Papá Topo presentan su primer disco largo en Madrid

Mucho ha evolucionado Papá Topo desde sus inicios, cuando empezaron a circular sus primeras maquetas grabadas por Adriá Arbona con un teclado en su casa.  Tres singles, un EP y el disco largo que venían a presentar, “Ópalo negro” (Elefant Records, 2016), le han dado al grupo la suficiente consistencia para poder defender su propuesta musical en directo.

Recordaban que hacía casi tres años que no tocaban en Madrid, y se notaba que había ganas de volver a disfrutar de su directo.  La Sala Siroco colgaba el cartel de “no hay entradas” y la larga cola que se formó con bastante antelación al inicio del concierto, vaticinaban una gran noche de pop en Madrid.

De los primeros conciertos, acompañado únicamente de teclado y voz, ya nada queda.  La incorporación de una banca completa, dan un nuevo sentido a aquellas canciones, presuntamente inocentes, del inicio del grupo.

Con cierta demora sobre el horario, y algunos problemas técnicos –solucionados rápidamente- Adriá y los suyos se subían al escenario a hacer lo que mejor saben: hacer disfrutar a un público que tenía muchas ganas de bailar y corear las canciones.

Abrían el concierto con “Obertura” y “Davall ses flors des taronger” de forma encadenada, dando paso a una de las mejores canciones del nuevo disco, “Quédate cerca de mí”, composición en la que se puede ver claramente la evolución del grupo, pasando de aquellas primeras y muy divertidas canciones, hacia caminos más complejos dentro del repertorio. También hubo espacio para que Adriá recordará a su abuela, fallecida el año pasado, con “Joana”, momento en el que contó que ese momento marcó la producción del disco.

Sonó todo el disco nuevo, sus catorce canciones, entremezcladas con canciones más antiguas que han mejorado con el paso del tiempo.  “En un momento”, una de las mejores canciones pop de los últimos años, precedía a un mix entre “Sanguijuela” y una versión acelerada de “Wannabe” de Spice Girls.  Si algo tiene Papá Topo es un completo desprejuicio a la hora de hacer versiones, incluyendo en el repertorio “Yo quiero bailar”, popularizada hace unos años por Sonia y Selena, e incluso “A por ti”, de la inclasificable Yurena.

Papá Topo no se toman a broma los conciertos. Escenografía, coreografías y un juego de luces muy cuidado siempre son de agradecer; y eso el grupo lo sabe hacer muy bien.

Finalizaba el concierto con una batería de hits incuestionables, “Sangre en los zapatos”, “Ópalo negro”, “Meteoritos en Hawai”, “Oso panda” y “La chica vampiro”, cerraron una noche de pop y baile que demostraron que Papá Topo son un grupo a tener en cuenta.  Se echa de menos que se prodiguen más en conciertos por toda la geografía, e incluso, poderlos disfrutar en la infinidad de festivales de verano.

Fueron en total veintiuna canciones que supieron a poco para un público con ganas de bailar y disfrutar.  También fueron la demostración de que el grupo va a más, creciendo tanto en la composición como en el directo.

Papá Topo actuarán el próximo 31 de octubre en la Sala Begood de Barcelona.

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Foto: el_abyecto