‘Conjunto vacío’ es el tercer álbum de Igloo tras “La transición de base” y “3”, un álbum con tintes más reposados, con paseos por las sombras y algún que otro escarceo con guitarras contundentes, propio de la banda y que no se aleja de la trayectoria que comenzaron a marcar allá por 2009.
El cd viene presentado de una manera curiosa, con portadas que se deben montar según las instrucciones de un vídeo que han colgado en youtube y preparado para la inclusión de un segundo disco que según indican aparecerá durante 2014.
El disco comienza con “La máquina de fabricar relámpagos” cabalgando a lomos de un bajo fuzz y una batería contundente que llevan conjuntamente todo el peso de este tema. Como una tormenta de verano se cierne esta canción sobre nosotros dejando escapar descargas esporádicas de guitarreos afilados. Me gustaría saber de dónde provienen los sonidos con los que comienza, cierto día yo utilicé un par de cucharas soperas contra un suelo de madera para una grabación y el resultado era bastante parecido… quién sabe…
Tras ella llega “Han Solo”, sin duda una de las firmas características de este “Conjunto vacío”. La interpretación de este tema es sobresaliente, las frases se mascullan, se escapan entre dientes, ramalazos de puro rock n’ roll en los fraseos de guitarra y ese estribillo que se queda pegado como el mantra que algunos recitamos en momentos de rabia y orgullo “…aunque me quede solo, aunque ya nunca vengas, no te diré que es cierto, que me muero porque vuelvas…”.
Emotivo y reflexivo, con ese toque bucólico que siempre aportan las cuerdas, se presenta ante nosotros “Todos los días amanece” que da paso a otro de los destacados del disco: “Sinatra”. Como queriendo engancharse a la cola que deja su predecesor, llega vibrante, melódicamente bien construido pero musicalmente se me queda algo corto y es que llegados a este “Halloween vs Samaín” empiezo a notar ciertos dejes comunes a la hora de construir las frases, recurriendo siempre a las mismas cadencias y reposando de manera algo cómoda en los mismos lugares. Lo único que reclama nuestra atención son los sintetizadores y los redobles de la batería que aportan brillo al tema.
Existen canciones bellas como “Canción para el fin del mundo” o la ochentera “Todo” que despiertan algo más mi interés pero no logran llamar tanto mi atención como el tema “Mi gran Evasión”, un auténtico látigo.
«Conjunto vacío» tiene temas potentes , que enganchan y apetece escuchar de nuevo. Sus letras tienen historia y si se rasca encuentras trasfondos e interpretaciones interesantes pero también es cierto que personalmente les debo exigir más a Igloo, conocemos el potencial que poseen y por eso esperaremos a verlos en directo para comprobar cómo lo defienden.