
0 (2020)
- Valdivia
- ⭐️ 8/10
- Autoeditado
El ruido generado con los covers de “TKM” y “Bolsas”, transformando a cristal canciones con raíz urbana, han sido motivo de peso para concentrar las miradas de la prensa y distintas escenas. Pero después de tiempo esperando, Irene Valdivia por fin materializa en un EP su primer trabajo.
Uno de los grandes valores de 0, es su gestación en cautividad, producido y aislado de los estilos y corrientes estéticas más actuales. No es otro álbum de bedroom pop, ni encontramos grandes beats, sino todo lo contrario. Alimentado con la paciencia y la búsqueda de un sonido propio, se convierte en un proyecto profundamente personal que nace de su relación con el amor, el dolor y la pérdida de identidad provocada por el miedo y la desidia. Llegados a este punto, podemos afirmar que desnudar el alma y hacerlo de esta manera siempre convierte un trabajo en algo muy especial. A nivel compositivo llevamos tiempo escuchando como Valdivia tiene su propio estilo, apoyada en su voz y su guitarra que se funden a la perfección con la producción a cargo de Junnio, obtenemos como resultado un sonido que funciona como parte de su identidad. Porque ciertamente, los matices importan, sus letras y los acordes se fusionan para dar como resultado melodías cristalinas y frágiles que se aúnan de manera natural con un mensaje poderosamente íntimo.
Desde el punto de vista conceptual, encontramos un EP completamente cerrado, un proceso que funciona como unidad y no deja espacio para cambios de tercio. En temas como “Escala de grises” el tejido ambiental es sutil pero eficiente, fundiéndose con voz y guitarra, al igual que en “Lejos”, con una producción que vuelve a ser un acierto, por no hablar de la canción que cierra el EP, “Sigilo”, dónde Irene comparte versos con el personal timbre de Begoña (Ordesa). Durante todo el EP la voz de Valdivia no deja de funcionar como el medio más puro de transmisión, consiguiendo junto con un abanico de acordes establecer un registro muy personal que sin duda confirma la naturaleza profunda de su música.
Sin duda, un debut breve pero convincente, que logra encoger el alma con siete temas que desbordan personalidad, y que invitan a fantasear con un futuro en el que Valdivia pueda llegar a arriesgar y experimentar con composiciones más allá su zona de confort.

Rafa Ortiz
Redacción