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Cala Vento presenta en la Sala Apolo su último trabajo “Balanceo” dentro de su gira por salas en el mejor directo de la banda hasta la fecha

Érase una vez la historia de dos amigos de l’Empordà que soñaban con dedicarse a la música. En cuestión de tres años, desde 2016 cuando lanzaron su primer LP homónimo, han ido subiendo, sin prisa pero sin pausa, hacia la consolidación que previmos inevitable dentro del panorama nacional. Un ascenso que han llevado a cabo con paso firme. Por el camino nos han ido dejando migas de pan en forma de tres discos: “Cala Vento” (BCore, 2016), “Fruto Panorama” (BCore, 2017) y “Balanceo” (Montgrí, 2019).

Cala Vento llegó el viernes a la principal de la Sala Apolo y dio un golpe en la mesa con el mejor directo de la banda al que hemos asistido hasta fecha (y, si nos seguís, comprobaréis que ya van unos cuantos). Hace meses, cuando tuvimos la ocasión de hablar con Aleix Turon con motivo del lanzamiento de “Balanceo” y nos comentó, cuando le preguntamos sobre cómo traducirían los nuevos temas al directo, que este era “un viaje de idea y vuelta”. “Balanceo” cuenta con temas mucho más producidos que sus dos trabajos anteriores y se tradujeron en un directo que deparó novedades en su propuesta pero con su sello único.

Si por algo se caracteriza Cala Vento es por no perder la esencia desde sus inicios: canciones sencillas pero efectivas, llevadas a un directo defendido solo por dos chicos que suenan como una banda de seis. Eso es lo que pudimos ver anoche pero evoluciona, una propuesta mucho más madura, con un sonido firme y con una confianza que se han trabajado a base de subir esos escalones concierto tras concierto.

Cala Vento salió al escenario con una Sala Apolo llena y con un público expectante. La banda llegaba a una de las salas por excelencia de la Ciudad Condal consciente de ello y estuvieron a la altura. El del viernes fue uno de esos conciertos en los que la energía se mantiene en un flujo continuo desde encima del escenario hacia la audiencia, un flujo que se retroalimentó durante la hora y media que duró el directo.

En este tiempo, Cala Vento presentó temas de su nuevo disco. “Gente como tú” fue la que abrió a veda a los siguientes temas, una mezcla entre sus clásicos como “Antes de él”, “En cueros”, “Fetén”, “Tus Cosas”, “Historias de Bufanda” o “Unos pocos y otros tanto” y “Bienvenidos a la Tierra”, “La comunidad”, “Remedio contra la soledad”, “Do de pecho”, “Solo ante el peligro” o “Muerte por ambición”. Esta última con final delicioso.

Después de este primer y principal bloque, llegó la traca final del concierto, empezando por el solo de Joan a la guitarra cantando la intimista “La importancia de jugar al baloncesto”, seguido por “Fin de ciclo”, donde apareció un trío de trompetas que les acompañó en este y en el siguiente tema, “Un Buen Año”. Esta fue una de las novedades en el formato de Cala Vento y uno de los momentos más emocionantes de la noche. Hasta ahora siempre les habíamos visto siempre solos ante el peligro pero la producción de “Balanceo” requería un mayor despliegue que se acopló a la perfección con el dúo y que el público celebró con emoción y fervor.

Tras esto, fue el turno de “Todo”, con la visita de Cándido Gálvez (Viva Belgrado) haciendo las voces desgañitadas que solo hizo que acelerar aún más la energía de los presentes.

Y para acabar, qué mejor que con “Estoy enamorado de ti”, “Abril”, que se antojaba la última del concierto con un final apoteósico, e “Isabella Cantó”, donde Joan y Aleix consiguieron dejarnos con la palabra en la boca, literalmente.

Todo esto pasó el viernes en la Apolo sin abandonar la sencillez en la puesta en escena, la desnudez de esta banda que no necesita ataviar sus directos con elementos visuales. Solo Aleix y Joan, que siguen presentándose ante el público solo vestidos con sus letras e instrumentos, como siempre. Cala Vento, para siempre.

 

Team Perrolín

Team Perrolín

Redacción

Somos Andrea y Xavi, periodista y diseñador gráfico. Dicen que un día sin sonreír es un día perdido. Pues nosotros somos más de pensar que un día sin música es un día perdido, por eso lo escribimos. También nos gusta Ryan Gosling.