Rufus T. Firefly venían a dar su primer bolo en la ciudad de los pintxos y el eterno xirimiri, y acabaron siendo la suave luz de una luciérnaga que iluminó al público donostiarra. Todo el papel vendido en la sala Kutxa Kultur Kluba de Tabakalera. Una «primera vez» que apuntaba muy alto.

Redactora: Silvia Bergillos | Fotógrafo: Gonzalo Iza.
Tsukamori‘ y el sonido de psicodelia que tanto caracteriza a la banda madrileña abrían el concierto. Rufus T. Firefly se estrenaban en esta ciudad que tantas ganas les tenía y el silencio era el principal acompañante del público, dado que nadie se quería perder ese juego de sintes y toques en la pedalera.
Rufus T. Firefly
Magnolia‘ ha sido la luz que necesitaban para seguir adelante, dejando atrás las cosas negativas en las que se centraban antes. Según su nueva filosofía, en todo lo malo hay algo bueno. Este álbum, que es un milagro en sí mismo, les ha cambiado la vida. Y seguro que también se la cambió a más de una persona que estaba presente en la sala.
Desde el fondo de la misma se oyeron unos gritos que decían ‘¡Hoy empieza todo!’. Ellos daban las gracias y seguían con el repertorio, dejándose llevar por el buen rollo y aprovechando para deleitarse ante un público que no podía hacer otra cosa más que entregarse al espectáculo.
Rufus T. Firefly
Rescataron ‘El Problemático Winston Smith‘, de su anterior trabajo ‘Nueve‘ y continuaron con ‘Midori‘. Víctor afirmaba «estamos flipando, es la mejor sala de rock en la que hemos tocado», y es cierto que luces y sonido hacen de esta sala una deliciosa opción para la música en directo.
Rufus T. Firefly
Julia era el epicentro del terremoto que originaban en cada acorde, tecla o plato que accionaban. Se gustaban encima del escenario y lo contagiaban. Lástima que el final se fuese acercando.
Para ello tenían preparado un explosivo colofón, ‘Nebulosa Jade‘, ‘Río Wolf‘ y ‘Magnolia‘. Un trío de ases que se convirtió en un festival de instrumentos por las alturas y puños hacia arriba.