La banda canadiense, liderada por Katie Stelmanis, presentó en la Sala Galileo Galilei de Madrid su último trabajo, Future Politics (2017), que vio la luz a principios de este año.
Con un aforo prácticamente completo saltaba al escenario, en primer lugar, la telonera y baterista de la banda, Ela Minus. Disfrutamos, como ella misma hizo, con su Synth pop electrónico de base puramente bailable, acompañado del susurro dulce de su voz y bailes hipnóticos.
La artista, de origen colombiano, demostró una personalidad arrolladora y un halo especial de magia como credenciales de un futuro prometedor. Seguiremos su pista.
Tras esta agradable sorpresa, por fin hacia acto de presencia Austra, ante un público que les recibía de manera realmente apasionada.
A la voz e imponente presencia escénica de Stelmanis se sumaban teclados, sintetizadores, bajo, batería y bases electrónicas programadas, sobre las que se sustentaban la totalidad de las canciones.
El núcleo central y de desarrollo del concierto pecó en algunas fases de excesiva trascendencia pop, pero con la perspectiva suficiente apreciamos un directo que fue creciendo progresivamente hasta alcanzar un clímax máximo en el que nos detendremos posteriormente.
El poder de la batería como base de acompañamiento a la programación, opacando en determinados momentos el resto del espectro sonoro, así como la interpretación y ejecución de la misma por parte de Ela Minus fue uno de los atractivos de la actuación. Brutal.
Tras ‘Darken Her Horse’ comenzábamos a entrar en espacios más bailables como ‘Future Politics’, para mezclar en el siguiente corte los dos ambientes anteriores.
‘Utopía’ nos sumergió en el electropop más melódico, acompañado del sonido puramente ochentero de los teclados, y todo ello envuelto en un ambiente de performance creado sutilmente por el ambiente, vestuario y actitud de todos los miembros del grupo.
En esta línea siguió transcurriendo el show, con una brutal interpretación estética como frontwoman de su lideresa y compositora (de la mayoría de sus temas), cayendo en el trance y oscuridad de algunas canciones como ‘I´m a monster’ o ‘Gaia’.
Tras este breve impasse en la narrativa sonora del concierto, el repertorio creció definitivamente alzándose gracias a extraordinarios temas como ‘Home’, con su belleza e intimismo inicial, para acabar extasiándote por completo y moviendo tus piernas hipnóticamente. O ‘I Love You More Than You Love Yourself’, una de las mejores piezas de su último disco, coreada por el público y con muchas papeletas para elevarse como nuevo himno de la banda.
‘Beat and the Pulse’ nos trasladó definitivamente a la pista de baile con sus sonidos más psicodélicos, envolviéndonos en una maraña antagónica de la representación interpretativa del sufrimiento y el apogeo máximo del directo.
Instaurados en esta fase elocuentemente álgida aun nos quedaba disfrutar de la fragilidad de ‘Lose it’ y la enésima interpretación vocal majestuosa como instrumento fundamental de esta canción. Finalizando actuación con la electrónica más puramente danzable de ‘The Villain’, con un público entregado, bailando sin mesura, al igual que los artistas lo hacían encima del escenario.
El cierre definitivo del show, tras el pertinente bis, llegó a cargo de ‘Hurt me now’, con melodías que te hacen caminar por territorios que conquistar, donde los delirios de grandeza te ciegan ante tal inmensidad. Desenlace sonoro formidable, que nos dejará el poso del trabajo bien hecho, hasta que volvamos a cruzar nuestros caminos.
Iñaki Molinos M
Redacción
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