The prettiest curse (2020)
- Hinds
- ⭐️ 7/10
- Lucky number
Primeras en la carrera de obstáculos
La aparición de Hinds en el panorama musical internacional supuso y supone, la ejemplificación máxima de la dualidad del ser humano: por un lado, la lógica alegría por su triunfo (más intenso más allá de nuestra fronteras) y, por otro, la obstinada, recalcitrante y cansina crítica hacia ellas (sobre todo intramuros), donde se combinan tanto ese deporte nacional que es la envidia, y más si se triunfa en el extranjero (a modo de ejemplo, sus tres discos han sido reseñados en Pitchfork con media de notable a lo que hay que sumar su presencia en relevantes festivales internacionales) y un componente de lacerante machismo que jalonan la carrera de esta intrépida banda que con su tercer álbum dan un paso más en su evolución musical.
Mientras esto sucede, la banda se afana en entregar un notable tercer álbum donde van desprendiéndose poco a poco de su esforzado amauterismo y sonido lo-fi para transitar por campos de sonogramas muchos más ricos y variados, donde la melodía pegadiza sigue siendo marca de la casa, pero en esta ocasión se arropa en composiciones más cuidadas de cierta trazabilidad pop y donde dejan muy claro su discurso, tan lúcido como reflejo generacional de su microcosmos particular.
Buena parte de ello lo ejecutan de manera muy afortunada en temas como ‘Good Bad Times’, ‘Just Like Kids (Miau)’, ‘Riding Solo’, ‘Boy’ o ‘Take me back’, entre las cuales meten la verdadera joyita del disco que es la maquetera ‘Come Back And Love Me <3’, toda una declaración de intenciones tan sugerente como pegadiza. La cuidada producción viste un producto notable, con ciertos bajones en algún tramo (menores que en anteriores entregas) aunque se nota un esfuerzo mayor en hacer que cada canción tenga su toque especial, algo que en una gran parte del disco pasa y en otra no, pero resulta muy loable, porque no hay descartes, hay trabajo, exposición sentimental y afabilidad sónica.
The prettiest curse es un buen disco, ameno, agradable y que resulta una llamada de atención para escépticos (si dejan a un lado sus prejuicios), convencidos y recién llegados.
Juan Ruiz-Valdepeñas
Redacción