Llega el verano y con él los festivales. Madrid presume de varios, pero el encargado en abrir la veda no podía ser otro que el Día de la Música. El pasado 21 y 22 de junio en Matadero de Madrid se celebró su octava edición
La primera jornada del festival comenzó el viernes a las 20:30 con unos Deptford Goth desdibujados en el escenario Nivea Soft. Desdibujados no por Daniel Woolhouse y su cellista, que lo hicieron francamente bien, sino por aquel que se tomó el trabajo de estudiar los horarios y querer acertar con ellos. Esta mezcla de electrónica pausada acompañada del cello, y con ritmos mezclados con soul, no era lo más adecuado para abrir una noche vibrante como poco. Aún así, finalizaron con dos auténticas canciones de su último trabajo, ‘Life After Defo’, como son ‘Feel Real’ y ‘Bloody Lip’ y desaparecieron de escena.
Sin movernos de escenario, esperamos a que la malagueña Anni B Sweet hiciese acto de presencia para presentar su EP más reciente, ‘Ridiculous Games’. Con un trabajado directo y esa dulzura que le caracteriza, nos demostró por qué es una de las voces femeninas destacadas del panorama independiente español. La colaboración de Noni de Lori Meyers en ‘Religión’ o ese nuevo enfoque a ‘Take on me’ fueron dos de los mejores momentos de su paso por el Día de la Música.
La noche no había hecho más que empezar y nosotros nos dimos una vuelta por el recinto para ver cómo transcurría este primer día. Pasamos por el escenario Acciona – rtve.es, donde centenares de personas aguardaban al neoyorquino Arthur Ashin -más conocido como Autre Ne Veut-, para dirigirnos al escenario Radio 3 y ver a Hola A Todo El Mundo. Este grupo que algunos tildan de música inclasificable y otros no se deciden entre folk y pop nos sorprendió gratamente. Con el disco que publicaron en 2012, ‘Ultraviolet Catastrophe’, no hace falta hacer ninguna clasificación. La palabra es magia.
Y de la magia pasamos al lleno absoluto. Cuando anunciaron las primeras fechas para presentar su nuevo trabajo Madrid no estaba entre ellas. Pero tenían un as guardado en la manga, el mismo as del que el propio festival hizo uso para afianzarse una buena parte del papel vendido. Hablamos de Lori Meyers y su ‘Impronta’; de un grupo con ganas de dar a conocer el directo de lo nuevo en la capital; de un público que ansía ‘emborracharse’ de lo último de los de Loja. Noni y los suyos estuvieron de diez ante los saltos de la muchedumbre, y hasta hicieron un guiño (de desacuerdo) a Mariano Rajoy -‘listen, Mariano, listen… todo esto es culpa de la gente’- al llegar a la canción que cerraba el repertorio, ‘Alta Fidelidad’.
El viernes llegaba a su fin con otro de los platos fuertes reservados para el primer día. The Horrors fueron los encargados de cerrar la primera jornada del festival a base de efectos de luces, humo y ese sonido tan particular de los ingleses. Faris Badwan y el resto de los ‘horrors’ se centraron en ‘Primary Colours’ y ‘Skying’, para sacar de dichos Lps toda la garra posible y dejar un sabor de boca inmejorable a todo su sequito.
El sábado llegó y el Matadero volvía a convertirse en nuestra guarida idónea para gozar de música en directo. El segundo día resaltaba por la electrónica en sus diferentes versiones.
Así, nos dirigimos al escenario Radio 3 para reactivar nuestro oído con los londinenses Darkstar, y su primer tema ‘Wake me up’ venido como anillo al dedo. El sol también quería ser participe en esta tarde de sábado, y la ausencia de sombra fue la principal causante de los vacíos varios para ver el espectáculo de este trío electrónico.
Cambiamos de ubicación para presenciar la actuación de Nothing Places en el escenario Nivea Soft. Allí la mayoría de los presentes estaban sentados en el césped artificial mientras escuchaban atentos los acordes y la voz de Emilio Saiz. El pop de este madrileño no es un pop cualquiera. Llamativas canciones como ‘Teardancer’ o ‘Silent Birds’ dejaron al público en el más riguroso silencio, y Emilio transmitía tanta paz que muy pocos querían que el debut de este joven llegase a su fin.
La trepidante mezcla que se avecinaba nos tenía con ganas de que el reloj marcase las 23:00, ya que a esta hora daba comienzo el show de The Fall. El rock que corre por las venas de Mark E. Smith a sus 56 años es algo poco común. Aunque muchos criticasen su puesta en escena debido al carácter agrio del frontman, los elogios eran superiores a cualquier comentario negativo. Con 30 álbumes en el mercado uno ya tiene demasiados directos a sus espaldas como para saber posicionarse de aquella manera ante sus fieles. La trama llegó a su fin con una contundente ‘Reformation’ para callar bocas.
El mix de estilo musicales daba paso a These New Puritans. El sonido propio de esta formación de septeto que se movía entre la música clásica y la electrónica dejó a muchos boquiabiertos. El profundo ‘Field of Reeds’ -su tercer álbum- con el que completaron la mayor parte de su repertorio es una obra maestra, a lo que hay que sumar las secciones de viento, metal y madera. El comienzo de ‘Organ Eternal’ hizo que la mayor parte del público siguiese el ritmo con movimientos de cabeza, pero con mucha clase. Si esta misma actuación hubiese tenido lugar en un espacio cerrado la crítica triplicaría los elogios.
Para la clausura de esta edición del Día de la Música quedaba la electrónica pura de la mano de beGun y Disclosure. Los primeros nos hicieron bailar hasta enloquecer a ritmo de house con ‘Bangkok’, ‘San Francisco’ o ‘Hamburg’. Los segundos se encargaron de rematar la locura. Los hermanos Lawrence están destinados a cerrar las noches de los festivales venideros. La energía y magia de este dúo británico no tiene límites y así nos lo hicieron saber, con temazos como ‘Yo & Me’ o ‘White Noise’. Un cierre a la altura de un festival ambicioso, elegante y con mucho futuro.