Morreo / PEDRO MARREZ

La banda ofreció en Madrid uno de sus tres conciertos en España 

Pocas veces tanta genialidad musical me han hecho sentir tan pequeña, respirar profundo y no poder escuchar mis propios pensamientos. Así es como me sentí el pasado jueves 29, en el esperadísimo directo de The Brian Jonestown Massacre, en Sala La Paqui de Madrid (antigua Sala BUT).
 
Un grupo que, desde 2016 no ha pisado la capital española, no era de extrañar el sold- out con el que Madrid recibió a Anton Newcombe y a su banda.
 
Los de San Francisco dieron un espectáculo absolutamente plácido, menos por las paradas y cambios de guitarras entre canción y canción.
 
A las nueve de la noche, el concierto comenzó puntual y sin teloneros para calentar el escenario; no les hace falta, ellos se dedican a su público en cuerpo y alma con ese inagotable manantial de música que compone su repertorio.
 
Con siete músicos en escena (o mejor dicho seis y el enigmático hombre de la pandereta), fue una delicia comprobar cómo sonaban las guitarras en directo, que en algunos momentos llegaron a ser hasta cuatro simultáneas.
 
Anton Newcombe, situado a la derecha del escenario, dejó protagonismo a su izquierda y en primer plano a Joel Gion (hombre de la pandereta) quien parecía totalmente abstraído, Colling Hegna (guitarra), Rick Mami (guitarra y bajo) Ryan Van Kriedt (guitarras y teclado), sin acaparar protagonismo pero con ese halo inevitable de estrellas del rock.
 
A lo largo de algo más de dos horas, que se hicieron algo más largas por las paradas y cambios de guitarra, The Brian Jonestown Massacre saldaron su deuda con Madrid en un formidable y emocionantísimo concierto. Canciones como ‘Wisdom’, «The Real», «What you isn’t» o mi adorada «Anemone» fueron algunos de los grandes momentos que nos regalaron para la posteridad, pero en cambio pasada la hora y media hubo algún tramo menos inspirado y que se hizo menos llevadero, pero con un público que en ningún momento cesó en su entrega.
 
Un concierto en el que hicieron un repaso por su legado musical y en el que demostraron su maestría en el género psicodélico. Anton Newcombe hace que su banda sea imprescindible, nos abrió el corazón y nos inyectó grandes dosis de emoción.
 
Uno de los directos más purificantes y lisérgicos que he tenido la ocasión de presenciar.
 
¡Cuánto tiempo había estado esperando este momento!
Isi Candelas

Isi Candelas

Redacción