Jack Knife en la sala Moby Dyck: adrenalina, electricidad y rock

Moby Dyck - 20/3/2013

Se hicieron esperar los chicos de Jack Knife en una sala impaciente llena de seguidores con ganas de pasarlo bien. Que cuenten con un grupo numeroso entregado, como se pudo comprobar  cerca de hora y media, quiere decir que están haciendo las cosas bien.

Tras una primera canción algo desajustada de sonido, los cuatro componentes del grupo se calentaron y arrancaron la máquina con fuerza para ir subiendo los decibelios a velocidad de crucero.
«Go Go»,  incluida en la maqueta de reciente presentación este mismo año, con ecos de The Strokes, es una canción saltarina con toques rocabillys que dejaba claro que pretendían hacernos bailar sí o sí. Le siguió «Better day to come», un tema con un sonido más brittish, redondo y con un excelente juego de guitarras que le concede a este corte no solamente fuerza sino plasticidad. De este mismo trabajo pudimos disfrutar también de «Stranded» que abre la maqueta y «Hey Girl» el tema con más sabor grunge que incita a saltar y chocar con el vecino de al lado.

Nos ofrecieron un tema inédito del que nos faltó conocer el título (los no habituales echamos de menos que no presentaran todos los temas). A pesar de que dijeran en su descargo que apenas lo habían ensayado, deben haber aprovechado el tiempo porque sonó como un tiro: efectivo, contundente y con cambios de ritmo bien ejecutados con algunas reminiscencias a The Doors. El gran momento de la noche.

Añadieron a los temas de la maqueta otras piezas de calidad como «Be Yourself», uno de los temas más populares, arrancando las palmas del respetable, con un tono más melódico y pausado pero con final en alto; «Got to Say» directa, guitarrera y muy bailable; «Its all Right» muy cantable con un punto de himno interesante; «Hell too Off» el tema más oscuro y desgarrado de todo el concierto o «Bang Bang» un pelotazo cargado de energía.

Como colofón, un bis con otro de los temas de la maqueta: «Far Away» al que dieron un enfoque distinto con regusto a los años 60 con una armónica muy Dylaniana y protagonismo del teclado. Final a máxima intensidad sin duda.

No faltó tampoco el homenaje a un grupo indiscutiblemente referencial no solamente en lo musical sino en su mismo origen, ya que el nombre de la banda está sacado de una de sus canciones: The Beatles

El público disfrutó demostrando una gran cercanía con el grupo, a la que todos los componentes contribuyeron animando y agradeciendo la entrega, especialmente Jose, el bajista, el que más jaleó e interactuó con la gente que se congregó en Moby Dick.

Alto nivel instrumental en conjunto que pone el listón muy alto al esfuerzo vocal necesario para que el resultado global no sea desigual. Difícil tarea, solventada en la mayoría de temas.

En resumen, un concierto cargado de adrenalina, electricidad y rock, ideal para pasar un buen rato y de paso bajar unas cuantas calorías.

Un grupo que apunta un gran potencial, cuya evolución promete ser interesante.