Los hermanos Ferreiro ofrecieron un concierto de dos horas ante una Riviera abarrotada y entregada
A estas alturas del partido a nadie le sorprende que el bueno de Iván Ferreiro consiga otra noche de éxito rotundo en Madrid. Sus conciertos no pasan por ser un espectáculo de luz y sonido, pero cuando esto de subirse a un escenario a cantar canciones se hace tan bien, todo lo demás sobra.
La escenografía que presentaron ayer los hermanos Ferreiro fue minimalista: una tela negra cubriendo el fondo de la escena, los amplificadores apartados lo máximo posible para no entorpecer el aspecto sobrio y la formación clásica de bajo, batería, dos guitarras y un Iván que deambulaba entre la banqueta de su teclado y sus típicos paseos arrítmicos por el escenario. A partir de ahí se comenzó a construir el armazón de un concierto que empezó puntualmente a las nueve de la noche y delitó al personal durante dos horas.
Para el regocijo de los presentes no faltaron «Extrema pobreza» «NYC» o el «Viaje de Chihiro«, que resonaron con todo su esplendor y no tardaron en caer clásicos de su etapa con Piratas como «Años 80», «Promesas que no valen nada» o «Mi Coco«, esta última cantada en gran parte por los asistentes más que por el propio Iván.
Dedicó canciones con sarcasmo como «Ciudadano A» para «…esa señora…»; se marcó una versión a piano de «Tierra» de Xoel López y subió su amigo Rubén Pozo al escenario para tocar junto con Amaro «SPNB«. La fiesta estaba casi completa a falta de que tocasen la esperada «Turnedo«, así que cuando el señor Iván Ferreiro anunció que el concierto tocaba a su fin, muchos fueron los que la pidieron a voces, con lo que Iván se dirigió al respetable: «No vamos a tocar Turnedo. Antes de empezar el concierto he hablado con mi hermano y me ha dicho: Hermano, estoy hasta los cojones de tocar Turnedo. Y por eso hoy no la vamos a tocar. No podéis verlo pero en la lista esta tachada, teníamos que haberla tocado hace cuatro canciones…» pero tras un breve impás comenzaron a sonar los acordes de la solicitada Turnedo, eso sí, esta vez empezaron con las letras que suelen mezclar los de Vigo del tema «Diecinueve«, de Maga y «Colillas en el suelo«, de Deluxe y se despidieron con «…dejemos que corra el aire y digámonos ADIÓS«.
Está claro que Iván es un artista en mayúsculas, sus letras emocionan, domina perfectamente la escena y sabe reírse de sí mismo, por eso nunca nos cansaremos de verle, por muchas noches que pasen.