Asistimos al cierre de gira de Welcome Tour de Amparanoia en la sala La Riviera de Madrid, celebrando el vigésimo aniversario del lanzamiento de su primer y exitoso álbum, El poder de Machín (1997)
La banda sonora de una generación, la fusión de sonidos del otro lado del charco, el eclecticismo de su música…hay muchos tópicos para definir la música de Amparanoia, todos ellos justos y merecidos, más aun, tras la celebración en directo del veinte aniversario del lanzamiento de su primer álbum.
Un público fiel y deseoso por cantar cada uno de sus temas se transportaba años atrás en su vida, en uno de esos ejercicios nostálgicos que se agradecen de vez en cuando, no siempre, pero en este caso la apuesta salió ganadora. Clásicos de su repertorio que vieron la luz en forma de versiones, interpretadas por diferentes artistas y músicos en su último disco, El coro de mi gente (2017).
Con la sonoridad variada a la que nos tiene acostumbrados/as (percusión, metales, teclados violín, etc.) arrancaba el show con una alta dosis de intensidad y un repertorio inicial perfecto para enganchar al respetable desde el inicio.
Temas como ‘La semana’, ‘Buen rollito’ (traducida como Welcome to Tijuana para el resto de los mortales) o ‘El destino’ fueron los primeros para entrar el calor por ambas partes de la ecuación: músicos y público.
La celebración del veinte aniversario de su primer lanzamiento servía como hilo conductor durante gran parte del concierto. Los sonidos tradicionales latinos y centroamericanos se entremezclaban, difuminando las fronteras sonoras, disfrutando de ritmos como la ranchera, la cumbia, el reggae, el ska…y un largo etcétera de mixturas.
La fusión musical es una de las características diferenciadoras de Amparanoia, pero sería injusto dejar de lado sus textos. Mezcla de idiomas, bajo una característica entonación vocal y temática comprometida con el feminismo o contra el capitalismo exacerbado en canciones como ‘Hacer dinero’.
Así, tras adentrarnos en la parte central del concierto, algo más estable en cuanto fuerza y ritmo, comenzó el desfile de los invitados prometidos para la noche. El primero de ellos fue el madrileño Depedro, integrante en sus inicios de la banda comandada por Amparo Sánchez. ‘Somos viento’ y su medio tempo y subida correspondiente en cada estribillo fue el tema elegido. Jairo Zavala, siempre cumplidor y querido por el público.
‘El coro de mi gente’ (único tema de nueva creación) y ‘En la noche’ sirvieron de preludio para que Fito Cabrales hiciera su aparición, como segundo invitado estrella de la noche, en lo que la propia Amparo Sánchez definía como un “no parar a partir de ahora”, para encarar la recta final del concierto.
‘La fiesta’ con un bonito inicio en clave de rock por parte del de Bilbao, y un nuevo de mensaje reivindicativo en favor de la igualdad, nos introdujo en uno de los momentos más festejados y desenfadados de la noche. Una auténtica verbena de la música fusión, que nos recordó, que la idea sobre la que se sustentan otras bandas actuales ya tiene unos cuantos años.
Sin respiro alguno, la Mari de Chambao hacía acto de presencia en el escenario, para cantar ‘Mar estrecho’, tema perfecto para la combinación de dos estilos abanderados por dos de las mujeres más representativas en la música de nuestro país a principios del presente siglo.
Para cerrar un correctísimo repertorio, la gamberra ranchera ‘Que te den’ puso el punto y seguido en un concierto, en el que los recuerdos, la nostalgia y la importancia de su música en un contexto determinado minimizaba el análisis puramente musical de este concierto.
Los bises finales, comenzaron algo más tranquilos, con la colaboración del cuarto, aunque no último invitado de la fiesta. ‘Moreno’ con sus aires de bolero, cantado junto al rapero Yonse le dio a la canción una nueva dimensión y nos empujó irremediablemente hacia el final de la noche.
Tras ‘Mi amor se fue’, llegó la fiesta definitiva de mano de ‘Ella baila bembe´, con la aparición anónima de Muchachito, el retorno de Depedro (sólo de guitarra incluido), las voces de Mari, la presencia de Fito y Yonse, y una de esas canciones que entremezcla magistralmente estilos cercanos al son cubano o cha-cha-cha. Mestizaje del bueno.
En definitiva, una mirada al pasado más glorioso y digno de una formación precursora en la fusión de géneros en nuestro país, y en el que disfrutaron tanto o más los de arriba como los de abajo. Todos/as felices.
Iñaki Molinos M
Redacción
La honestidad no es una virtud, es una obligación.
Javi García Nieto
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