El Drogas escogió a una docena de amigos para ofrecer el último concierto de la gira ‘Un día nada más’ en un formato muy especial.

A las 19:30 en la puerta de la Ciudadela de Pamplona ya podía intuirse el ambiente que reinaría durante las más de seis horas de show de El Drogas en la ciudad navarra. Todo, en medio del ambiente festivo que precede a la llegada de los Sanfermines, en apenas tres días. Las colas para entrar en el recinto al aire libre eran kilométricas y no es de extrañar: las entradas para este show de El Drogas y amigos llevaban agotadas más de un mes. Estas mismas colas fueron motivo de queja por parte de algunos de los asistentes, porque debido a la puntualidad de inicio del show y al retraso en la apertura de las puertas, tan solo dos centenares de afortunados pudieron ver iniciar el concierto.
A modo de bienvenida, a ras de césped y tan solo armado con su guitarra, El Drogas recibió a todos en la entrada de la Ciudadela con el tema ‘Sean bienvenidos’, de Barricada. Después, dio paso a un pequeño recital a piano, mientras que el público, sentado alrededor, pudo disfrutar de media decena de temas más, entre los que destacaron ‘Voy muriendo’ o ‘Llegan los cuervos’. Mientras el sonido del piano se apagaba, ya resonaban guitarras en el segundo escenario, situado frente a la Sala de Armas de la Ciudadela. Allí, junto a la Banda de la (des)Memoria repasó su repertorio más ronco y guerracivilista, las presentes en el disco ‘La tierra está sorda’ de Barricada.

Rosendo Mercado y Carlos Tarque junto a El Drogas. / Warner Music

Rosendo Mercado, Fito Cabrales y Carlos Tarque junto a El Drogas. / Warner Music


De allí, al tercer escenario, imponente y preparado para recibir a la quincena de amigos de El Drogas que allí se congregaron. Entretanto, una charanga, de esas que ya amenizan las calles del Casco Antiguo de la ciudad en espera de la fiesta grande de Iruña, tocaba para festejo de los presentes. Mientras el espectáculo avanzaba, todo iba quedando registrado para un posterior CD y DVD que recogerá el directo de la noche mágica en la capital navarra.
Aquí y justo aquí, la magia comenzó a actuar: el repertorio, cuidadosamente pensado para cada invitado y para hacer de la noche una evolución, desde el Rhythm&Blues hasta el rock más profundo del final, allá por las 2 de la mañana. El primero en aparecer como amigo invitado, Rulo, de Rulo y la Contrabanda y ex de La Fuga, con quien entonó ‘Con tu presencia’. Le siguió ‘Un día nada más’, tema que da nombre al espectáculo que ayer ponía final en Pamplona. Tras él, el gallego Iván Ferreiro, quien acompañó cantando ‘En punto muerto’. Después fue el turno del violinista Ara Malikian, quien unió su poderío a la banda del chantreano en el tema ‘Sueños rotos’. Quique González fue el siguiente en subirse al escenario. Junto al madrileño de adopción cántabra, El Drogas entonó ‘El collar abandonado’.
Entre invitado e invitado, Enrique Villarreal intercalaba temas en solitario, como ‘Animal caliente’, el conocido tema de Barricada, al que todo el público se unió. Leiva fue el siguiente en aparecer por el escenario, para tocar ‘No sé qué hacer contigo’, a quien siguió Carlos Tarque de M-Clan. Después, llegó Fito Cabrales, líder de Fito y los Fitipaldis, quien aportó su voz y guitarra al tema de Txarrena ‘Nada sin ti’, que se adaptaba a la perfección al repertorio del bilbaíno, y quien supo dejar su impronta musical.
Quique González junto a El Drogas. / Warner Music

Quique González junto a El Drogas. / Warner Music


Mientras los temas se sucedían, El Drogas animaba al público son sus ya habituales chistes. También, con sus mensajes reivindicativos, destacando entre ellos el feminismo, que chocaba de frente con el elenco de artistas que se iban sucediendo en el escenario. A tres cuartas partes del espectáculo, ninguna mujer había subido aún a acompañar al chantreano, lo que dio buena cuenta de cuán desigual es el panorama del rock español y la invisibilización de la mujer como apoderada de este género musical.
A pesar de este regusto amargo que dejó en quien escribe la poca presencia femenina sobre el escenario, la llegada de Luz Casal para acompañar a Enrique sobre las tablas disipó por un momento el desánimo. Con la cantante, desbordando energía absoluta en el escenario, interpretó ‘Que no me silbes’. La gallega puso el punto final a la primera parte de invitados, mucho más relajada, para dar paso a partir de la 1 de la madrugada, al rock más puro.
Luz Casal junto a El Drogas. / Warner Music

Luz Casal junto a El Drogas. / Warner Music


El invitado más aclamado por el público fue, sin duda alguna, Rosendo Mercado, quien acompañó al navarro en el tema ‘Todos mirando’, el conocido tema de Barricada. Así dio comienzo la segunda parte, en la que se sucedieron en el escenario Kutxi Romero, «su hijo» como le denominó Enrique en el escenario o La Chula Potra. Para finalizar la noche, se subió al escenario Gorka Urbizu, líder de la banda navarra Berri Txarrak, con quien interpretó ‘No hay tregua’. Tan variado y tanto espectáculo desbordante durante horas, que casi pasó desapercibida la única falta en la lista de amigos: el anunciado Enrique Bunbury no asistió a la velada.
Seis horas de música en un ambiente único, con un elenco de artistas bien escogidos, armados en torno a un repertorio muy adaptado a cada voz y estilo. Como diría Enrique Villarreal: a gusto.