Sin teloneros, a puro pecho descubierto dieron una lección musical en El Berlín Café
El 5 de noviembre ya se daba a conocer lo que sería la presentación oficial de ¿Qué cuentan las ovejas cuando no pueden dormir?, el fabuloso primer trabajo de Terror Milk y carta de presentación sellada bajo una tinta muy especial, la del polifacético Íñigo Bregel -alma máter de Los Estanques-, que ha actuado como productor de esta locura de disco, entrando en el proyecto de una forma muy orgánica -tal y como los padres de la criatura nos contaban en una entrevista con mucha miga-.
El Berlín café fue el lugar escogido, cambiando de aspecto para la ocasión sin sus características mesas. El 14 de diciembre, la fecha señalada en el calendario. Entradas agotadisimas.
Jaleados por el público al grito de Terror Milk, Luigi Gómez y Santi Zed no podían contener la emoción que recorría sus cuerpos ante la noche que se les avecinaba, en donde se plasmaba el resultado del precario, apabullante, dolorosísimo y estresante proceso de sacar un disco. Un proceso que, aunque les esté matando por un lado, les está dando unas ilusiones que no pueden ni creer, en boca de Gómez.
‘Bang! Bang! Pum!’ dio la cara y despejó toda duda, si es que la había, sobre esta banda: la calidad del vinilo se traslada sin esfuerzo a un directo rompedor con una puesta en escena clásica teniendo de apoyo a unos músicos clave para lograr un sonido que tocaba con la palma de las manos la perfección.
‘Si no lo sé me lo invento’ y ‘Cosquillas’ aguantaron el primer envite de una grada poco agradecida por las conversaciones desacompasadas de algunos presentes que dejaban poco espacio para disfrutar del concierto.
Optaron por un ramalazo beatleliano que hizo las delicias de los presentes, en donde las canciones se concatenaron sin seguir el orden preferente del disco y en el que Terror Milk alardearon de su virtuosismo instrumental con soltura alargando finales de forma épica como ocurrió cuando dieron paso a ‘Ma! Los Niños no quieren jugar’.
Las miradas cómplices entre Luigi y Santi, y también entre este y Álex marcaron la pulsión que se vivía en el escenario.
Cambiaron el tono para ‘Érasequeserá’, y la inédita ‘¿Por qué no te Largas?’ (aplaudida y aprobada para estar dentro del segundo elepé) llegando a cierta pátina sentimental cuando dedicaron una canción a la gente que han querido.
Tener un material demasiado bueno ayuda a que el directo salga como un tiro y eso es lo que ofrecieron en las excelsas ‘Dios aprieta pero No Existe’ y ‘Cuchillos, cucharas y cachivaches’ (la una fue preludio de la otra sonando enlazadas en el mismo sustrato argumental).
Llegaron los bises y con ellos las despedidas. Amaya Miranda protagonizó con ellos ‘Tus Bandas Favoritas’ dejando una versión preciosista en la voz de esta cantante admirada por la banda.
Rascando los últimos minutos dio tiempo a decir adiós con ‘El papel para el que Nací’ y, para quien escribe esta crónica, fue el momento de imaginar que Bregel plantaría su cara entre bambalinas y ocuparía un lugar en los teclados, pero ese momento se hizo de rogar hasta no existir.
Con todo fueron casi 90 minutos de puro amor por la música, donde se cuidó todo con pequeños detalles imposibles de describir, hay que estar en un concierto de Terror Milk para saber apreciarlos en su justa medida.
Lorena M.
Redacción