Tras una nueva edición del Primavera Club en Barcelona, te destacamos los grupos que más nos sorprendieron por la frescura y la calidad de sus directos

Tras una edición más, salimos del Primavera Club cargados de nueva y buena música que hemos podido descubrir a lo largo de tres días. Una edición que ha incluido novedades, como el retorno del festival a Madrid, tras cinco años de ausencia en la capital, y el estreno de una renovada Sala Apolo en Barcelona, que ha ampliado el espacio de La [2]. Vamos a contarte lo mejor que vimos en estos tres días en la edición de Barcelona, muchos de los cuales también pasaron por Madrid.

El Primavera Club es una clara apuesta por los grupos emergentes y jóvenes, por grupos internacionales que no han tenido la oportunidad de tocar en nuestro país y, al fin y al cabo, un trampolín para muchos de ellos que, después de su paso por este festival, quizás den un paso más en su carrera. Para el asistente, se trata de un formato fácil, dinámico y entretenido ya que son directos de una duración media de unos 40 minutos y que se alternan, sin apenas dar tiempo al descanso, entre las dos salas de la Sala Apolo.

No haremos un repaso cronológico por los diferentes grupos que pasaron por el festival porque nos quedaría una crónica eterna. Queremos destacar a los grupos que más nos sorprendieron de cada jornada por su calidad, por optar por estilos nada comerciales a los que no estamos acostumbrados y que, quizás, se nos plantean pocas oportunidades de ver.

Una de las ventajas de este festival es la mezcla de estilos, que van desde el punk más dark al rock puro, hip-hop con tintes electrónicos o propuestas étnicas.

Viernes

Queremos empezar por lo importante, y es que de esta primera jornada queremos destacar dos nombres por encima del resto: Sex Swing y Starcrawler.

Con Sex Swing descubrimos una propuesta que se sale totalmente de (por usar este término tan en uso) nuestra zona de confort y que nos atrapó desde el primer segundo de música. La banda londinense presentó su música instrumental y oscura, noise con algún tinte punk. Unos sonidos trabajadísimos donde la voz, distorsionada y en segundo plano, no es para nada la protagonista sino todo lo contrario: un complemento a los temas eternos (y, para nosotros, placenteros) de Sex Swing. “Grace Jones” es la canción que destacamos y que os recomendamos encarecidamente.

Y Starcrawler supusieron la otra gran revelación de la noche. Un punk-rock fresco y desenfadado con un directo de gran calidad que sorprende por la juventud de sus componentes. Una música con un estilo muy sesentero bastante asequible y con unas guitarras que destacaban por encima del resto. Pero Starcrawler no se queda solo en música: durante su actuación, la cantante hace un despliegue de gestualidad facial, movimientos hipnóticos y descarados e interpretación que convierte su directo en una actuación global e hipnótica. Rozando la representación de un ritual satánico lleno de insinuaciones y provocaciones, acabaron el concierto entre el público asistente y saliendo por la puerta de atrás de un modo sorprendente.

Starcrawler

Bajando de revoluciones, nos encontramos con el buenrollismo de Girl Ray con un sweet pop costumbrista y relajado. Guitarras suaves con una voz dulce y delicada que te transportaban a ese momento de cóctel en la playa, relajado y distentido. Su tema “Stupid Thing” fue uno de los más celebrados dentro de su concierto, un directo ideal para evadirse y dejarse llevar por las melodías de la banda.

Entre las propuestas electrónicas de esta jornada, nos quedamos con la de DBFC y su música disco y psicodélica. Mucho sintetizador bien empastado con guitarras y con la voz cantante. Un directo potente y enérgico con altas dosis de bailes.

En cuanto a las propuestas nacionales de la jornada, nos quedamos con la fuerza y fiereza de los jóvenes Medalla. Esta nueva formación se intuía como el relevo de The Saurs pero ha conseguido crear una personalidad propia a base de su garage rock y su pop metalero. En su directo, muy esperado por gran parte de los asistentes de esta jornada, pudimos comprobar la energía y la pureza de esta banda barcelonesa que es una de nuestras apuestas más claras de esta edición dentro del panorama nacional. Temas como “Navaja Certera” o “Máquina de Plata” fueron unos de los más aplaudidos.

Medalla

Aloha Bennets fueron la segunda banda del día en actuar y apenas notaron la presión, ofrecieron su directo con el descaro propio de una riot girl band. Fueron ideales para caldear el ambiente.

Sábado

Y volvimos de nuevo al Primavera Club, esta vez con tres nombres marcados en amarillo fluorescente en nuestra agenda como son Poolshake, Yellow Days y Vulk. Como es de costumbre en este festival, no puedes quedarte únicamente con tan sólo tres conjuntos y es casi seguro que te encuentres con otros grandes artistas que superen tus escuchas previas sin apenas darte cuenta.

El sábado, presentaba, a priori, una parrilla más reconocible y aparentemente mejor organizada en cuanto a tonos de grises musicales se refiere. La banda murciana Poolshake fue la segunda en actuar en este día (después de la correcta y entusiasta actuación de Jora i Gomorra) y desplegó toda su música de guitarras indie-pop y purpurina en la sala grande de Apolo. Presentaron sus temas entre un gran ambiente propiciado sobretodo por las ganas del cuarteto y la simpatía que derrocharon encima del escenario. Con tan sólo unas pocas conversaciones con el público, los murcianos se pusieron a todo el mundo en el bolsillo creando así una de las actuaciones más entretenidas y ligeras de la jornada. Se podría decir que su corta experiencia en escenarios tan grandes como este, la supieron suplir más que correctamente con actitud, dejando un sabor de boca más que agradable. Nos gustaría destacar el tema Nebraska, una canción que deja entrever un futuro prometedor.

Poolshake

Luego existieron actuaciones hipnóticas, para nosotros casi inenarrables, como la de Moor Mother y su electrónica predicadora que nos dejó con la boca abierta. O el que iba a ser el plato fuerte del día para nosotros, como la actuación de Yellow Days, que no decepcionó en absoluto. Todo lo contrario, pelos de punta durante la hora de duración de su concierto. Y es que el potente chorro de voz roto y peculiar de su líder no podía dejarnos indiferentes. Nos dimos cuenta con tan sólo una primera canción, A Little While, que nuestras expectativas en realidad eran muy bajas y que lo que estábamos presenciando era ciertamente algo para recordar en el historial del Primavera Club. El jovencísimo artista acompañado de su banda, dejó a toda una (2) de Apolo enmudecida con su música melancólica de cortes blues, soul sintético y, volvemos a repetir, una voz digna de los más grandes. Recordando a ratos a Mac Demarco y a otros a King Krule. En definitiva un talento fuera de lo normal.

Yellow Days

Pero la noche no terminaba aquí y grandes actuaciones todavía quedaban por llegar. Amber Coffman llenaba de nuevo la sala grande, en la que dice ella fue su segunda actuación en directo con su nueva banda, y la inundaba de su pop dulce, cercano y asequible. Pero mientras la mayoría de asistentes presenciaba dicha actuación, todo lo contrario estaba a punto de ocurrir en la sala opuesta. Vulk estaba a punto de romper el escenario con su característico descaro y su punk de corte agresivo. Esta era la segunda vez que veíamos a los bilbaínos actuar y las mejoras fueron notables, a pesar de que en ninguna de las dos actuaciones vimos ningún síntoma de debilidad, todo lo contrario. Las guitarras sonaron más afiladas si cabe y la puesta en escena mantuvo ese punto de chulería que tanto nos gustó y que tanto atrae al público, no dejan a nadie indiferente (más si le añadimos los bailes del cantante). Sin duda es una banda que mejora en directo y aporta ese plus que todo el mundo quiere, temas como Something Internal, Brazil o Zaldia Burning son capaces de permanecer en tu cabeza durante toda la noche. Podemos decir que esta actuación marcó uno de los puntos álgidos del día a pesar de que tuvo una duración un poco corta o al menos a nosotros es como se nos hizo.

Luego destacaremos también el agradable momento R&B que vivimos gracias a Gabriel Garzón-Montano. Grata sorpresa la que nos llevamos con el solista y su cálida voz frente a un público que se vino de menos a más al ver lo que estaba presenciando. Teclados en mano y bases electrónicas, fueron capaces de llenarnos totalmente por dentro hasta atraparnos en un estado de bienestar mediante una puesta en escena sobria pero sincera.

Gabriel Garzón-Montano

Luego actuaciones tan diversas como la de Tontstartssbandht, Blank Mass o Jakuzi completaron una velada que mantuvo un nivel muy alto.

Domingo

El festival puso fin a las tres jornadas con el punk enérgico de Cocaine Piss, un repertorio repleto de furia y fuerza, donde no dejaron indiferente a los asistentes los temas como «Piñacolalove» o«Ugly Face on».

Keems e Intana fueron las notas nacionales dentro del domingo. Los primeros, con su propuesta rock, que bebe del rock británico, con algunas notas incluso emo; los segundos, por el contrario, invadieron la Sala Apolo con su música dulce y relajada.

 

Todo esto (y más) ha sido la nueva edición del Primavera Club en Barcelona, una mezcla de estilos y una oportunidad, tanto para bandas como para público, de conocer nuevos nombres de la escena musical. ¿A cuántos de ellos veremos en el Primavera Sound 2018?