Fotografías: Emi Picazo
Entrevistamos a la banda granaína con motivo de la publicación de su sexto disco, «En la espiral«, que vio la luz el pasado 17 de febrero
Con la cantidad de experiencias diferentes que hay en el mundo, no deberíamos estancarnos en lo ya-conocido. Tras casi veinte años de carrera, Lori Meyers ignoran el refranero popular y se lanzan a todo aquello con lo que no han innovado todavía, reflejado en un disco que, inicialmente, emana tristeza. De este modo, los granaínos expresan emoción en un planeta deshumanizado, y nos instan a hacer lo mismo a nosotros, a través de un trabajo circular que termina en la misma tonalidad con la que comienza: cíclico, como la vida, como el panorama musical, y como las ganas de Lori Meyers de sorprender, tanto al público como a ellos mismos. Y es que, como afirma la banda, hablando de música, todos deberíamos abrirnos a lo novedoso e irnos de la misma como si todavía no hubiésemos aprendido nada.
Admitís vosotros mismos que vuestro sexto trabajo es raro, o que gana con las escuchas. Yo me pregunto cómo está siendo la acogida del mismo, pues tan solo ha pasado un mes desde que salió a la venta.
Noni: yo creo que hay buen feedback. Tampoco miro mucho las redes, pero todo está siendo positivo. También es verdad que nosotros llevamos bastante tiempo en el mundo de la música, y por tanto estamos bien situados. Hay críticas malas, por supuesto, pero eso a nosotros nos da igual, porque para la banda el feedback está en el directo: yo creo que nosotros somos carne de escenario. El resto de críticas son parte del negocio o parte del sistema.
Pero, por ejemplo, en la presentación que tuvisteis en Granada el pasado 16 de marzo ya os pudisteis hacer una idea de la recepción del disco por parte del público.
Alfredo: es distinto, porque estos conciertos de presentación te incluían la entrada con la compra del disco, lo que significa que los asistentes lo han escuchado de manera diferente.
Noni: aun así, ya hay favoritas, canciones que se alzan por ser más coreables, como nos ha pasado con trabajos anteriores: “Alta Fidelidad”, por ejemplo, es un hit porque el público lo quiso así.
Alejandro: esta vez, “Pierdo el control” parece que gusta bastante. De todos modos, conforme vayamos adaptando el setlist a los festivales, nos daremos más cuenta de qué es lo que el público reclama.
¿Cuál es el formato de los conciertos de presentación? Decís que tocáis las trece canciones que conforman “En la espiral” pero, ¿en orden? ¿Añadís canciones de discos anteriores?
Noni: no, hacemos trampas y nos saltamos algunas. “Un nuevo horizonte”, por ejemplo, ya la habíamos tocado un verano entero, antes de que el disco se publicara. Para hacer el setlist un poco menos estático, no va por orden: aunque parece que llevamos mucho tiempo, yo creo que hay gente que no nos ha visto en directo todavía, y queremos darle a esas personas algo más dinámico. Por eso también añadimos canciones antiguas.
Según se lee el formato del concierto, recuerda a los cuatro que disteis en la Joy Eslava hace cuatro años, en los que presentabais cada uno de vuestros discos tocados de forma lineal. Personalmente, a mí me pareció algo muy bonito, y creo que, quizás, la idea de recopilar vuestra carrera en aquel momento fuese porque sentisteis un punto de inflexión con la publicación de “Cuando el destino nos alcance”, un antes y un después en vuestra carrera, y me pregunto si habéis notado cierta diferencia desde entonces.
Alejandro: “Cuando el destino nos alcance” abrió muchas puertas. También fue el disco en el que se percibía un mayor cambio en el sonido y en el estilo de la banda. Esa evolución se notó en los conciertos, porque se notaban muchas diferencias en el público que asistía a cada uno de los discos. Para nosotros fue una forma de experimentar, de hacer un trabajo de campo.
¿Diferencias en qué sentido?
Alejandro: en “Viaje de estudios” y “Hostal Pimodán” se concentraba mucha gente muy parecida a nosotros, muchos amigos nuestros y muchos músicos. Quizás porque sean los discos más musicales y más interioristas, con un público más general que los que asistieron al cuarto. De todas formas, estoy hablando a rasgos generales, pero sí que es verdad que el espectador estaba más mezclado: todo el público al que le gustaban Los Planetas, y gran parte de público nuevo.
Yo, por ejemplo, noté que en el cuarto concierto había muchos adolescentes como yo, que se quedaron fuera por ser menores de edad. Creo que con “Cuando el destino nos alcance” influisteis a una generación muy joven, que va a ser la nueva generación del indie…
Noni: ¡nos quieres hacer sentir viejos, pero no lo vas a conseguir!
Alejandro: en cierto sentido, Lori Meyers siempre ha estado a caballo entre el indie de los ochenta y los noventa, de Los Planetas y demás, y la nueva escena de Vetusta Morla y Love of Lesbian. Estamos entre medias de ambos mundos.
En ese sentido, con “En la espiral” y, en parte, con “Impronta”, habéis experimentado un poco más, os habéis acercado a la new wave de la música independiente. Quizás sea más fácil experimentar ahora, que sois una banda de renombre, y jugáis con ciertas facilidades al tener un “colchón”, una autenticidad y un núcleo de espectadores que van a seguir a vuestro lado publiquéis lo que publiquéis.
Noni: para nada. No me gusta hablar de fútbol, porque al final siempre termino hablando de lo mismo, pero te pongo un ejemplo: imagínate que una gran estrella del fútbol, en el campo, decide no preocuparse porque ya tiene su bagaje y sus historias. Nosotros nos sentimos muy satisfechos con nuestra carrera cuando echamos la vista hacia atrás. Hemos tenido momentos muy buenos y momentos muy malos, pero, sinceramente, preferimos mirar hacia delante: vamos a cumplir 20 años en 2018, aunque realmente nuestra carrera comienza en 2004, con la publicación de “Viaje de estudios”. Al mismo tiempo, el día que Lori Meyers no tenga nada que decir o no tenga nada que aportar, lo más seguro es que nosotros tiremos por otro camino. No queremos ser viejas glorias para vivir de las rentas. Experimentamos porque, cada vez que hacemos un disco, queremos que éste sea distinto. Sabemos que ya hemos compuesto “Mi Realidad”, “Alta fidelidad” y todos esos éxitos, y como retrospectiva está bien, pero tenemos que mirar hacia el futuro.
La experimentación también está presente en la variedad temática, y he observado que “En la espiral” tiene una fuerte carga política, que es bastante común en la música independiente de los últimos años. ¿Os sentís portavoces de un descontento general?
Noni: Lori Meyers se ha convertido en un monstruo, y ese monstruo es completamente apolítico. Nosotros, como personas individuales, tenemos nuestras creencias e ideologías, pero el monstruo camina por sí solo, y elige lo que quiere. Aun así, hay canciones de crítica social, como “Evolución”, pero cuando la gente nos pregunta si las canciones hablan de política, muchas veces no es así. En Lori Meyers manda el monstruo, incluso a la hora de componer canciones protesta, porque la música es para todo el mundo al que le apetezca sentirse como nosotros nos sentimos.
Alfredo: no estamos ideologizados. Componemos estas canciones desde un punto de vista psicológico, de una persona con respecto a la sociedad.
Por supuesto, aunque desde luego es un disco más crítico.
Noni: sí, porque los discos para nosotros son una catarsis. Hemos escrito nuestros problemas y nos hemos quedado limpios. Ahora está en manos del público, que puede escucharlo y, si quiere, reflexionar. Eso es lo importante: quitarnos todos los pesos cuando es momento de hablar de ellos. En el mundo en el que vivimos ahora, con tanta globalización, tanta informatización y tanta gente a la que conocer, no sabemos quiénes somos realmente, y eso era una cosa que nos atormentaba. Por eso la temática de este disco no es un amor-odio hacia otra persona, sino hacia uno mismo.
Sí, yo cuando lo he escuchado he notado algo que no me esperaba nunca en Lori Meyers, y es mucha tristeza. Dado que vosotros sois una de las bandas más importantes del panorama independiente nacional, me gustaría preguntaros si pensáis que éste es, últimamente, igual de triste. Por ejemplo, con el cierre del Ruido Rosa, o la proliferación de festivales que llevan siempre a las mismas bandas y no dan opción a grupos nuevos, etc.
Noni: es una burbuja. Todos los festivales no van a quedarse. Yo creo que tienen que sufrir una transformación, y sobre todo tratar bien al público. Pero, al mismo tiempo, muchas salas estaban cerrando, y ahora los festivales son de las pocas cosas que tenemos para poder presentar un trabajo, porque, además, ya no ocupan solo la temporada de verano.
Alfredo: al final, todo lo que está muy desarrollado tiene una cara oculta y, cuando algo triunfa, siempre hay otra cosa que sale perdiendo: en este caso, son las salas. Los festivales aglutinan a todos los cabezas de cartel, y el público prefiere ir a verlos a todos de una sentada.
Noni: hay mucha gente que piensa: “¿Por qué voy a ver a Lori Meyers en una sala, si dentro de poco puedo verles a ellos y a cien grupos más por un módico precio?” Es el público el que manda.
Alejandro: también los propios festivales han evolucionado, la gran mayoría ya no son cutres. Están bien organizados y eso es un paso hacia delante, y beneficia tanto al público como a los artistas.
Sí, después está el cartel que publique cada festival. Gran parte del público, por ejemplo, se queja cuando Lori Meyers están confirmados para todos los festivales un mismo verano, pero, luego, si no os confirman, también se queja…
Noni: a mí nunca me vas a escuchar quejarme por comer todos los días pan, porque me gusta el pan.
Alejandro: suena fatal que un grupo lo diga, pero es que es oferta y demanda. Hay que tener claro en qué mundo vivimos, y nosotros aun así procuramos cuidarnos mucho con el tema de la sobreexposición, porque lo consideramos malo: el verano pasado tan solo dimos seis conciertos, porque intentamos no cansar. Son estrategias que tiene cada grupo, pero con ellas no controlamos la escena musical: es otro monstruo que se mueve solo. Ahora mismo puede que ésta sea una burbuja, y que pueda estallar.
Noni: de todos modos, ahora se están creando festivales diferentes, más dinámicos. El verano pasado, por ejemplo, tocamos en un festival con No me pises que llevo chanclas y Prodigy. Yo no lo veo mal.
Alejandro: esos festivales actúan como puentes entre varios universos, y está bien porque el mundo es una red que tiene que comunicarse.
Este año, por ejemplo, tocáis en el Weekend Beach Festival y, así de primeras, no parece que sea un lugar en el que encajéis.
Noni: ojo, es que estamos equivocados. Glastonbury es un festival en el que te puedes encontrar a la ganadora de La Voz de Inglaterra, o el grupo de tus sueños de los sesenta.
Además, el panorama de la música también está cambiando. Desde hace unos años el trap se está posicionando como uno de los géneros que más masas mueve. Sé que en Granada hay un núcleo muy potente de trap y me gustaría saber qué opináis acerca de la convivencia de ambos géneros.
Noni: también convivimos con Morente, con la Ciudad Orquesta de Granada, con el jazz, o con muchas bandas heavys… lo bueno que tiene Granada es el mestizaje, y además tenemos infraestructura gracias al gremio que se creó hace tiempo. Ahora el trap está creando una nueva corriente alternativa que está muy bien, y les deseamos lo mejor. Lo más importante es que tengan el control dentro de su propia burbuja, aunque cuando haya cientos de millones de grupos de trap, pasara lo mismo que pasa con todo.
A mí lo que me parece es que ambos géneros, tanto el trap como el indie, han tenido unos orígenes muy similares y, con la evolución del segundo hacia los sintes y el autotune, puede que en algún futuro lleguen a conectar o a ser la misma cosa…
Alejandro: igual que el indie ha conectado con la electrónica.
Noni: igual que el rock y el flamenco en los setenta con Triana y con Omega. Por poder, podemos conectar. Recuerdo que una vez nos mandó alguien del mundo del hip-hop una oferta para colaborar con él, pero nos pilló en “Cronolánea” y no era el momento. Si ahora me llegara la propuesta y me gustara el estilo, ¿por qué no? Seguro que me abre otro mundo y me pone otras metas.
Alfredo: Los Planetas acaban de publicar “Islamabad” y tiene mucha influencia de las estructuras del trap.
Noni: tenemos que abrirnos. En la música no puedes decir que no a nada, porque si no, no aprendes. Nosotros estamos aquí para exponernos al máximo y, al irnos de la música, decir “todavía no hemos aprendido nada”.
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