Asistimos al concierto de Explosions in the Sky el pasado domingo, 2 de febrero en La Riviera de Madrid, dentro del ciclo Inverfest
Un domingo, tenía que ser. Creo que los domingos, para un porcentaje muy elevado de la población, son el día más triste por excelencia. Ya sea por los sulfitos del día anterior, por hacer balance o porque, al fin y al cabo, simboliza el final de algo. Para convertir esa emoción en una experiencia redonda, anoche La Riviera nos brindó uno de los conciertos más adecuados con respecto al esperado estado de ánimo.
Con uno de los sonidos más cristalinos del post-rock, Explosions in the sky conquistaban Madrid tras una larga temporada sin pisar esta ciudad. Su prolongada ausencia se notaba ya en la entrada y, sobre todo, en el jaleo por parte de la audiencia con silbidos y palmadas tras un cortés retraso de diez minutos. Tras un saludo en castellano de Muna Rayani, en el que comentaba la ilusión que les provocaba cumplir 20 años de trayectoria, el concierto discurrió a través de un sendero de música ambiental. Comenzando con “A song for Out Fathers”, apenas tocaron más de una decena de canciones, sorprendiendo con algún greatest hit, como “The Only Moment We Were Alone” en el tercer puesto.
Subrayando la labor de los Explosions como compositores de bandas sonoras, podríamos afirmarles como conocedores de una semiótica musical que adolece de palabras, estableciendo un plan de ruta que nos trasladaba de los sonidos más limpios a la percusión más inclusiva, sin que el público sintiera transición entre ambas partes. Cabe destacar, por otra parte, el buen sonido que los oriundos de Texas generaron en una sala no precisamente caracterizada por su buena acústica.
Sin duda alguna, el momento de la noche tenía lugar cuando “Your Hand in Mine” comenzaba a sonar, al principio de una forma casi tímida, a la que siguió “The Birth and Death of the Day” para terminar con “Colors in Space”. Después se iban, casi sin decir adiós. Como se iba el día. Como se iba otra semana más. Como se acababa el domingo y, con su concierto, a modo de purga, también la tristeza.
Marta España
Redacción
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