Rodeados de volcanes, este pasado fin de semana estuvimos en Olot, que acogió la octava edición del Festival Elmini
Texto: Sònia Sáez · Fotos: Núria Cervera
Alrededor de 20 conciertos de diferentes estilos musicales concentrados en 4 días y diferentes escenarios. Espacios públicos como la gran Sala Torín, Can Trinxeria o el Orfeó Popular Olotí se abrieron para dar paso a grupos de largo recorrido, como Lagartija Nick o Astrio, bandas emergentes como Últim Cavall, locales como L’Home del Principi, nacionales como La Bien Querida o Viva Suecia, e internacionales como Fabrizio Cammarata o Matthew McDaid, entre muchos otros artistas de nivelazo.
Varios locales como el Liquid Club o el Bar Bruixes ofrecieron eventos musicales gratuitos, al alcance de todo el mundo y de gran asistencia, como las Violets o Howlin’Dogs, que inauguró la primera edición del Vermut Musical de Elmini con un concierto en formato acústico.
La particularidad más exquisita del festival es la proximidad y la estrecha conexión creada en los ‘conciertos de estar por casa’, 45 deliciosos minutos acústicos en casas privadas de la ciudad, que nos permitieron palpar grandes artistas a corta distancia. La mayoría de ellos llegaron al festival con un ‘sold out’ bajo el brazo.
Mazoni repitió en Elmini pero esta vez en un despacho de arquitectos, regalando a los asistentes temas del álbum “Carn, os i tot inclòs” como «Vindré com una plaga», «Pedres» o la dulzona «Mal, mel i mil i una nits», sin olvidar los clásicos «Purgatori» o «Natura morta» y alzando los ya himnos «Ailodiu» o la exigida «Eufòria».
Por su lado, La Bien Querida subió a un espectacular ático del centro, acompañada de un precioso piano de cola, cantando en acústico con una guitarra prestada (¡por suerte ya ha recuperado la suya!) arropada por los presentes que disfrutaron de la cercanía de Ana y las intensas canciones de su quinto álbum “Fuego”.
La conjunción de dulzura de Maria Ribot y pura melodía de Jo Jet envolvieron el privilegiado espacio de Can Trinxeria con temas de su disco “Lliure o descansar”, como ‘Saber i no entendre’, ‘Silenci tens’ o la delicada ‘Peus de fang’.
El dueto de Manresa contextualizó sus canciones, que escenifican situaciones cotidianas de la vida, cómo la vivimos y cómo la hemos aprendido a vivir, haciéndonos co-protagonistas de las letras interpretadas con unas voces perfectamente sincronizadas y un sentimiento palpable en el ambiente cercano que crearon más allá de la cercanía física.
Las salas de grande aforo han tenido y están teniendo cada vez más peso dado al aumento de público asistente al festival.
El Orfeó Popular Olotí albergó a músicos del calibre del siciliano Fabrizio Cammarata, telonero de Ben Harper y Patti Smith, o Neuman que compartió temas de “Crashpad”, su cuarto y más ilusionante álbum, según Paco, líder de la banda.
En la sala El Torín, la más grande de la ciudad, Viva Suecia nos deleitó con un directo en formato íntimo fuera de lo que nos tienen acostumbrados. Un espectáculo perfecto para celebrar el primer aniversario del lanzamiento de su último álbum “Otros principios fundamentales”: con 4 sillas y los instrumentos justos los murcianos bordaron temas potentes adaptados a un rollo más unplugged, o más “corta-venas”.
Nos regalaron una versión de «La electricidad» de McEnroe y no faltaron temas propios recientes como «Hemos ganado tiempo», «¿Nos ponemos con esto?», una de sus favoritas, o «Ahora, tú», un bonus track muy especial, dedicado a María, la preciosa “chiquilla chillona” hija de Jesús, perfilada por el “dictador de la literatura”, bromeaban.
Algunas canciones no necesitaron presentación, como «Los años» o «Bien por ti» del disco anterior “La Fuerza Mayor”, o «Palos y piedras», donde Rafa se acercó al filo del escenario, teclado en mano, dejando atrás el rollo sentimental para poner una apetecible guinda electrónica; pero el clímax llegó con ‘Permiso o perdón’ donde bajo y guitarras se recrearon tanto que hasta Alberto y Rafa acabaron en el suelo.
En un ambiente distendido, silbando en el escenario, relajados con una copa de vino, afirmaron que vinieron muy emocionados, y agradecieron el respeto y trato recibido por los olotenses, que les hicieron sentir como en casa. En la misma línea de buen-rollismo, los componentes de Viva Suecia se dejaron ver tras el concierto para charlar y pasar un rato con los fans, muchos movilizados de lejos, que asistieron al evento antes de dar paso a los eléctricos Astrio.
Por nuestra parte, solo esperamos que les guste reincidir, porque ni nos fuimos descontentos ni nos costó de digerir, quizás se nos hizo demasiado corto, dado que se dejan ver poco por estos territorios.
El cierre del festival tuvo lugar en la misma Sala Torín, liderado por los granadinos Lagartija Nick, que compartieron temas de su último álbum «Crimen, sabotaje y creación”.
En resumen, se puede destacar como sobresaliente la espectacular organización del Festival Elmini, el cuidado en los detalles, la familiaridad y proximidad, tanto de conciertos, artistas como personal. Un amplio abanico de estilos musicales llenaron las calles de la capital de la Garrotxa de cultura muy potente cuidadosamente seleccionada. Un placer para oídos, vista y alma. Sin duda, ¡un espectáculo nada mini!