Ya Decidiré Mañana (2024)

  • Las Dianas
  • ⭐️ 7/10
  • Casa Maracas

 

Con discurso a favor de la libertad individual, la liberación de los estigmas sociales y contra cualquier forma de discriminación

 

Para los romanos Diana era la diosa de la caza, los animales salvajes, protectora de los cazadores, quien castigaba a las mortales con dolores durante el parto y con la muerte, aunque también velaba por las parturientas. Diana pidió a Júpiter -su padre- no tener que casarse nunca -entre una lista de cosas mundanas- y sus deseos fueron concedidos.

Me viene el nombre de la diosa Diana cuando intento relacionar el origen del nombre de este cuarteto de chicas llegadas de Granada porque, al igual que la Diana mitológica, ellas tienen un discurso fuerte que persigue al patriarcado y ensalza a la mujer.

Al comienzo, Las Dianas estaba formado por cinco chicas de Granada, y solían decir en entrevistas que estaban viviendo en la era pop con muchas ganas de dar guerra.

Era la época en la que todavía se estaban germinando grupos como Ginebras o Cariño y no había tanta cultura popular de bandas femeninas como ahora. Empezaron un legado encabezado por Hinds o Haim que permanece exento de extinguirse.

En su primer LP Lo que te pide el cuerpo (Casa Maracas, 2021) precedido del mini EP Te quiero (Aún Más Lejos) Mixtape (Casa Maracas, 2020) ya sonaban con un pop fresco de letras afiladas que reflejaban la inmediatez de sus inquietudes juveniles.

En su segundo LP Ya Decidiré Mañana (que destacamos en octubre) están en otra onda temporal. 

Nos lo explicaba María en la entrevista que nos concedió hace unas semanas cuando sentenciaba que toda la crisis de edad que tiene la gente en este momento (se refiere a los veintipocos años) está bastante presente.

Centradas en un discurso del que Simone de Beauvoir o Victoria Kent se sentirían orgullosas, envuelto en guitarras llenas de piruletas y azúcar glass, han evolucionado de forma natural – aún están en la edad donde el cerebro no ha llegado a su maduración, pero se vislumbra el camino a la construcción de la verdadera personalidad- y nos presentan un álbum lleno de dudas, miedos, convencimientos y momentos de evasión propìos de esa edad donde todo empieza a volverse más serio y hay que tomar caminos asumiendo el riesgo a equivocarnos.

Las dosis de diversión y tonti pop siguen estando (‘Ya Nunca me Llamas’, ‘Síndrome del Impostor’) pero se han afanado en que el álbum no suene igual de principio a fin.

 

 

Para ello han creado unas melodías donde las guitarras están presentes de una forma rockera -y me atrevo a decir, más oscura y transgresora- como ocurre en la estupenda ‘Tu Funeral’; también les secundan en esto unas letras más trabajadas, menos livianas y, en definitiva, más buscadas para responder preguntas que andan rumiando en sus cabezas demasiado tiempo.

Que Carlos Díaz haya vuelto a producir, mezclar y grabarles un trabajo más ha sido todo un acierto porque queda patente que les ha pillado el tranquillo y ha entendido a la perfección este nuevo sonido por el que quieren apostar. 

‘Sitio Nuevo’ es un gran salto de fe y el mejor ejemplo de esto: letra con una madurez inusitada, melodía pop rock sin abandonar los orígenes y estribillo pegadizo, como nos han acostumbrado.

 

 

Parafraseando la nota de prensa, Carlos Díaz ha creado algo cáustico, enérgico sólido y rico en matices que sienta las bases de la carrera futura de Las Dianas.

El disco cierra con otra gran alegría, la canción que da título al álbum. Una canción acústica cantada a varias voces donde las cuatro expresan, a modo irónico, sus tribulaciones adolescentes entrando en la edad adulta. Se trata de otra de las sorpresas fruto de este cambio de gafas (metafóricamente hablando) para ver el nuevo futuro.

Este disco es un coming of age sonoro en donde ves pasar, a modo de diapositivas, en tu cabeza cada una de las historias contadas en las canciones.

Las Dianas han guardado estos nuevos nueve himnos para hacerte pensar y, también, ahuyentar las ideas peyorativas que nos hacemos de la procrastinación.

 

Lorena M.

Lorena M.

Redacción