Entrevistamos a León Benavente con motivo del lanzamiento de su segundo disco y la inminente gira de presentación
Ni Latinoamérica es la tierra prometida del éxito de la música española, ni lo analógico y lo digital son antagonistas en una lucha de profanaciones y divinidades que los defensores de cada bando se empeñan en postergar. Así lo cuenta León Benavente en vísperas de la publicación de su nuevo álbum, “2” (Warner Music 2016), tres años después del disco homónimo con el que debutaron en el panorama nacional. Aun con ello, no es un retorno, pues León Benavente no se han ido a ninguna parte: tras más de un centenar de conciertos por todo el territorio español (y parte de México), el disco se gesta con un sonido mucho más enérgico y directo, letras más ácidas que constatan la evolución de la banda en un conjunto donde cada elemento es necesario para la comprensión del todo.
Sin embargo, como bien se preguntan ellos mismos en su «Habitación 615«: «¿Y qué queréis saber sobre las canciones? Si están bien hechas, no hacen falta explicaciones.», la mejor forma de adentrarse en la dimensión de la banda es sumergirse en su nueva obra de arte, el disco que nos regalaron el 8 de abril, para que la experiencia sonora crezca dentro de cada individuo. Y es que, cuando el disco es autosuficiente, no es necesaria una interpretación minuciosa, una explicación precisa o una única opinión válida.
(P) Cuando montasteis León Benavente, ya no erais unos niños. ¿Os imaginabais estar aquí y ahora, después de esta carrera de festivales, de giras y un segundo disco?
Eduardo: yo creo que no, ninguno de los cuatro pensábamos más allá de lo que era el corto plazo. En las primeras canciones nos preguntábamos si seríamos capaces de hacerlas y de encontrar gente para que el grupo se sostuviera. Como fue tan poco a poco, y sin centrarnos mucho en lo que pasaba fuera, porque siempre estamos concentrados en la canción y en el proceso musical, tampoco nos dimos cuenta.
(P) Claro, y en una edad como la vuestra, ¿Cómo os sorprende un éxito como este? ¿De qué manera os lo tomáis?
Abraham: bueno, no te lo tomas. Creo que estamos tan centrados en el trabajo que al final no ves éxito ni fracaso. No sabemos dónde está la barrera del éxito, pero tenemos la suerte de poder dedicarnos a esto las veinticuatro horas del día y poder vivir de esto. Para nosotros, eso es el éxito: disfrutar y poder seguir trabajando.
(P) Y hablando un poco más del nuevo disco, da la sensación de que es una continuación del primero, ya no solo por el sugerente título “2”, sino por la temática general. ¿Vosotros lo concebisteis como una segunda parte, o buscabais hacer algo ajeno a ese primer León Benavente?
(A) De alguna manera guarda relación con el primer disco, aun siendo totalmente distinto en cuanto a carácter y energía. Sí que es verdad que aparecen muchos de los temas tratados en el primer disco, pero “2” es un disco de evolución, también de la experiencia de haber estado tres años girando. Es en cierto modo una continuación, pero también un punto y aparte. Dado que el primer disco tuvimos que defenderlo mucho en directo, al grabar este teníamos en mente canciones que completasen las demás, de forma que en los conciertos el conjunto te dirigiese hacia algún sitio.
(P) Pero también parece que el disco estuviera concebido de una forma lineal. Por ejemplo, “Habitación 615” parece el final por excelencia. Cuando salga el disco, mucha gente buscará vuestro nombre en Spotify y pondrá el modo aleatorio a la hora de escucharlo. ¿La experiencia musical será la misma? ¿Creéis que el disco se debería escuchar del principio al fin?
(A) No, no, no es igual. De hecho, tanto en el primer como en el segundo disco le dimos bastantes vueltas al tema del orden, sin ser un disco conceptual (como tampoco lo era el primero). Intentamos trazar una línea que se pueda seguir a través de todo el disco, que te vaya llevando. Lo pensamos mucho, sobre todo, a la hora de hacer un comienzo del disco, que es “California”, que de alguna manera resume muchas de las cosas que te vas a encontrar. También la canción final, “Habitación 615” puede remitir a lo que fue “Ser Brigada” con respecto al primer disco, que aun siendo una canción totalmente distinta remite al final de la historia.
(P) ¿Pedimos un botón de bloqueo de random en Spotify para ciertos discos?
(E) A nosotros no nos gusta la vida en random. Vamos a intentar trasladarlo a un libro. Tú imagínate: empiezas a leer páginas sueltas, o del final al principio. (A) Con Rayuela lo puedes hacer, pero generalmente no. Nos interesa que las canciones, individualmente, sean buenas, pero que cuadren dentro del conjunto. (E) A lo mejor tiene sentido para una persona que ha escuchado el disco setecientos millones de veces, y quiere vivir una nueva experiencia.
(P) En general, la gente no concibe un disco como una obra de arte entera que es.
(A) Sí, hay una cosa que pasa mucho, y es ver que, aunque la canción no sea completa en sí, tiene algo que te gusta, y la incluyes, aunque flojee. En el fondo, eso no beneficia a nadie. Nuestra forma de trabajo consiste en concretar tanto las canciones como el disco en general.
(P) También supongo que con el nuevo auge del vinilo esa experiencia de “escuchar un disco” como cualquier otra obra de arte, ha crecido. Vosotros vais a editar este disco en ambos formatos: CD y vinilo. Para ello, ¿habéis grabado en analógico o en digital?
(E) Al final, siempre se graba en las dos cosas. En un estudio hay muchos elementos digitales y muchos elementos analógicos, y lo bueno es mezclarlo. Pero hoy en día, sin ordenador, es muy difícil grabar. Este disco está grabado en un soporte analógico, porque lo grabamos en cinta, pero luego se digitaliza para trabajar con ello más fácilmente. Luis: Pero el sonido queda. (A) Nosotros grabamos en cinta, porque queríamos tener un buen sonido de base para luego modificarlo bien. Si no tienes una buena materia prima, es mucho más difícil. (E) Lo bueno es coger lo mejor de las dos cosas y combinarlo.
(P) Es que se diferencia mucho el sonido de “2”, que es mucho más contundente, con respecto al primer álbum. ¿Entrasteis al estudio de grabación con ese objetivo, o ya fue a la hora de producir cuando pensasteis darle ese nuevo giro al sonido?
(A) Parte ya está en las canciones en sí, que son más agresivas y más enérgicas. La experiencia de haber tocado juntos tres años y el tipo de directo que hacíamos nos guiaron hacia ese sonido. Además, no es que hayamos grabado el disco en mucho tiempo. En más tiempo que grabamos el primer disco sí, que fueron tres días, y este en seis. Aun así, tuvimos más tiempo de mezcla: estuvimos quince días mezclando, y eso te permite jugar más con los sonidos y potenciar eso que, ya de entrada, está en la canción.
(P) En ese sentido el directo también será diferente. ¿Lo veis como un disco de salas o de festivales?
(A) Anteriormente hicimos muchas salas y también muchos festivales, y no vimos demasiadas cosas negativas en tocar en un festival. Negativas como grupo, no como público, porque no creo que sea la mejor forma de disfrutar un concierto. Queremos que la energía que tienen las nuevas canciones valga tanto para conciertos en salas como para poder tocar delante de 20.000 personas.
(P) Aun así supongo que las canciones en directo se diferenciarán con respecto al disco. ¿Lleváis algún efecto nuevo, material diferente?
(L) Bueno, tratamos de que los directos sean lo más fiel al disco, y eso también lo pensamos a la hora de componer. Aun así, Eduardo tiene dos órganos nuevos, y yo me cambié la guitarra. (A) Seguimos contando con pocos elementos, que es como una característica de este grupo. Aun así, es verdad que hay un cambio con respecto a la gira anterior, también por el nuevo sonido de las canciones. Ayer fue la primera vez que presentábamos as canciones en Zaragoza, para Radio 3, y ya hay cosas que han cambiado. (E) A mí me gusta que en los directos la canción evolucione. Como pasó con el disco anterior, que era mucho más contenido, y al final lo tocábamos mucho más salvaje. Ahora, teniendo más repertorio, podemos permitirnos el lujo de cambiar más, porque en la primera gira no había repertorio. (L) Era el concierto de la marmota.
(P) A raíz de todo esto, como decís del “concierto de la marmota”, pienso en Ser Brigada. Es un tema que la gente os va a pedir hasta en las bodas. Al final es vuestra canción. ¿Llegáis a odiarla cuando la tocáis?
(E) No. Te sigues sorprendiendo, te sigues poniendo nervioso antes del riff, aunque la hayamos tocado más de 200 veces. No se convierte en monótono. (L) Nos posee, te lo juro. Cuando la empiezas a tocar, no mucho, pero es que empiezas y te entra el subidón. (A) La movilidad en los conciertos es una cosa grupal. En los primeros conciertos, como en el Teatro Lara, no sabíamos muy bien como movernos, pero al final las cosas fueron saliendo sin premeditarlo. Yo recuerdo un concierto en Aspe, en un festival pequeño, donde no había mucha gente viéndonos, y nos quitamos un poco el nervio. Hubo muchas cosas que surgieron en ese concierto y se quedaron, no por hacer teatro, sino porque este grupo para nosotros tiene algo que puede parecer esotérico o mágico, pero se genera una energía en el escenario que yo nunca había sentido.
(P) Ya, para finalizar, pensando en vuestra gira del marzo pasado por México, descubrí que el D.F. es el tercer lugar desde el que más os escuchan (después de Madrid y Barcelona). Ya no solo León Benavente, sino que, en general, la acogida que tienen las giras de grupos españoles por Latinoamérica es muy grande, mientras que a la inversa no sucede lo mismo. tenemos una cultura bastante mediocre de música latina.
(L) Pero no hace falta irse a México, ¿Cuántas bandas de Portugal conoces? Lo comentamos alguna vez allí, cuando nos preguntaban qué bandas nos gustaban de México, y no sabíamos responder.
(P) Claro, en España no nos abrimos la música latinoamericana.
(A) Pero el éxito allí es relativo. Para un grupo como nosotros, tocar allí supone un esfuerzo muy grande, sobre todo económicamente. Parece que hay una “tierra prometida” en Latinoamérica para los grupos que cantan en castellano (porque no hay barrera idiomática), pero no es tan sencillo. Para la gente que está allí es mucho más difícil venir, porque es un país más pequeño y consumimos mucha música anglosajona. Pero deberían existir otros medios para que se conociese la música de allí. (L) Es muy caro, pero tiene otras cosas positivas, el calor del público allí es brutal. La forma que tienen de vivir un concierto es acojonante. (A) Y que irte a tocar fuera de tu país siempre es una experiencia, parece algo distinto. Para un grupo eso es muy gratificante.