Los barceloneses Love of Lesbian tocaron en el festival asturiano Las Músicas acompañados de Ángel Stanich y Mucho
No se puede pedir más a una noche de verano: tres conciertos como los que protagonizaron en el marco del festival Las Músicas Ángel Stanich, Love of Lesbian y Mucho, una temperatura más que agradable y un escenario futurista como es el del centro Niemeyer de Avilés que no deja de sorprender a cuantos artistas pasan por él.
Si el año pasado La M.OD.A. y Los Lobos fueron los grandes nombres de esta cita musical, este año los organizadores se decantaron por el indie patrio para reunir el pasado viernes a un numeroso público en la plaza del espacio cultural ideado por el arquitecto brasileño.
A las 21 horas salió puntual Ángel Stanich en un formato más reducido (teclado, guitarra y batería) pero que, como apuntó, no faltará la banda en su siguiente visita a Avilés. Recordando su primera visita a la ciudad asturiana, se ganó a base de simpatía y consignas políticas al público que bailó al son de temas como ‘Cosecha’, ‘Un día épico’ o ‘Mátame camión’: un inicio con toda la artillería cargada para un concierto bueno del cántabro si bien, para un espacio tan diáfano como el del viernes (que el cantante comparó con un aeropuerto para risas del respetable), sí que hubiera sido más acertado ofrecerlo con el grupo íntegro. «Os deseamos un feliz vuelo», bromeó antes de proseguir con ‘Galicia calidade’, ‘Qué será de mí’, ‘Salvad a las ballenas’, ‘Hula hula’, ‘Escupe fuego’ y ‘Carbura!’. Sus letras crípticas, su particular estilo al cantar y su carácter huidizo ante la prensa han hecho de este santanderino una suerte de mito que, sin embargo, no esconde una gran sonrisa cada vez que sale al escenario: un lugar en el que se desenvuelve como pez en el agua y desde donde no deja de depararnos grandes alegrías.
El concierto prosiguió con ‘Señor Tosco’ (dedicación a Eduardo Inda incluida) y ‘Metralleta Joe’, con algo menos de explosión que lo visto con anterioridad en salas pero sí con muy buenas intenciones y resultado acertado, que puso el punto final a su actuación en Avilés.
Más Fans de John Boy que nunca
El plato fuerte de la jornada fue Love of Lesbian, quienes recientemente estuvieron por Gijón con su espectáculo para teatros pero en el Niemeyer recuperaron toda la fuerza que les caracteriza (sumándose además un trío de vientos, percusión, vibráfono y steel guitar), con menos momentos para el intimismo y más para la expresión más cruda de su torrente sentimental del que es el máximo exponente ‘1999 (o cómo generar incendios de nieve con una lupa enfocando la luna)’, en espléndido aniversario.
La canción ‘1999’ fue toda una declaración de intenciones y fue un concierto para los fans más acérrimos, con guiños continuos al disco más icónico de la banda, el sexto de estudio que publicaron. ‘Nadie por las calles’, ‘Cuando no me ves’ o ‘Bajo el volcán’ resonaron en la noche avilesina, con mención de Santi Balmes también al recinto del Niemeyer, un sitio que «es tan chulo que parece de Barcelona’, bromearon.
‘Segundo asalto’ fue una de las concesiones de lujo para un concierto muy especial en una gira donde se están permitiendo incluir algunas canciones que suelen estar fuera del repertorio, seguida de la más reciente ‘Los males pasajeros’, con Balmes a la guitarra en la pequeña puerta a la tranquilidad que ofrecieron excepcionalmente en una cita marcada por la energía.
‘La noche eterna’, ‘Belice’, ‘Manifiesto delirista’ con baile a lo Celia Cruz incluido e ‘I.M.T. – Incapacidad Moral Transitoria’ dejaron paso a uno de sus clásicos en directo y uno de los puntos culmen, ‘Algunas plantas’, en una versión aún más discotequera si cabe. Cuando sonó ‘Club de fans de John Boy’ la fiesta se multiplicó. Hubo que reposar los ánimos para recuperar el aliento, ponerse las mejores galas y recibir en condiciones ‘Incendios de nieve’, otra de las joyas de su disco más aclamado.
‘Planeador’ actuó de hilo conductor hacia el final, con todos los asistentes coreando ‘Allí donde solíamos gritar’ con nostalgia, desesperación y amor. Si alguno había ido al concierto desencantado con las actuaciones en clave más festivaleras de la banda, inundadas de mucha coreografía, disfraces y juegos con el público para saltar al unísono, quizá hubo quien se reencontró frente a frente con la verdad de que las canciones de ‘1999’ derrumban montañas de indiferencia y por ellas no pasan los años: por nosotros, sí. Ahora, la atención se queda puesta en las nuevas canciones que Balmes ya ha confesado en sus redes sociales que ya están trabajando.
Como se preveía hubo una desbandada de público tras terminar la actuación de los barceloneses; sin embargo, para quienes permanecieron Mucho ofreció un concierto rebosante de energía y se mostró muy agradecido con la gente. Al revés: los agradecidos debemos ser nosotros por hacernos bailar y dejarnos contagiar por sus ganas ya de madrugada. Guiños a Daft Punk y Michael Jackson para deleitar a los más que más aguantaron al ritmo de ‘El enemigo ahora vive en todos nosotros’, ‘Nunca pegarías a un hombre con gafas’ o ‘Ahí te quedas, Perarnau’.
Rocío García
Redacción
Periodista y melómana. Crecí con la música y no he parado nunca de aprender de nuevos sonidos y sensaciones. Amante también de las palabras, todo junto hace la canción perfecta.