Perro, Pony Bravo y Los Planetas fueron algunas de las bandas de cabecera de este festival para “animales de ciudad”

Primer día

por Marta España

Si por algo se caracterizó la primera jornada del Tomavistas fue, desgraciadamente, por la tormenta que acaeció durante el atardecer del viernes. Con la consiguiente cancelación del concierto de Iseo & Dodosound, lo que comenzó como un momento muy emotivo en el concierto de Él Mató a un Policía Motorizado concluyó con el vacío temporal del recinto y con algunas imágenes bastante curiosas del público agazapado bajo las mesas de picnic. Pese a ello, EMAUPM dio uno de los mejores conciertos del festival, con un directo limpio y atmosférico al que tan solo le faltó un poco de labia.

Con Belako el festival recuperó su audiencia, en un escenario secundario con bastante poca visibilidad pero muy buena sonoridad. De hecho, si por algo se caracteriza el Tomavistas es por tener un equipo de sonido perfecto en ambos escenarios que ni siquiera la lluvia fue capaz de mitigar.

Con Ride, el escenario principal volvió a recuperar la efusividad, en un momento en el cual el shoegaze parece volver a recobrar la repercusión que tuvo en su época, si bien tan solo quedan las raíces de aquel estilo en los nuevos trabajos de los británicos.

Tras unos Django Django estáticos con respecto a su último concierto en Madrid (hace tres años en el Mad Cool) y ciertas reminiscencias armónicas al reggaetón del momento, Novedades Carminha pusieron de manifiesto que el garaje rock es una tendencia entre el público madrileño. Con uno de los conciertos más dinámicos de todo el fin de semana, los gallegos demostraron que su continuidad parte de la base de no publicar ni una sola canción que no sea un hit, de modo que el público solo pudo alarmarse cuando Carlangas hizo referencia a Los Planetas a lo largo del concierto (si bien “Te Quiero Igual” es una de sus canciones más coreadas).

Sin embargo, La Casa Azul fue el plato fuerte de la noche. Con un repertorio un tanto breve y sin ninguna rareza, Guille Milkyway intercaló clásicos de toda su discografía con los nuevos temas de “La Gran Esfera”, que ya estrenó en sus pasados conciertos de noviembre en Madrid y Barcelona. Si bien es un clásico en el concierto de la banda concluir con “Como un Fan”, en esta ocasión nos tuvimos que quedar con las ganas de escuchar dicho tema, pues tras “La Revolución Sexual” no quedaba tiempo para más.

Segundo día

por Isi Candelas

La segunda jornada del Tomavistas, nos deparó un clima espléndido y pudimos disfrutar del cuidado césped del parque además de descansar para tomarnos un respiro.

A las 12:40 de la mañana comenzaba el primer concierto: Texxcoco, merecían que estuviéramos allí, pero confesaré que no nos fue posible llegar. De tal manera que empezaré esta crónica hablando de uno de los primeros conciertos, los más tempranos, de la mano de una de mis artistas indie pop favoritas del panorama español: La Bien Querida.

Después de unos problemas técnicos que provocaron un leve retraso, los allí presentes empezamos a ponernos impacientes, pues los rayos del sol se sentían de manera intensa y conteníamos la emoción de ver a la Bienque en el escenario, a escasos metros del público. Por fin empezó el concierto, La Bien Querida continúa dando a conocer «Fuego», trabajo que ha marcado un punto y aparte en su carrera, musicalmente hablando y que presentó el año pasado.

Con su inseparable, David (su marido y ante todo gran apoyo), Ana comenzó cantando «Muero de amor», canción que sirvió para que este festival empezase con el mejor de los rollos, siguió con Dinamita, Lo veo posible, 7 días juntos o Permanentemente, todas ellas de su álbum Fuego.

Como no podía ser prescindible, también interpretó Recompensarte, “Jota no puede estar aquí, está descansando”, David fue quien hizo de Jota (Los Planetas), todos dando palmas, sonrisas en las caras del público, y es que a mí no se me escapa nada… ¡me encanta empezar así un festival! Muchas gracias por tanto Bienque…

Turno para Tulsa, formación de la que hasta la fecha no he podido disfrutar de su directo, y superó con creces mis expectativas. Comenzó dedicando el concierto a La libertad de expresión un grito con el que enseguida se metió al público en el bolsillo. Tulsa no es un grupo al uso, su sello es la voz de Miren Iza, dulce, además de algo desgarrada y gamberra, junto con la letra de sus canciones desgraciadas, trágicas a la vez que canallas. Llamó la atención el atuendo del batería, quien parecía recién sacado de un partido de béisbol o el divertido pelo de Charlie Bautista (guitarra, teclados y saxofón), un músico portentoso.

Disfruté especialmente cuando la cantante se puso a bailar sobre el escenario, mientras interpretaba «Centauros», tema principal de su último disco, además de «Venda vendita venda». No faltaron «Oda al amor efímero» y «Los amantes del puente», pertenecientes a «La calma chicha». Me encanta cuando los artistas disfrutan en sus directos haciendo partícipes al público como es el caso de Tulsa. La jornada no podía ir mejor.

Seguimos con Kokoshka, estos navarros son la perfecta definición de entrega sobre el escenario.

Su concierto fue todo diversión y entusiasmo, no sé si era yo o lo que propiciaron fueron gritos para animar público. El subidón se produjo cuando Amaia preguntó: ¿Vais a bailar o es que os da vergüenza?. Entre las canciones que interpretaron no faltaron: «Prefiero golpes» o «Yo nací» de sus álbumes «Hay una luz» y «Algo real», respectivamente.

Tras estos conciertos, recuperamos fuerzas disfrutando del ambiente tan agradable del festival,  refrescándonos con unas cervezas muy frías. Preparándonos para el siguiente concierto, empezaba Perro.

Perro, estos cuatro amigos de Murcia, son uno de los grupos que más seguidores arrastran en sus directos (el escenario La Virgen estaba abarrotado) y no es para menos. Perro supo cumplir, a pesar de los infortunios que sufrieron con el olvido del bajo y la cuerda rota de una guitarra prestada, aun así el cuarteto contagió su energía desde la primera canción. Acompañados en todo momento por unas proyecciones que lanzaban controvertidos mensajes, como “Murcia es África” u “Odio eterno al futuro moderno”, interpretaron las canciones de su último trabajo Trópico Lumpen, llegando al punto álgido con La reina de Inglaterra o Ediciones Reptiliano, en la que el cantante, Guillermo Fabregat, se abalanzó sobre el público. Una banda con garra.

22:00 de la noche. Turno para los legendarios Jesus and Mary Chain, este grupo de culto de rock alternativo hizo que en las primeras filas del escenario Four Rouses se respirase pura euforia, se sentían afortunados por poder respirar el espíritu de la banda y vivir su directo. Puntuales, los hermanos Reid y compañía aparecieron entre fervientes aplausos, dando comienzo con «Amputation» y «Happy when it rains». Continuaron con grandes éxitos de su dilatada trayectoria como «Just like honey» (de su primer álbum «Psychocandy») o «I hate rock’N’roll» (perteneciente a «Munki»).

Con razón son unos de los máximos exponentes de la corriente shoegaze (rasgo característico del estilo de música alternativa que surgió a finales de los 80 en Reino Unido) al parecer Jim Reid tiene la costumbre de cantar mirando hacia el suelo, manteniendo un leve contacto visual con el público. El juego de luces que les acompañó durante todo su concierto fue constante, y me pareció muy inspirador. Me encantó su energía, su pasión, demostrando por qué allí les esperaban tantos seguidores.

23:00 de la noche. Abandoné, muy a mi pesar, antes del final a Jesus and Mary Chain, para asegurarme la primera fila y tener muy de cerca a Pony Bravo, pues me moría por ver su directo.

El escenario ya estaba iluminado, y allí estaban ellos los Pony Bravo, preparando los últimos detalles. Éramos varios los que allí estábamos congregados con antelación, todos fervientes seguidores de estos sevillanos, ¡Noche de setas! gritaban, ¡vamos Pony! y es que yo también estaba deseando empezar a bailar sus temas.

Llamó mi atención que el cantante estaba situado a la derecha, acompañado de su teclado, habitualmente solía colocarse entre el bajo y guitarra, ¡qué bien! todos sus miembros son iguales, no hay líderes, ni posiciones fijas, todos protagonistas.

El lado central lo ocupó Dario del Moral (guitarra), quien además fue la voz del conjunto durante el concierto. Son uno de los grupos de rock alternativo español con más personalidad, aunque es difícil clasificarles en un solo estilo, la calidad de su música es innegable, por su originalidad y el rítmo fuertemente marcado, como el blues, reggae y un poco de Triana.

El concierto lo abrió «Noche de setas», seguido por «Turista ven a Sevilla». Desde el primer acorde de guitarra, el público enloqueció, la voz de Daniel Alonso, quien parecía aislado en sí mismo, se mantiene fiel al sonido que proyecta en los discos, igual de potente y llena de matices. Turno para «El rayo», perteneciente a su primer trabajo «Si bajo de espalda no me da miedo». «Y otras historias», quería saborear cada uno de sus temas, su estilo y letras les hace muy especiales.

Continuaron con «Eurovegas» y por fin, llegaron sus nuevos temas: «Rey Boabdil», «Piensa McFly» y «Espectro de Jung», nos tenían expectantes después de «De palmas y cacería» (2013). Se me hizo corto, muy corto, al menos una espectadora no se cansa de los Pony Bravo.

Turno a última hora para los padres del indie español: Los Planetas.

El escenario Four Rouses, con forma de anfiteatro estaba que no cabía un alfiler, se nota que los granadinos mantienen la devoción de sus fieles que se podían encontrar de todas las generaciones. Ellos son así, no necesitan presentación, ellos; los reyes del mambo, la guinda del pastel, la creme de la creme…

De repente se hizo la oscuridad, los vítores se acrecentaban cuando empezó a salir humo del escenario, y empezó a sonar música árabe, mora, una melodía que invitaba a la oración… comenzaban con «Islamabad». Es un tema suave, amable, con una letra tan profunda como pegadiza, si… ¡Son Los Planetas!. De lo mejor que han hecho: «Zona Temporalmente Autónoma», no podían faltar temas como «De hierro y níquel», o «La gitana».

Como no podía ser de otra manera, una de sus mejores amigas, La Bien Querida, acompañó a Jota interpretando el mítico tema «No sé cómo te atreves», más tarde se unió la cantante de flamenco y de pop rock; Soleá Morente y Miguel Valiente, juntos versionaron «Espíritu olímpico» ¡cuánto arte junto!.

Desde luego, hicieron las delicias del público tocando temazos de toda su trayectoria: «Santos que yo te pinte», «Un buen día», «Segundo premio», «Pesadilla en el Parque de Atracciones», «De viaje», «Corrientes circulares en el tiempo», «Qué puedo hacer»… para volverse loco de alegría, demostrando que Los Planetas siguen orbitando de nuevo.

Mi enhorabuena a la organización por este cartel tan currado. ¡Qué grande el Tomavistas!