La gira de despedida de L.A. hace parada en Oviedo en formato acústico

Las despedidas son tristes por definición, pero hay algo que las acentúa más: ese sentir de algo no acabado, una especie de justicia poética que dicta que no debería ser así; algo bueno no tiene que pasar desapercibido. Algo parecido nos hizo recordar el primer y último concierto de L.A. en Oviedo; una ciudad que Luis Alberto Segura reconoció no haber pisado antes (sí que al menos le habíamos visto en Gijón dos años atrás) y que el pasado jueves fue su única parada en Asturias en su gira de despedida.
Descubrimos a L.A. en 2009 cuando ‘Heavenly Hell’ despuntaba con temas imparables (aunque cabe decir que ya tenía tres trabajos no oficiales anteriores bajo su sello propio) como ‘Hands’, ‘Crystal Clear’ y su sempiterno ‘Stop the clocks’. Fue un soplo de aire fresco puesto que era una música que, en lo personal, atrapó desde la primera escucha, nos resultó cercana y sincera y revivió la llama del rock. L.A. nos devolvió la fe en una música sensible en sus mensajes pero intensa en sus formas, en la magia de una voz y un gusto por el toque americano menos presente por estos lares. Sonaba a un grupo de «fuera» pero era nuestro.
Desde entonces, hemos disfrutado de grandes trabajos (‘Dualize’ en 2013 y esa vuelta de tuerca en 2015 con ‘From the city to the ocean side’ hasta llegar a ‘King of beasts’ en 2017 que sólo por ‘Helsinki’ debería estar en el palmarés del rock patrio) pero nunca lo hemos visto despuntar como creemos que se merece. Grupo en segundo plano, con mucha gente que no identificaba ni el nombre y, apretando mucho, público que conocía los singles del primer disco. Si hubiera una varita mágica, haríamos que esto no hubiera sucedido.
En la música como en la vida misma no existe justicia y mucho menos la poética, aunque es bonito pensar que sí para pintarlas de otro color. Haya algo más después de L.A. o se quede en lo que fue hasta este 2018, para nosotros seguirá siendo uno de los grupos más relevantes de esta década.

Segura, durante su última actuación en Oviedo: / Á. FERNÁNDEZ

Segura, durante su última actuación en Oviedo: / Á. FERNÁNDEZ


22.12 horas. Como decíamos, la despedida del proyecto mallorquín tuvo lugar el pasado jueves en Oviedo (sala La Salvaje promovido por La Radio de Cristal) y estuvo a punto de no tener lugar por culpa del vuelo que debía traer a Segura a Asturias desde su isla. Cuando salió al escenario, nadie pareció percatarse de su presencia (!) así que pasaron bastantes segundos mientras se acomodó y la gente reparó en su presencia y le ofreció un tímido aplauso. Mal augurio  para una marcha que deseamos que sea menos discreta.
Vino solo y ofreció un formato acústico, algo que nos hizo lamentar un grado de vacío en la situación, porque si bien es un formato delicioso para escuchar su repertorio, cuando de verdad suena a L.A. es arropado por una banda. A favor, cabe decir que la voz de Segura es el instrumento más cautivador. El artista no parecía traer un repertorio cerrado y ofreció al público la oportunidad de pedir canciones para hacer de la cita algo más consensuado, un detalle de agradecer especialmente ante esta última ocasión de escuchar sus temas en directo.
‘Ordinary lies’ fue el cortafuegos para abrir brecha y dejar un espacio libre donde dar vida a las canciones de L.A. Siguió con ‘Love comes around’ de 2015, mucho más íntima que en su versión del disco. Una sensación que se prodigó en todas las canciones ya que adoptó una cadencia más lenta para ellas y sin el respaldo de los otros instrumentos se descubren todas sus letras mucho más hirientes, pero les falta el sabor de rock tan reconocible en ellos. Tras ella, ‘Microphones and medicines’, otro de esos cortes que ya se disfrutaron en acústico en el ‘Heavenly Hell naked’ grabado en 2010.
Fue el momento elegido por Segura para hacer una pequeña parada y explicar al público su llegada un tanto abrupta a la capital  asturiana: «Es raro llegar a una ciudad que no conoces de noche y que sólo os conozca a vosotros. Vamos a crear un microOviedo aquí».
‘Crystal clear’ era una de las esperadas del concierto y no faltó; probablemente uno de los temas que mejor responde al acústico ya que de por sí no precisa de artificios para sonar tal cual es. ‘Living by the ocean’, mucho más cañera, sí se despega de su versión original porque pierde todas las capas que la caracterizan y que van in crescendo a medida que avanza la canción. Por eso, muchas de ellas de distintas casi parecían otras. Otro de los momentos culmen fue la interpretación de ‘Hands’. Se podría decir que todas las canciones del primer disco respondieron a la perfección para la ocasión porque con voz y guitarra siguen siendo genuinamente ellas.
Prosiguió la cita con ‘Rebel’ e ‘In the meadow’ de ‘Dualize’. Fallaron los pedales, pero siguió adelante cantando: ‘No house no home» the ‘Under radar’. ‘Oh, why?’, ‘After all’, ‘Leave it all behind’, ‘Perfect combination’, ‘Elizabeth’, ‘Higher place’ (a petición desde el publico) y, tras un breve descanso, ‘The keeper and the rocket man’ y por supuesto ‘Outsider’ también sonaron en Oviedo para despedir la etapa.
Hubo un segundo amago de acabar pero esta vez era el de verdad. Nos hizo dudar porque en otros conciertos años atrás no la incluyó en su repertorio (los hits son grandes aliados para dar fama aunque también pueden ser una etiqueta que pesa mucho y no deja crecer) pero esta vez no es sólo que fuera el cierre esperado. Es que era el mejor. ‘Stop the clocks’ cerró el círculo a las 23.36 horas. Sí, sabemos que es manido pero qué demonios. Sólo estamos deseando que sigamos viendo millones de cosas junto a L.A. Su tiempo se para ya, pero no su música.

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