El Dcode 2013 contado en primera persona desde un pequeño medio

Llegando al recinto se oía ya de fondo a Varry Brava pero la gente esperaba… y es que estaba a punto de empezar el concierto de uno de los grupos revelación de este año: IZAL. Esta banda madrileña, con un premio a la mejor banda revelación en los premios de la música independiente, atrae cada vez a más público, algo que sin duda se notó bajo el escenario.  A mi, personalmente, en el sentido musical me sonaron a «más de lo mismo»; con los ojos cerrados me iban recordando por momentos a otras bandas muy conocidas.

En el escenario de al lado, Jonh Grant. La gente todavía se estaba asentando en el festival pero sonó la voz de este señor y todo cambió de sentido. Ni la hora ni el calor pudieron con los magníficos 40 minutos que nos ofreció Grant: impresionante voz, perfecta armonía. Un concierto corto en que nos regaló temas de su último disco «Pale Green Ghosts». ¿Puede que este concierto en una sala pequeña se hubiese disfrutado más? pues probablemente, pero no defraudó en absoluto y me llevé a casa una alegría para mis oídos.

Ya con más «ambiente festivalero» llegó L.A. en el escenario contiguo: muy bien, por supuesto y como siempre. Y es que el rollito noventero grunge de estos chicos en sus directos, el guitarreo y la animación por doquier, aunque estuvieran algunos despertándose en la universitaria,  siempre es estupendo… para mi al menos. Cayó algún tema antiguo como «Hands» y por supuesto no podía faltar «Dualize» del nuevo trabajo.

Y a continuación de este gran concierto: Love of Lesbian. Lo que no cabe duda es que esta formación atrae a masas y eso está muy bien para los organizadores y para el grupo pero a mi no me llenan…  no me dicen nada. Cierto es que la gente estaba como loca y que subieron el ánimo de los allí presentes con sus canciones y con alguna que otra broma, pero mi foco estaba en el siguiente grupo: Foals. Sin embargo me quedé con un sabor agridulce… esperaba que Yannis Philippakis nos diera un recital y se convirtiera en el momento revelación del festival, pero faltó algo… no sé si chispa, movimiento o qué,  pero lo cierto es que me sonó «flojo». Sin discutir la calidad del álbum y sus temas, el directo me dejó algunos momentos fríos y con ganas de mucho más; seguro que habrá más ocasiones y al menos este concierto me lo llevo puesto. Eso sí, no faltaron “Two steps, twice”, “My Number” y “Late Night”.

Alrededor de las 22:00 aparecieron Vampire Weekend  y Toundra uno a cada esquina del festival, ¿decisión difícil?. El concierto de Vampire Weekend, aunque plagado de decorado y una masa enfurecida bailando de lado a lado en un metro cuadrado, no acababa de convencerme (y su música tampoco), así que duré un par de temas. Después de haberlos visto este verano en el BBKLive tampoco me aportaban nada nuevo. Por el otro lado del recinto, los madrileños Toundra daban el perfecto recital con su rock instrumental, y sí, soy muy fan de este tipo de música. Para mí, error solapar estos dos conciertos ya que esta banda tiene un directo brutal.

Desde este punto un poco de “tranquilidad” porque la masa de gente que había no te daba mucha opción a moverte para ver a Reptil Youth, otro buen grupo y con otro directo de los que animan y mueven pasiones (musicalmente hablando) y de las buenas. Conciertazo que se marcaron y del que salí con muy buen sabor de boca, ¡otro punto para ellos!. La “mala” suerte es que era en el escenario pequeño y al otro lado estaban tocando Amaral que, según donde te colocaras en el recinto, podías escuchar a los dos a la vez. Los aragoneses sin duda tienen un gran fondo musical y tanto Juan como Eva Amaral lo dan todo pero a mi me “falta” algo…

Y como no, Franz Ferdinand se llevó el bailoteo del festival. Si ya nos habíamos movido bastante con algunos conciertos y de lado a lado del recinto, ya a última hora y con 25.000 personas, según la organización y su “SOLD OUT”, era más que difícil moverse pero se consiguió. Tirando de canciones conocidas y famosas como el “Take me out” colaron temas de su último álbum, este que no acaba de convencer y que, exceptuando a los «mega fans” no cuaja del todo en las cabezas.

Me quedé con ganas de más y sobre todo de muchos conciertos que se les dio sólo 40 minutos cuando podían haber aprovechado una oportunidad mayor… me refiero a los organizadores, a dar mayor oportunidad. Ya iba con la idea de ver a unos grupos en concreto y así fue. De los cabezas de cartel, iba sin pretensiones y con ganas de ver a los que, por lo menos, son menos habituales en este tipo de eventos.

Me gustaría hacer dos incisos a este festival Dcode 2013 y a esta crónica sobre cómo lo viví yo.

Por desgracia, pese a todo el apoyo previo que hicimos del festival y haber sido invitados a la rueda de prensa de comunicación de los grupos, ahora no estábamos acreditados como fotógrafos (y no vamos a mencionar ahora los problemas con la acreditación de redactor); me hubiera encantado poder tener mis fotos y no tener que tirar de imágenes para la prensa que consiguen que todos los medios usen las mismas y se pierda la visión subjetiva y artística de cada uno. Así que, por ese motivo, esta crónica va sin fotos, sirva de algo o no. Es cierto que hay muchos fotógrafos mejor que yo pero no comparto la manera de “marear” de ciertos aspectos de la organización y al final a uno le entra “desgana”.

Por otro lado creo que el recinto fue demasiado pequeño: colas interminables para sacar las fichas (hasta 20 minutos de espera), escasos baños y las barras repletas de gente a última hora. Cierto es que no se solaparon muchos conciertos y eso es de agradecer, pero hubiera preferido más distancia entre algunos, sobre todo bandas nacionales que tienen muy buenos directos.