Paramales un viaje de regreso al futuro

Texto: Miguel Chorusman (@MrChorusman)

Paramales” es un disco de instrumentaciones, letras y sentimientos. Puede que además sea un antídoto o escudo contra el meigallo pero no deja de tener su aquel que el disco número 13 en la carrera del gallego contenga exactamente ese número de canciones, 13 y que el color elegido para el cd sea el amarillo. Retemos al destino.

Xoel López se siente cómodo a lomos de una guitarra española, un traje que maneja a su antojo y que puede combinar cuando le venga en gana con su ramalazo mod, ese que siempre está ahí, que no ha olvidado ni olvidará. La muestra fehaciente y palpable nos la encontramos nada más empezar el álbum con “Patagonia” una preciosa canción de verborrea desbordante que desarrolla un viaje perfecto por la enigmática región austral donde aparentemente lo orgánico domina a lo eléctrico, introduciendo incluso toques de folclore gaucho, pero solo hay que prestar un poco de atención para ver como la distorsión va ganando terreno hasta crecer de manera perfecta y fenecer en un acople final.

De esos estertores parece recoger el testigo “Yo solo quería que me llevaras a bailar”, uno de los temas que fueron adelanto del disco y en el que volvemos al Xoel de su etapa Deluxe pero con las armas que le acompañan en los últimos años. Nos ha resultado gracioso encontrarnos con un bajo a lo “Graceland” de Paul Simon porque en este “Paramales” encontramos bastantes similitudes con aquel mítico álbum de 1986: la introducción de percusiones africanas y latinoamericanas,  el protagonismo de los juegos vocales en modo coral, la fusión entre el folk y el pop, los ritmos bailables, aires se reflejan a lo largo del disco y engrandecen canciones como  “Ningún nombre, ningún lugar”.

Paramales” se diferencia de su predecesor “Atlántico” (2012) en esa fusión que el coruñes realiza con  varias de las etapas de su carrera, desde Elephant Band hasta Xoel López pasando por Lovely Luna o La Caravana Americana, de ahí que el resultado sea un disco que se parece mucho más a los anteriores sin tener nada que ver. La experimentación y la falta de temor a buscar nuevos sonidos es algo implícito en la carrera de Xoel y si en su día introdujo un elemento tan poco “pop” como es una trompa en “Rostro de actriz”, tocada por el cómico Julián López, ahora utiliza lo que creemos que es una tuba en dos canciones: “A Serea e o Mariñeiro” (La sirena y el marinero), su primera composición en gallego, lo que supone una continuación al homenaje hacia su tierra natal tras las dos canciones que editó el pasado verano bajo el título de “Canciones Paganas”, y “Laberinto”, una composición tan extraña como mágica.

La evocación a sonidos de diferentes padres y madres nos trae “Sol de Agua”, magnífica composición con una producción similar a las realizadas en los 90 para cantautores como Silvio Rodríguez, con unos bajos en primer plano y escalas preciosistas que acunan las melodías vocales pero del mismo modo y por arte de birlibirloque hay partes de esta canción que podrían encajar perfectamente en cualquier tema de Radiohead.

Para finalizar este repaso por “Paramales” hablaremos de los sentimientos, porque como hemos dicho en la introducción estos están muy presentes en todo el disco y en su más amplio espectro; desde el amor por la tierra hasta el plano más carnal. Desde esa canción que evitaremos su dedicatoria “Todo lo que merezcas”, pasando por “Caracoles” “cuando todo se vuelve un laberinto de mierda”, hasta “La casa hace ruido cuando no estás”, composición de Lola García Garrido que quién sabe si se va dedicada al propio Xoel.

Ya son 13 las muescas en el revolver de Xoel y ahora toca rodar esta disco, ya sea con banda o solo porque este hombre es capaz de defender en directo canciones con tanta enjundia como las que aquí se desarrollan únicamente con dos manos y dos pies. Ahí queda eso.