Asistimos a la primera edición del festival, celebrado en el centro de Madrid los días 9 y 10 de junio.
Cuando vi por primera vez la publicidad sobre este festival, había cosas que no me cuadraban. Principalmente la cuestión de programar tantos conciertos, con una amplia diversidad de artistas, en diferentes salas de la capital y a las mismas horas…ahí está la gracia del festival, aunque como amante de la música sí que propondré una sugerencia más adelante.
En ese mismo sentido, otra de las dudas que me surgieron fue el tema de los aforos, en cualquier festival al uso, somos los que estamos y una vez dentro puedes ver cualquiera de los conciertos programados. En este caso no, sin embargo, la organización se encargó de programar varios conciertos en salas cercanas con el mismo horario, con el fin de que nadie se quedará sin disfrutar de la música en directo.
Además podías consultar en cada momento la situación del aforo de cada lugar gracias a la aplicación oficial del festival, que todo hay que decirlo, funcionó a las mil maravillas.
Y respecto al funcionamiento y comportamiento de cada una de las salas, todo fue bastante correcto, a excepción de un detalle: las aglutinaciones que se formaban al salir de los conciertos, al tener que picar el público en general a la entrada y salida del local, lo que provocó que asistentes y prensa se perdieran algunos de los conciertos a los que tenían pensado acudir por esa pérdida interminable de tiempo.
En líneas generales, resultado muy satisfactorio para un nuevo concepto de festival por las calles de la capital.
Centrémonos por tanto en los conciertos. Cómo he dicho anteriormente, como amante de la música me hubiera encantado acudir a más conciertos, y que se hubieran repartido en tandas de menos artistas en cada una de las franjas horarias, pero nunca llueve a gusto de todos.
De esta manera, uno hace la selección de manera subjetiva, pudiendo gustar más o menos, así que queda abierto el cupo de opiniones respecto al itinerario elegido por un servidor.
Viernes 9 de junio
Soledad Vélez (Intruso Bar)
El acogedor y coqueto Intruso Bar acogió el concierto de la artista chilena. Tenía ganas de conocer su directo, y aunque la instrumentación que presentaba era muy básica, no decepcionó para nada.
Con bases rítmicas programadas en su ipod, órgano o guitarra según la ocasión, la joven artista nos deleitó a los presentes con una gran interpretación de diferentes temas de su carrera, que cuenta ya con tres discos.
Potencia y profundidad vocal, acompañada de preciosas melodías en canciones como “The cave” son su mayor estandarte, aderezadas con buenos riffs de guitarra y distorsión que te traslada a ambientes fronterizos y desérticos.
No nos olvidemos de faceta más electrónica. Creando atmósferas más sintéticas y artificiales, espaciales incluso, amoldando a la perfección su hipnótica voz a lo que la actuación demandaba.
Recomendable sobre todo su último disco “Dance and Hunt”.
Antes de que acabara la su actuación salimos corriendo hacia nuestro nuevo destino.
Neuman (Sala Arena)
Se presentó la banda malagueña como es habitual en los últimos tiempos con batería, órgano o bajo según la ocasión y guitarra y voz al mando de Paco. Un clásico en los festivales que tiene en ciernes su nuevo disco, del cual no pudimos disfrutar ningún tema en directo, lo que no impidió que realizaran una actuación magistral.
He de reconocer que nunca les había visto en sala, lugar donde el sonido suele ser mucho mejor y el ambiente más acogedor y cercano.
El repertorio elegido por la banda fue muy acertado, entrelazando temas de sus tres álbumes de estudio y diferentes ep´s, y haciendo moverse a una Sala Arena a la mitad de su aforo.
Comenzando el show con “Hell” y un sonido de guitarra sobresaliente, y transmitiendo a la perfección gracias a una precisa melodía que te araña por dentro, a la que suma una voz que quizás no sea la mejor técnicamente, pero si la adecuada para una banda muy madura y de la que no conozco todavía ningún/a detractor/a.
“Bye fear/Hi love” fue la siguiente con un público entregado y disfrutando de una interpretación perfecta de esta maravillosa canción.
“Too pretty” fue otro de los temas que me gustaría resaltar, con el perfecto sonido al organo y un solo de batería antes de la distorsión y explosión final del tema con un solo de guitarra que ponía los pelos de punta.
Su mayor éxito hasta el momento, el fantástico “Turn it” nos hacía ver que el espectáculo se acababa, cerrando definitivamente el show con una potente y devastadora versión de una joya de tema, como es “Sil Fono”.
Extraordinaria actuación de una de esas bandas, que con gran esfuerzo y dedicación, se ha ganado un lugar más que merecido en el panorama alternativo actual.
Y de la Sala Arena a Joy Eslava, a disfrutar del plato fuerte del día: The Vaccines.
Llegamos con bastante tiempo a la céntrica sala madrileña, pudiendo disfrutar del último de los temas interpretados por Jain. Una auténtica fiesta la montada por la artista francesa.
The Vaccines (Joy Eslava)
Con un fondo iluminado de un cálido color rojo y la sintonía de juego de tronos hacían acto de presencia Justin Young y los suyos, desprendiendo la esencia de la última generación del indie rock británico.
Arrancaron su actuación con un tema que han estrenado este 2017, “Let me take you surfing in the sky”. Realizando una clara declaración de intenciones: intensidad y entrega por encima de todo, con un vocalista que no dejó indiferente a ninguno de los allí presentes.
Le siguió la incendiaria “Wrecking Bar” y “Teenage icon” de su primer álbum, con la que empezaron a generarse los primeros pogos y bailes en el centro de la pista.
Con “Dream Lover” se puso de manifiesto el gran frontman que es Justin Young, interpretando a la perfección este medio tempo con reminiscencias de Arctic Monkeys.
Le siguieron la pegadiza y divertida “Your Love is my favourite” band y “Wetsuit”, con aires de balada, y coreada por el público en su estribillo mientras su cantante daba la mano al borde del escenario a los seguidores más pasionales, demostrando la cercanía y conexión que genera esta banda con el respetable.
Y tras la calma llegó la tempestad. “Post break-up sex” incendió por primera vez una sala llena hasta reventar, donde empezaron a verse cuerpos en volandas de un lado a otro de la pista y el grupo británico se ganó definitivamente al público.
“Minimal affection”, de su último disco, con una gran interpretación vocal y una guitarra principal acompañada de acústica que sonaron de manera impecable fueron la antesala de la parte más agitadora del concierto.
Ni que decir tiene, a estas alturas, que el sonido fue casi perfecto de principio a fin de la actuación.
«20/20” generaba de nuevo numerosos corrillos y golpes entre un público, que coreaba al unísono cada uno de los temas.
Llegaba el turno del rock, con ritmo punk de “Bad mood”, con la entrega total y sin complacencia de la banda, destacando un sólo de guitarra espectacular de Freddie Cowan.
“All in White” con un estilo más pop y aclamada por el público y “Rolling Stone”, como su propio nombre indica, muy rock and roll, sirvieron para acercarnos al final de un concierto que no daba espacio ni tiempo para tomar aliento.
Como no podía ser de otra manera comenzaron a sonar los acordes de “If you wanna”, con los que la Joy Eslava se volvió totalmente loca. Espectáculo de luz, sonido, interpretación e instrumentación digno del concierto que habían ofrecido los londinenses.
Y para cerrar, sin pausa ninguna, la corta pero intensa “Norgaard”, con el cantante lanzándose al público y sostenido en volandas. Invitando posteriormente a subir al escenario y abrazando a una de sus seguidoras y concluyendo así un concierto redondo y perfecto.
Dicho lo cual, las distancias cortas siempre ayudan y este era uno de los puntos a favor de este festival: ver a un grupo como The Vaccines en una sala para no más de mil personas.
Y acabamos la noche volviendo a la Sala Arena, donde vimos pinchar a DJ Amable, uno de los grandes dj´s nacionales de música independiente.
No defraudó yendo de menos a más, con una gran técnica y gusto musical, nos deleitó con versiones de Two Door Cinema Club, Crystal Fighters, The Black Keys, los propios The Vaccines e incluso el nuevo tema de Arcade Fire, “Everyting Now”.
Buena forma de cerrar el día, bailando los clásicos y nuevos temas del rock más alternativo.
Sábado 10 de junio
El sábado decidimos empezar nuestro camino en la Sala But (Ocho y medio) para ver a una de esas bandas que promete convertirse en poco tiempo en referencia del post-punk y del noise pop en España, si no lo son ya: Belako.
Belako (Sala But)
Cuando los de Munguía saltaban al escenario la sala se encontraba a un tercio de su capacidad prácticamente. No era más que un simple problema de horario tempranero, a la cuarta canción el aspecto era bien distinto, prácticamente llena.
El espectáculo que nos brindó el cuarteto (guitarra, bajo, batería y órgano y voz) fue realmente sobresaliente.
La preciosa y a la vez lúgubre voz de su vocalista Cris Lizarraga te sumergía en una atmósfera especial donde se van alternando estilos musicales de origen o raíz similar pero con delicados matices que hacen la escucha aún más atractiva.
Con un portentoso sonido desde el inicio del show y una ejecución ejemplar en todos los temas que interpretaban, Belako se ganó los aplausos más que merecidos en cada uno de sus temas.
Reminiscencias nirvaneras (a parte de la resurrección de Cobain en el cuerpo del guitarrista Josu Billelabeitia), con una potente línea de bajo que golpea en la cabeza, como una clara declaración de intenciones.
Otro de los aspectos más destacados de la banda, como no podía ser de otra forma, fue entrega e intensidad constante: saltando, bailando y con un derroche vocal de gran nivel..
Con un sonido perfecto y deleitándonos con un reperteorio más que acertado, nos fuimos acercando al final del show.
In crescendo en intensidad, jaleados por el guitarrista de la formación reventaron el escenario con una traca final de distorsión, punteos, bombo, sintetizadores y voz en grito para culminar sin duda una de las mejores actuaciones del festival. Soberbios.
Nos trasladamos pausa alguna hasta la sala Joy Eslava, donde nos esperaban otra banda vasca. En este caso no se trataba de una promesa, más bien todo lo contrario, una banda ya mítica…
Berri Txarrak (Joy Eslava)
No soy un gran aficionado al metal, todo hay que decirlo, pero me llamaba mucho la atención ver al trio liderado por Gorka Urbizu.
Curtidos en mil batallas, se aprecia en cualquiera de sus interpretaciones que la experiencia es un grado. Ante una sala prácticamente llena desenfundaron gran variedad de canciones pertenecientes a diferentes etapas de su carrera.
Con un sonido muy cuidado y buenos solos de guitarra, acompañados del ritmo endiablado de Galder Izagirre en la batería y David González en el bajo (adquiriendo cierto protagonismo en algunos de los temas), la banda se mostró muy cercana a un público maduro y fiel seguidor, coreando cada uno de los temas cantados en euskera.
Sin conocer en profundidad su repertorio, se podían diferenciar las canciones más longevas y con un sonido de base más punk respecto a la de los últimos discos conducentes a un metal alternativo con mayor influencia del rock duro americano.
Contrastando por un momento con el sonido más metalero, sorprendió escuchar (al menos a mi) los acordes de “Kids” de MGMT, y lo que parecía una simple casualidad para empalmar una canción y otra se convirtió en una vibrante y especial versión de la banda americana.
Otro acierto más en la elección del itinerario por el centro de Madrid. Quedaba mi última apuesta y ya os adelanto que la gané….
De la Sala Joy Eslava al Café La Palma, para ver el directo íntimo y abrasador de Apartamentos Acapulco.
Apartamentos Acapulco (Café La Palma)
El minimalista y coqueto local madrileño acogía a la banda granadina que tan bien suena en su primer LP.
Ante una sala que fue llenándose poco a poco del público que iba llegando desde otras salas y conciertos, el inicio de la actuación no fue exactamente fácil, lo que ya intuíamos con los preparativos (idas y venidas de técnicos y numerosas pruebas)
Los problemas de sonido (limitados al micro de su vocalista) desaparecieron en la segunda canción de la noche, lo que catapultó al grupo a una actuación más que notable, dibujando melodías de un pop alternativo fascinante.
Distorsión y punteo de guitarras, acompañadas en muchas ocasiones de los sintetizadores que la vocalista manejaba a sus anchas y un gran bajo que sostenía toda la maraña sonora con la que juega el quinteto andaluz.
Destacable igualmente el juego a dos voces con el que interpretan la mayoría de canciones sus dos intérpretes. Dulces y bonitas tonalidades, que acompañan un sonido, que en ocasiones, tanto evoca a una de las bandas madre de este género, Los Planetas.
Temas en forma de balada hipnótica, con grandes letras como es el caso de “Romance de verano”, narrada desde el punto de vista de la voz masculina en su primera parte, para ser respondido al final por la vocalista y finalizar en una explosión de emotividad a través de un sonido estridente pero afinado.
También hubo momentos para el baile y los saltos entre el público con “Que quieres de mí”, para desembocar en la coreada por el público “Scarlett”, con un solo verso repetido en forma de himno pop y con una melodía que te cala hasta los huesos.
Gran directo de una de las bandas más prometedoras del pop alternativo de nuestro país.
Para cerrar definitivamente el festival, nos dirigimos a la Sala Arena, para disfrutar del house con ritmos africanos de Matias Aguayo y la actuación en formato dj set de los siempre llevaderos y bailables Hot Chip.
Y con esto se nos acabó el Ballantines True Music Festival en su primera edición.
Gran sabor de boca el que nos dejó el aventurero formato itinerante, y al que volveremos sin duda el año próximo.
Iñaki Molinos M
Redacción
La honestidad no es una virtud, es una obligación.