Concierto enmarcado en la programación musical de Cultur3 Club en Gijón
Con una locución que avisa de la llegada del chupacabras, El Meister salió a escena y comenzó la fiesta. Estar solo sobre un escenario con tanta presencia se logra a base de experiencia y son muchos años de buen hacer tanto a la voz de Arizona Baby como de Corizonas.
El músico arrancó con ‘País de alce’; pese a que el formato era ultraíntimo (él sin más apoyo que algunos instrumentos adicionales aparte de la guitarra acústica y eléctrica), desde la primera canción funcionó a la perfección, sin echarse de menos el arropo de la banda para encajar los temas.
‘Los perros ladran’ fue la siguiente pieza musical de este concierto de una hora de duración enmarcado en la programación de Cultur3 Club, la Feria Nacional de Artistas de Gijón (que ya nos trajo a Joe la Reina o Mow en su pasada edición).
Entre canción y canción, numerosos chascarrillos como es habitual en El Meister, alter ego de Javier Vielba: «No soy influencer pero seguidme en Instragram y todas esas herramientas de alienación». Presentó además un tema nuevo, ‘Max Estrella’, que irá incluido en su próximo disco: «Valle-Inclán es una gran influencia para mí», reconoció.
El artista se siente cómodo en el terreno de las versiones (algo que también es habitual con sus grupos de cabecera) y regaló tres preciosas al público: ‘Carrusel’, ‘Cómo perdimos Berlín’ y ‘Autosuficiencia’.
La primera pertenece a El Final, un grupo de Pucela del que Vielba se declaró seguidor en su juventud: «La generación X éramos muy fans de ellos, nos inspiró y nos influyó». La segunda es de un clásico del pop patrio que no necesita más presentaciones como Gabinete Caligari, encontrada en las cintas de casete de su hermana y que se adapta a la perfección al estilo de El Meister y la tercera, el clásico de Parálisis Permanente y que según él fue la canción que le salvó en la adolescencia. Acompañada de consejo: «Rebuscad en las cintas de vuestros mayores». Se esconden joyas musicales aún dispuestas a dejarse conocer.
«No hay nada más punk que una jota»
Dentro de su repertorio, el concierto siguió con ‘Antes sí, ahora ya no’, perteneciente al álbum ‘Fantasmagoría’ y que lleva reflexión detrás: «A veces uno piensa y llega a conclusiones locas: la vida es fácil. Antes sí, ahora ya no», y se arrancó a tocarla con guitarra y theremín, «el único instrumento que no se toca».
No podía faltar ‘El oso’, una pieza donde El Meister avanza con sus coqueteos con la electrónica para arrancarse luego con una jota meisterina, ‘Canto sin contar nada’: «Hoy en día no hay nada más punk que una jota».
‘Romance del burro listo’, poesía hecha música como ‘Sueño con serpientes’ de Silvio Rodríguez que incluyó el vallisoletano en ‘Bestiario’ y ‘Logia personal’ trazaron el final del concierto. Se guardó como traca final esa suerte de canción en la que El Meister parece tan cómodo que deja la boca abierta como es ‘Autómata’, regalo de este 2018 con sonidos discotequeros y voz a lo Manolo García en El Último de la Fila para la que se bajó a cantar y bailar con el público. Regalo para los oídos.