La conquista de Hinds por tierras extranjeras tuvo un alto en el camino con Madrid como protagonista.
El pasado miércoles nos acercamos hasta la sala Wurlitzer Ballroom para descubrir con nuestros propios ojos a qué se debe el creciente éxito que se gastan las madrileñas Hinds allá donde van. Y es que estas chicas en apenas unos meses han conseguido llenar salas de conciertos y telonear hasta a los mismísimos Libertines con Pete Doherty a la cabeza. Todo esto sorprende aún más al tratarse de un grupo que ni siquiera ha grabado su primer disco, y que su promoción ha sido básicamente a través de redes sociales y de contactos que, dicho sea de paso, no les faltan.
Lo de anoche fue una vuelta a Madrid, un reencuentro con los suyos donde todo parecía quedar en familia. Lois (componente de Trajano!) fue el elegido para inaugurar el concierto debutando en solitario con un par de temas propios.
Tras el paso por el escenario del recién iniciado artista, Hinds salió a escena y los temas comenzaron a sonar. El primero, “Warning with the Curling” lo hizo con algunos problemas en el micrófono de la cantante Carlotta Cosials. Pese a todo, en seguida supieron solucionarlo y meterse de lleno al concierto con la soltura que les caracteriza y que consigue disfrazar algunas de sus carencias interpretativas, de las que, por otro lado, son muy conscientes.
Las canciones fueron sucediéndose, siendo las más coreadas “Bamboo” y “Castigadas en el granero” que ya forman parte imprescindible de sus set lists. La sorpresa de la noche parecía llegar con un nuevo tema que bebe del mismo garage rock desenfadado que practican desde sus comienzos, pero lo cierto es que, dadas las similitudes con otras de sus composiciones, pasó algo desapercibido y no logró plasmar el progreso que esperábamos escuchar (sobre todo en guitarras)
El concierto iba acabando y con él los últimos directos del grupo antes de volar hacia EEUU, donde realizarán una pequeña gira en la que esperan seguir aprendiendo y componiendo para poder presentar su primer álbum pasado el verano
Todavía micrófonos en mano nos recordaban que su ausencia será corta y que en abril, cual golondrinas becquerianas, volverán a Madrid para disfrutar de nuevo de su público más amigo.