Entrevistamos a De la Purissima con motivo de su concierto el martes, 9 de mayo, en el Teatro de la Zarzuela.
Contará con la participación de la Orkesta Mendoza, con la cual ha grabado su disco «Sonora«. De la Purissima es una banda madrileña conocida por fusionar el cuplé con el jazz, debutando en 2015 con su álbum «Virgen«, un disco en el cual cada una de las canciones estaba dedicada a un individuo de sexo masculino. Ahora, con «Sonora«, el cuarteto se aleja del jazz con la incorporación de Amit Kewalramani, sin por ello perder las raíces que les vieron nacer.
¿Por qué elegiste el teatro de la Zarzuela para este concierto? ¿Es, quizás, por el carácter de obra teatral que tienen vuestros conciertos?
No lo elegí, Daniel Bianco me programó. Fue toda una sorpresa que mostrara interés por De La Purísima en sus primeras declaraciones como director. Por nuestras conversaciones creo que su elección tiene que ver con la labor de regeneración de público que quiere ejercer en un Teatro maravilloso, pero ajeno a la ebullición artística de la capital.
¿Hay alguna zarzuelista o alguna zarzuela que te inspire a la hora de crear? ¿Existe alguna relación entre el teatro lírico y el cuplé?
La zarzuela no ha sido un genero que haya consumido musicalmente, siempre ha sido el cuplé mi inspiración. Existe toda la relación, el genero ínfimo (cuplé) nace del genero chico (la zarzuela). Los empresarios de principios del XX no podían hacer frente a los costes que suponía un elenco zarzuelero. Se dieron cuenta que aunque la gente no iba a sus funciones en la calle cantaban “Dónde vas con mantón de manila”…. Pensaron que era mucho más viable el pequeño formato, la canción de consumo tal y como la conocemos ahora nació así. Entonces lo llamaron cuplé.
En la nota de prensa se afirma que el jazz entró en España a través del cuplé. ¿Cuánto de cierto hay en esa afirmación?
Toda, solo hay que escuchar “Madre cómprame un negro” o “Loca por el hot”.
¿Os alejaréis del jazz y del cuplé en vuestros próximos trabajos? ¿Qué tiene Sonora que no se pueda encontrar en Virgen?
Sonora, disco que presentaremos en Otoño de este año, se sale de nuestro habitual timbre jazzístico. Los productores y los músicos mexicanos han sumado a nuestro habitual sonido su propio bagaje y sobre todo lo han transformado.
¿Cómo ha sido trabajar con Camilo Lara y Sergio Mendoza?
Me siento muy afortunada de haber vivido diez días con ellos creando. Camilo y yo nos conocimos en Vic durante el Mercat de la Música y fue un flechazo. Yo ya escuchaba IMS (Instituto Mexicano del Sonido) y conocía su trabajo. Sergio vino de la mano de Camilo, es un músico multi-instrumentista con una intuición y una determinación que ha impregnado de mucha personalidad los temas que llevé a Tucsón. Sobre todo destacaría lo lúdico en nuestras sesiones, me tuve que desprender de esa exigencia que llevo de serie para sumergirme en su universo musical. Fue toda una lección de creación.
¿Sigue siendo la sexualidad el centro de las canciones?
Sí, hay mucho de la temática, ahora con una mirada a lo femenino en vez de a lo masculino.
“Virgen” es un álbum dedicado única y exclusivamente al género masculino. El cuplé es un género que ayuda y provoca la liberación femenina, pero ¿no podría ser considerado esto como una dependencia y, por consiguiente, un órgano vestal del machismo imperante en los años de formación del cuplé?
Fue una puerta de acceso a la aceptación sexual femenina siempre dentro de un marco patriarcal y condescendiente claro, los procesos llevan tiempo, aún hoy existe una mirada paternalista hacia muchos actos feministas. Yo no pienso en los espectadores que asistieron al nacimiento del cuplé, sino en el paso de las mujeres que lo vivieron, fueron pocas, pero ese avance de liberación marcó un antes y un después.
Hay muchas mujeres que pueden considerar el cuplé (“un género que servía para que el hombre se masturbara”) es vejatorio para nuestro género, pues no busca nuestro placer sino el suyo. ¿Qué le dirías a esas mujeres para que comprendiesen que es un género que aboga por nuestra liberación?
Yo no puedo convencer a nadie, mi experiencia personal me ha llevado a entender que si presto demasiada atención al placer del hombre me olvido del mío. Que el cuplé sirviera para que el hombre sintiera deseo y se masturbara es la razón de ser inicial del género, pero para mí es algo anecdótico. Lo importante es que en la letra de “Poco a poco”, que se difundió por todas las salas de variedades por la sexualidad de la letra, aleccionaba al hombre sobre el placer femenino, sobre cómo hacer disfrutar a la mujer en el sexo. Las crónicas de esa época fueron escritas por hombres, no nos podemos quedar ahí, falta nuestra lectura sobre este género apasionante y marcadamente femenino.
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