. Esa es un poco la filosofía desde el primer día. Cada pequeño salto nos ha dado un poco de miedo y vértigo.
Cuando hicimos la sala Costello, que son 150 personas, no es una sala muy grande pero bueno, era un miércoles y fuimos con miedo. Era el segundo concierto y dije “bueno pues a ver quién viene”, y se llenó. Y al mes y medio o dos meses cerramos la sala Sol que eran 300 personas o 350, y fuimos con miedo también, a presentar el disco. Se llenó. Pasamos al Teatro Lara que son 450/500 y fuimos con miedo igual y se llenó. Y luego la Joy Eslava…
Todos los pasos es como “a ver qué pasa”, pero nunca hemos estado ahí en un punto de “se llena seguro, no os preocupéis”. Siempre hay un poquito de riesgo y miedo en casa paso que se da. Por lo menos en nuestra banda, no sé en otras (risas). Pero como nos ha salido todo el rato bien, pues seguimos arriesgando (risas).
Me parece una filosofía muy sana y que dice mucho de vosotros como banda. Respecto a esto que acabamos de comentar de pasos lógicos y asumir riesgos que podáis gestionar, he visto que la última fecha que tenéis en esta gira es el WiZink Center de Madrid. No sé muy bien cómo gestionáis eso, ahora mismo muchas bandas señalan haber tocado en el WiZink como un escalón más dentro de su carrera. Me gustaría saber cómo lo veis vosotros, si le tenéis respeto.
Muchísimo (risas).
Sí, ¿no?
Le tenemos muchísimo respeto y muchísimo miedo. Estuvimos viendo a The Black Crowes hace unos días los seis y una vez que estás en el público dices “uf, esto es grande, grande”. Pero no sé, es algo que queremos probar, nos gustan los retos nuevos e intentar ofrecer al público algo diferente. Por eso en este caso vamos con vientos y con coros, y con cuerdas también. Es algo que llevamos haciendo desde el principio, desde la presentación del disco en El Sol. Ahí estuvimos acompañados de las coristas y de los vientos.
Cuando dimos el paso a la Joy Eslava también nos acompañaron. Cuando hicimos nuestros primeros Prices también. Siempre que damos un paso hacia un recinto más grande nos gusta ofrecer otro formato y otra experiencia que sea diferente a lo que es el concierto estándar de Morgan. Un poco por nosotros también, sentirnos más arropados y sentir que estamos ofreciendo algo diferente, nuevo y especial para todos. Es una experiencia nueva para el público y para nosotros también, porque es algo que ocurre esa noche solo.
Lo preparamos a conciencia y pasamos muchas noches sin dormir para que salga bien. Solemos estar tan nerviosos que cuando acaba es increíble, es una sensación única. Entonces sí, nos da vértigo, nos da miedo, pero bueno. Hemos hecho a estas alturas ya cuatro Prices, hemos hecho dos Rivieras, y también queríamos tocar en un recinto en el que no se agotaran las entradas. Que todo el que quiera venir a vernos, que venga y que pueda estar. Y vosotros también con prensa (risas), que siempre andamos con líos de que a última hora hay un montón de gente que se queda sin entradas, y es una pena que hagamos dos Prices y que aún así sintamos que hay un montón de gente que no ha podido ver el concierto.
Creemos que el WiZink es el lugar en este momento de nuestra carrera que todavía se nos queda grande y va a poder venir a vernos todo el que quiera. Ahí están un poco los motivos por los que lo hacemos.
A mí me parecen todos muy lícitos (risas).
La verdad que no aceptamos hacer el WiZink pensando en que íbamos meter las 16.000 personas que caben. Simplemente elegimos un formato con la mitad de aforo y ahí pues entrarán todos, vengan 2, 3, 5, 6, 7 o los 8 (mil), los que sean. Pero por una vez podremos hacer un concierto en Madrid en el que pueda vernos todo el que quiera.
Entiendo que no es tanto la ambición de llenar el recinto sino la de poder llegar a todos los fans y probar un formato nuevo que es muy interesante.
Eso es, y poder vivir una noche única tanto para el público como para nosotros, porque va a ser la primera vez que lo hagamos con las cuerdas y con este repertorio. Estamos dándole ahora vueltas y poco a poco, va tomando forma ya la historia. Tiene muy buena pinta, la verdad. Apunta a ser una noche única por lo menos (risas).
Estoy nerviosa hasta yo por ir (risas).
Sí sí sí, intento no pensarlo mucho porque me vuelvo loco, la verdad.
Irá bien seguro. Habéis tocado en festivales de gran formato con público numeroso. Me pregunto si vivís diferente las actuaciones de festivales, en las que sabéis que hay gente que quizás ha ido a ver a otras bandas y que está ahí un poco para descubriros, a uno de vuestros propios conciertos.
Totalmente diferente. Piensa que hemos estado de gira con Fito y Fitipaldis ahora los últimos meses y para nosotros era como tocar en un festival en el que bueno, sí que parte del público nos conoce, pero el 99% del público no nos conocía. Sales al escenario intentando convencer al público o enseñar lo que estás haciendo, pero sin esperar de primeras gran respuesta por su parte. Estás ahí diciendo “bueno, pues esto es lo que hacemos y esperemos que os guste, y si no pues lo sentimos por haberos molestado esta hora” (risas).
Normalmente tocamos en festivales que la mayoría de gente nos conoce o sabe más o menos lo que estamos haciendo. No nos sentimos incómodos para nada, nos sentimos igual de a gusto que nuestros conciertos. Pero sí es verdad que, en esta gira por ejemplo, hemos tenido que ir convenciendo poco a poco a la gente y acabó siendo una experiencia increíble. Hemos aprendido muchísimo y le hemos gustado a muchísima gente. Pero en nuestros conciertos es otra historia, estamos todos ya predispuestos a pasarlo bien. Tanto el público como nosotros ya salimos a celebrar, la música y la vida. Es otra experiencia totalmente diferente, eso es así.
Pero es bonito que saquéis en positivo de todas ellas aunque sean diferentes.
Sí, de todo se aprende, eso es así. Incluso de los conciertos raros, o malos, o de esos que sales como diciendo “bueno, no sé si ha gustado”. Muchas veces tu sensación propia no tiene nada que ver con cómo lo ha vivido el público. Hasta que no recibes un poco de feedback, por ejemplo cuando sales al merch a firmar o a hablar con la gente, ahí empiezas a ver en las caras la emoción o lo que te transmite la gente, ahí empiezas ya a hacer un balance más objetivo de lo que ha pasado.
Porque hay veces que simplemente no estás (risas). Como yo este fin de semana. Con gripe, enfermo, trabajando, diciendo “buf, pues no sé qué está pasando la verdad, yo estoy aquí intentando hacerlo lo mejor posible pero disfrutar yo no estoy disfrutando porque estoy que me quiero ir a la cama”. Sin embargo, claro, el público en pie, chillando, disfrutando y todo bien, y ya dices “bueno pues está gustando, ¿no?”. Por eso muchas veces hay que ser cautos con lo que uno siente en cada momento y esperar un poquito, y hacer balance en unos días.
A veces no hay que creerse todo lo que uno piensa.
Eso es, tal cual.
Siguiendo un poco en esta línea de cómo os sentís en el escenario… En el último disco, puedo apreciar que, según el tema, recibo sensaciones de estado de ánimo diferentes. Dentro de que el disco sigue una línea, en cada tema siento la intención de transmitir unas emociones particulares. A raíz de esto os pregunto: ¿cómo estáis? ¿En qué momento vital os encontráis?
Pues ahora mismo, qué te voy a decir. Ha pasado un año muy intenso, hemos trabajado muchísimo. La verdad que nos vendrían bien un par de semanas de vacaciones (risas), pero no podemos. Estamos con muchísimas ganas de arrancar esta gira. Luego es verdad que no va a haber un parón pero sí que habrá un descansito para nosotros (risas). Aunque sea de 15/20 días. Ha sido un año de no parar, de tener entre 6 y 8 conciertos por mes desde noviembre del año pasado. Es un momento en el que sabemos que viene algo muy importante (esta gira de salas y el WiZInk).
Estamos expectantes sobre qué va a ser y cómo vamos a superar todo lo que nos viene por delante. Queremos dar un vuelco al repertorio y preparar algo diferente para las salas, algo único para el WiZink, entonces hay mucho nervio sabiendo que tenemos mucho trabajo que hacer, también llevamos muchísimo trabajo hecho. Queremos hacerlo bien y tenemos ganas de trabajar. Pero con un poco de incertidumbre de cómo lo hacemos y cómo lo acoge la gente. Así es el punto en el que estamos. Pero con mucha ilusión.
Desde luego, creo que en tus palabras se nota. Incluso acumulando un poco de cansancio, que es completamente normal después de tanta tralla (risas).
Sí, ha sido un año muy muy potente.
Tenéis un montón de “sold outs” a vuestras espaldas. Yo no conozco a nadie que haya salido de vuestro concierto diciendo “puf…”. Yo lo que conozco es gente que ha salido de vuestros directos diciendo “cuánta magia”. Eso es lo que vivimos a nivel espectador. No sé si vosotros os planteáis dónde reside esa “magia” que siente el público cuando va a veros.
Creo que conseguimos que la gente empatice con lo que hacemos y con la pasión que le ponemos a nuestro trabajo. Creo que a los seis que estamos ahora mismo en el escenario, o los cinco que estábamos en la gira anterior, nos encanta lo que hacemos. Nos encantan las canciones que tocamos y nos flipa tocar en directo, y somos muy amigos y estamos muy contentos de estar juntos tocando. Eso es lo primero, cuando componemos una canción, tenemos que estar todos encantados con ella. Eso es lo que nos mueve. No es el éxito, ni el dinero, ni gustar a la gente. Simplemente algo interno. Luego el público que viene a vernos creo que empatiza con nosotros, y las emociones que transmitimos en el escenario son reales. Tanto la tristeza, como la alegría. Todas las emociones que podamos transmitir en el escenario son reales.
Si consigues conectar con nosotros pues ahí está la magia. No le damos mucha vuelta, tampoco es algo de lo que hayamos hablado. Pero ahora pensándolo creo que viene por ahí. Nosotros estamos muy agradecidos de estar en el escenario y dedicarnos a tocar estas canciones, y lo demostramos cada vez que tenemos la oportunidad. Nos apasiona la música y nos apasiona a cada uno nuestro instrumento y el grupo en sí, y nos encanta que la gente venga a vernos. Y el que viene a vernos y empatiza y conecta con nosotros siente lo mismo que sentimos nosotros.
Para mí es un momento de conexión bastante intenso (risas).
La verdad que ha habido momentos muy intensos. Yo también he tenido que aguantarme la lágrima en más de una ocasión.
Te entiendo sí, yo ahora mismo hablando contigo de esto me las aguanto también, porque creo que es una manera de vivir la música muy especial. Y los que tenemos suerte de poder vivirla de una u otra manera, descubrimos que es un mundo apasionante.
Claro claro, no todo el mundo siente la música como la sentimos nosotros, no todo el mundo tiene ese don, o esa virtud, o esa suerte. Así que hay que disfrutarlo. Nosotros lo tenemos y hay que fomentarlo, disfrutarlo, enseñarlo.
Me has hablado también de la gira con Fito, ¿qué me puedes contar de esa experiencia?
Conocer a Fito ha sido un regalo de la vida, alucinante. Si no es la más, es una de las personas más generosas que conozco. Se ha portado con nosotros de una manera que no nos merecemos. Tanto él como su crew, todo el equipo de trabajo que lleva de gira. Ha sido una experiencia única que nos ha cambiado la vida. Nos daremos cuenta en muy poquito de que ha sido algo irrepetible. No podemos estar más agradecidos de haber vivido una experiencia así.
Es inexplicable, la verdad. Un aprendizaje continuo, aprender de él y de cómo su energía y su forma de ser contagia a todo su entorno y hace que todo el mundo trabaje feliz a su alrededor. Y salgan de casa y estén trabajando miles de horas a cientos de km de casa con una sonrisa en la cara, y sin dormir apenas mucha gente, y daba igual. Estaban ahí por Fito. Ha sido muy fuerte para nosotros, y es algo que digeriremos con el tiempo y diremos “ostia, estas decisiones que estamos tomando ahora tienen mucho que ver con la filosofía que nos transmitió Fito en esa gira”. Seguro que en nuestro futuro que nota en nuestra manera de tomar decisiones en muchos momentos.
Parece que vais a tener mucho que gestionar cuando paréis… (risas).
Sí, mucho del trabajo de una banda es gestión. Parece que no, pero es una toma de decisiones constante. Siempre hay un montón de cosas que decidir entre todos y no es fácil, hay que estar todos a una y todos convencidos. Así es la vida de una banda (risas).
No tengo muchas más preguntas respecto a la gira y los discos, pero ya como curiosidad personal, querría saber qué escucha la gente a la que yo escucho. Si yo hiciera una peli y la llamara ‘La vida de Morgan’, ¿qué podría sonar como banda sonora?
Por ejemplo sonarían The Wood Brothers. Depende mucho del momento, cada uno somos de su padre y de su madre. Se escucha bastante Kendrick Lamar por parte de Paco, por parte de Nina el 20 aniversario del ‘Stripped’ de Christina Aguilera (risas). Quería ponerlo en la furgoneta para celebrarlo porque es muy fan de ese disco. Ahora mismo no sé qué está escuchando. Algo así que escuchemos en conjunto… Pues mira, Hiss Golden Messenger. Los descubrimos en el Azkena que tocaron justo antes de nosotros y nos encantó, y el jueves pasado yendo A Coruña en la furgoneta lo pusimos. Es un grupo con el que hemos conectado todos en el mismo momento. Ahora mismo creo que esta sería la banda.
A Chuches le encanta el chico que toca el Hammond. A Paco el guitarrista. A todos nos encanta la banda en general y el instrumentista de cada uno en concreto. Ahí está, nos lo ponemos en carretera, es buena música para escuchar de camino a la ciudad que nos toca.
Al dejar por escrito esta entrevista y revivir esta conversación, creo que es innegable la pasión que destila Morgan por lo que hacen y por compartirlo con nosotros. Es una suerte poder coincidir con bandas como esta, cuyo sonido refleja perfectamente las emociones de un proyecto que nace desde las entrañas. Larga vida a la música. Nos vemos en el WiZink.
Próximos conciertos de Morgan:
https://wearemorgan.com/conciertos/
- 11 noviembre. San Vicente del Raspeig (Alicante). Sala The One
- 12 noviembre. Valencia. Sala República
- 18 y 19 noviembre. Bilbao. Kafe Antzokia
- 16 diciembre. Zaragoza. Sala Oasis.
- 17 diciembre. Vitoria-Gasteiz. Jimmy Jazz
- 22 diciembre. Iruña-Pamplona. Zentral
- 23 diciembre. Barcelona. Razzmatazz
- 29 diciembre. Santiago de Compostela. Sala Capitol
- 13 enero. Málaga. París 15
- 14 enero. Sevilla – Sala Custom
- 21 enero. Madrid. WiZink Center
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