Mourn actuó en la Sala Bikini de Barcelona y no dejó a nadie indiferente
Dicen que jugar en casa es lo mejor y más fácil, pero en muchos casos no es así y más si hace bastante tiempo que no tocas delante de los tuyos. Y esa es la situación que nos encontramos el pasado sábado en la Sala Bikini: dos bandas de diferentes estilos pero con una proyección interesante. Y es que las emociones tienen mucho que ver cuando esperas algo con ganas. Lo vivido en Barcelona fue, quizás, algo más que un concierto (o conciertazo): fue una manifestación de sentimientos que se palpaban desde el primer hasta el último asistente, una fuerza mutua entre el público y las dos bandas.
El tono de la noche cogió tintes casi familiares y con la gran atracción de poder ver sobre todo a una banda que se han convertido en muy reconocibles y casi únicos, con un estilo y personalidad propios, en el panorama nacional actual. También los paralelismos jugaban un papel importante y es que Mourn invitó a The Crab Apples para que abrieran su concierto, curiosamente, una banda también compuesta por tres chicas y un chico batería. De generaciones cercanas pero con la diferencia de tener un estilo dispar. Pero vayamos por partes y empecemos por el principio.
Los interminables pasillos que llevan a la sala grande de Bikini nos descubrían un lugar con un ya más que decente número de asistentes para ver la primera actuación de la noche. Unos rodados The Crab Apples saltaron al escenario con bastante confianza, listos para demostrar por qué eran los teloneros, con ganas de darse a conocer a todo el mundo. Sus guitarras, cada vez más rockeras y pesadas, pusieron desde un comienzo la calidad, marcando una pauta calmada que más tarde terminaría explotando con lo que venía a continuación.
Y es que Mourn no se hizo de rogar y aunque aparecieron al escenario con ciertos nervios, pronto se olvidarían de todo y ofrecerían un concierto de un nivel muy alto. Destacar la puesta en escena inicial, todas de espaldas al público de cara al batería con una actitud descarada y tocando sus instrumentos a modo de intro, para después despegar con los ya identificables alaridos de Jazz, que fue controlando el tono progresivamente, y las agresivas guitarras cargadas de oscuridad. Cerca de nuestra posición, pudimos ver disfrutar del concierto a Ramón Rodríguez (The New Raemon), padre de dos de las componentes. Satisfacción es la que debería sentir, como todos los que tuvimos la suerte de asistir y volver a disfrutar de un concierto tan exquisitamente ejecutado y sucio a la vez. Daba la sensación de que un grupo tan joven estaba dando un recital en toda regla y de una forma abrumadora. Las canciones se iban sucediendo como una especie de batería de misiles, una tras otra y sin descanso. Una serie de explosiones pertenecientes a sus dos LPs, aunque sobre todo presentaron temas de su última trabajo, publicado en 2016 e inédito todavía en España, “Ha, Ha, He”.
Sus temas más conocidos como “Gertrudis, Get Trough This”, “Otitis” o “Your Brain Is Made of Candy” se sucedían entre las pistas de este última LP . Y es que los nuevos temas de su último trabajo como “I’m a Chicken”, “Irrational Friends” o “Evil Dead” se hacían mucho más grandes en directo y se ponían al nivel de sus canciones más populares.
A pesar de la timidez de una parte del público (algo habitual y que no deja de llamarnos la atención), el recinto presentaba un 80% de asistencia, un buen dato aunque la banda ya venga de distintos sold outs en sus anteriores conciertos.
Después de esta cita, la banda finaliza de momento su gira española y viajará por buena parte de Europa con otra serie de conciertos ya confirmados que seguro seguirán la misma tónica. Buen presagio y buenísimas sensaciones para próximos conciertos y sobre todo para su actuación en el FIB 2017 de este próximo verano. Seguro que una de las fechas del calendario marcadas en rojo.