fotos: Jesús García
«Que hagamos lo que nos dé la gana» fue uno de sus requisitos, y vaya si lo han conseguido
¿Qué cuentan las ovejas cuando no pueden dormir? es el primer LP de la banda madrileña Terror Milk. El largo, distribuido por Altafonte, es un ramo de 13 canciones que llevan acompañando a Luigi Gómez, el compositor del grupo, desde hace años pero que han terminado de florecer a través de la producción de Iñigo Bregel (Los Estanques) que también ha tocado varios instrumentos en el disco.
La producción es, sin duda, uno de los fuertes de este lanzamiento, que ha sido grabado entre su estudio y una cabaña perdida en las montañas de Euskadi.
Además de la melodía, el disco reivindica esa extraña belleza que sólo se puede encontrar en el ruido. Wilco, Big Thief o BCNR ya les enseñaron que la perfección era un bajón: estuvieron atentos a esa lección.
Tenemos la entrevista en el sofá del piso de Santi Zed (la media naranja de Terror Milk), lejos del mundanal ruido y escuchándonos bien lo que teníamos que decirnos. Ha sido un placer pasar un rato con ellos.
Me ha gustado el disco, como que es muy muy acelerado, ¿no?, todo el rato está muy arriba… ¿Eso es porque sois así vosotros?
LUIGI G.: Sí, ¿verdad que sí? Sí. (risas).
Es que pensé que en algún momento, no sé, bajaría un poco de energía, pero no, no. Está bastante guay.
LUIGI G.: Hay algunos pasajes un pelín más calmados, pero son los menos. O sea, constantemente hay muchísima información. Sí, yo creo que encaja un poco con nosotros de alguna forma.
SANTI ZED: Eso también nos lo dijeron un poco. O sea, creo que es un poco eso, que somos un poco así, pero también es verdad que nos dijo Pilar y Gloria (de promo) que muchas veces los primeros discos tienden, a veces, un poco a eso. Estas son canciones que acompañan a Luis hace un montón de años y ahí hay un montón de ideas que queríamos meter, y hemos tratado de hacerlo también con criterio, evidentemente. O sea, al final teníamos un montón de cosas que queríamos meter y yo creo que que se nota en el disco.
LUIGI G.: El tema es que nos gusta muchísima música y estamos todo el día queriendo robar de por aquí, de por allá, para ingresarlo de alguna forma haciéndolo nuestro en las canciones. Entonces, es normal que estén llenas, o sea, repletas de ideas, porque al final son mil referencias que cruzamos, que volvemos nuevas, así que guay.
Es muy cinematográfico el motivo del nombre de la banda. He leído que han sido recuerdos tuyos de pequeño, Luigi, como ese no querer ir al al cole…
LUIGI G.:Es que no era tanto no ir al cole, pero sí, es ese sentimiento extrañísimo de tener que ir a un sitio que te da bastante ansiedad, pero teniendo que pasar por el filtro de algo que te produce muy mal cuerpo como era la leche.
¿Y todas vuestras canciones nacen de esta misma inspiración biográfica?
LUIGI G.: No, la verdad es que no, porque en ‘Las cuestas cuestan’ o ‘Dios aprieta pero no existe’, por ejemplo, hablan de otros personajes.
Es verdad que sí, que están en mi vida en ese sentido. O sea, que los he conocido, pero no necesariamente es autobiográfico, por así decirlo. Pueden ser personajes con los que nos vamos cruzando, que vamos insertando en las canciones.
Podéis crear un imaginario desde donde comenzar a componer artísticamente. No sois de los artistas que tenéis que contar de lo que habéis vivido.
LUIGI G.: Yo creo que no es imprescindible. No necesariamente.
SANTI ZED: Yo creo que hay un cuadro muy grande, un espectro muy grande de sentimientos y de emociones que no es únicamente que haya sufrido o que haya sentido una persona; pues son pinceladas que justo creo que no tienen ese punto de cantautor, que es más, sí que creo que atraviesa un poco las canciones con tintes autobiográficos, ¿no?.
Creo que son más las ideas sacadas de ahí que los propios hechos.
Pero sí que sé que hay temas, por ejemplo, que hablan de una cosa relacionada con la infancia, pero no desde la autobiografía. Sí es extrapolada.
Si no te hubieras cruzado con Santi en el camino, ¿la idea de hacer música permanecería (y viceversa)? ¿Hasta qué punto estáis comprometidos con este arte (individualmente y en el grupo)?
LUIGI G.: Creo que es lo único que sabemos hacer bien. ¿Sabes lo que te quiero decir? Nos levantamos por la mañana y eso es lo primero en lo que pensamos. Y es lo último que pensamos cuando nos acostamos. Si no nos hubiésemos cruzado, sé que habríamos seguido haciendo música en otros proyectos. Estamos, yo creo, muy contentos de que justo esas casualidades como de locura hayan sucedido, que siempre hablamos de la de Santi porque fue como la primera y muy reveladora. Pero luego no han parado de sucederse porque empezaron a entrar el resto de miembros y desde ese punto hemos creado una banda de amigos muy, muy, muy de amigos y tenemos muchísima suerte.
O sea, yo veo dinámicas por ahí de bandas un poco raras y digo “somos unos putos privilegiados”, y eso no quiere decir que un día no discutamos o lo que sea, sino que nos amamos literalmente y eso no es tan común como podrías imaginar.
“Veo dinámicas por ahí de bandas un poco raras y digo “somos unos putos privilegiados”
SANTI ZED: Creo que habríamos seguido, en cualquier caso, haciéndolo porque al final es lo que más nos gusta.
Sí que es verdad que también es una suerte si lo consideras así, que nos hayamos encontrado, porque no siempre, por mucho que lo intentes, consigues encontrar un espacio en el que trabajar de una cierta manera. O sea, yo llevaba toda la vida queriendo tener una banda, lo había intentado de mil maneras distintas y no lo conseguí realmente como quería hasta conocer a Luigi.
LUIGI G.: Ahora con eso que dices me estoy acordando que yo me había llevado muchos palos. De alguna forma la canción de ‘Ma! los niños no quieren jugar’ trata de eso: me había llevado un montón de palos de las veces que el proyecto estaba prácticamente consolidado y, de repente, todo se volvía a desmoronar. Hacia el final yo estaba muy desgastado, o sea, ya estaba planteándome tocar la guitarra y hacer canciones toda la vida, pero abandonar la idea de enfrentarte otra vez a levantar el castillo (que es la banda).
Y fue justamente por esa época que ocurrió todo lo de Santi y desbloqueó todo. Así que, es verdad que nunca sabes lo que puede pasar. La música va a seguir en tu vida, no cabe duda, pero igual no con la intensidad que necesita un proyecto. Si al final son muchas horas,es mucho sacrificio y si no estás bien rodeado es muy difícil que salga adelante.
¿Ese proyecto fallido fue a causa de que no os complementabais lo suficientemente bien?
LUIGI G.: Es que es un equilibrio muy difícil. Yo sé y soy totalmente consciente de que hay referentes ahí fuera que lo consigan, pero el equilibrio es: yo compongo las canciones, y de hecho, la idea del proyecto, por lo que nacía era intentarlo a mi manera, a ver si sale bien, y entonces hacer que el resto de las personas sientan como propias esas canciones, a pesar de que tal vez no las hayan puesto ellos.
Por ejemplo, a mí siempre se me viene a la cabeza Wilco. En Wilco muchos son los temas de Jeff Tweedy, pero a nadie se le ocurriría decir que es Jeff y los tal. Y aquí es todo lo que intentamos que nunca sea Luigi, Santi y los tal, sino que seamos Terror Milk, porque eso es lo que está normal. O sea, un colectivo de chavales que tienen la intención de hacer esto.
SANTI ZED: Chavales, que majo.
LUIGI G.:Ya no tanto. (risas)
“Todo lo que intentamos que nunca sea Luigi, Santi y los tal, sino que seamos Terror Milk”
Y tú, Alex, llegaste después pero te acoplas.
ALEX: Sí, de hecho el álbum estaba prácticamente ya en su último empujón.
¿Tu periplo cuál fue antes de llegar a Terror Milk? ¿Habías estado en otras bandas?
ALEX: Sí, bueno, a ver, nunca he estado en un proyecto como este, evidentemente, porque creo que hay muy, muy pocos (risas). Yo llevo tocando toda la vida y a mí la música siempre me ha apasionado, me quiero dedicar a la música única y exclusivamente. Estudio música.
Llegué a esto por azares de la vida, por un contacto en común, una profesora mía de la universidad de hecho, y nos conocimos y pasó, evidentemente, yo también me enamoré de ellos, del proyecto, de todo. Y desde entonces.
LUIGI G.: Fue muy loco porque quedamos aquí justo igual que estamos ahora. No nos conocíamos de nada. Al principio estábamos diciendo “igual esto es una locura, igual es la cosa más fría del mundo” y empezamos a hablar y desde ahí todo cuesta arriba en el mejor de los sentidos. Muy, muy bien. Y podría no haber sido así. Y en cambio fue así. Luego sucedió también parecido con Nico.
Íñigo ha sido el punto de inflexión de Terror Milk. Y por lo que he leído no ha podido resistirse a coger instrumentos.
LUIGI G.: Sí, total, es superior a él. (risas)
La pregunta es ¿cómo es Íñigo en las distancias cortas?
LUIGI G.: Pues Íñigo es verdad que es alguien que está siempre de broma, que al principio le teníamos muchísimo respeto, y cuando, de repente, dijimos cualquier gilipollez y él se rió, dijimos “vale, vale, es de carne y hueso, como nosotros”.
A partir de ahí, yo creo que él hace un muy buen trabajo en intentar bajar los humos para que sea una cosa muy cercana considerando, y esto lo decimos siempre, que es un genio, o sea, cuando estás en su presencia de verdad.
Nosotros hemos presenciado unas historias a nivel musical que no podemos describirlas con palabras. Yo tengo en el móvil una lista solo de aprendizajes, literalmente, distintos aprendizajes que hemos sacado de él, porque -ya no únicamente porque es un virtuoso de sus instrumentos- sino porque tiene una naturalidad en la forma de interpretar la música que no tiene parangón.
SANTI ZED: Y, además, una cosa muy increíble es el compromiso con la música, sabes que es una gozada, ya no solo que sea un genio y que sea genuino, sino que notas que él ha hecho un pacto con la música.
Compromiso o respeto por la música, os referís.
SANTI ZED: Compromiso sí, pero sin miedo a ser punki.
LUIGI G.: Luego es muy punki y yo creo que eso es lo más bonito que tiene, O sea, muy punki en el sentido en que el mundo del audio es el mundo más pijo del mundo, donde se sacan las reglas para poner los micrófonos. Él pone el micro y si esto está bien, está bien, y si está mal, está mal. Y así se ha llevado el premio al mejor productor del año; quiero decir, es puro instinto y alguien, lo digo así, sin ningún miedo, que cree muchísimo en sus ideas, así que se vuelve muy cabezón como nosotros somos muy cabezones, por otro lado, lo que nos ha traído también choques en ciertos momentos. Pero eso sí, si nosotros teníamos razón nunca jamás va a llevarse la idea musical, dice inmediatamente “tenéis razón, esto ha sido muy buena idea. Punto”; porque la música siempre va por delante. Y, de hecho, en ocasiones donde hemos tenido dudas se ponía de los nervios y nos decía “¿esto está guapo? se queda en el disco, ¿está no está guapo? no se queda en el disco, no hay géneros, es música. Punto.”
Pero así ha sido una experiencia muy, muy, muy loca que yo sé que antes o después, de alguna forma, vamos a volver a repetir. Yo querría verdaderamente, porque es que aprendemos un montón y pasan un montón de cosas muy especiales, quiero decir.
Y nos hemos hecho muy amigos porque el proceso ha durado como dos años, así que ha pasado de todo. Nos hemos detestado, nos hemos querido…
SANTI ZED: Nos hemos ido al norte con él.
¿De quién fue la idea de grabar parte del disco en una cabaña perdida en las montañas de Euskadi?
LUIGI G.: Pues él nos lo ofreció, como venía el buen tiempo del verano, y yo creo que tiene costumbre de subir allí unos días.
SANTI ZED: Llegas a la cabaña, él se lleva su bajo, su tarjeta de sonido, su ordenador y nosotros la guitarra.
LUIGI G.: Tienes que imaginarte que la cabaña es un establo. Eran los establos de la casa.
Sí. O sea, esa es la idea de lo funky que hablamos. Creo que la producción es uno de los puntos en valor del disco, pero está grabado en una habitación vacía, quiero decir, que no es un gran estudio con un equipo salvaje, es simplemente con criterio y buen gusto, no hay mucho más.
“La producción es uno de los puntos en valor del disco, pero está grabado en una habitación vacía, es simplemente con criterio y buen gusto, no hay mucho más”
Introducir elementos sonoros del exterior le da un tono más manufacturado, artesanal e incluso natural .¿Es dónde os sentís más cómodos y queríais plasmarlo en vuestro debut?
LUIGI G.: Siempre decimos que es un disco que lo hemos grabado con las puertas abiertas. O sea, no ha sido de una forma aislada ni mucho menos, sino que la gente entraba y salía, el perro, de repente, está dándole con la cola a la batería… y yo creo que está muy vivo en ese sentido. O sea que sí.
SANTI ZED: Hubo hasta cacerías de ratas.
LUIGI G.: Ha pasado de todo ahí dentro. (risas). Todos esos efectos, de alguna forma, se han vuelto parte intrínseca de la banda. Y a mí me encantaría que el segundo incluya (no las monedas porque ya las tenemos) cosas. Creo que hay mucha música en todo lo que nos rodea, más allá de los instrumentos estándar, y nosotros, que coqueteamos con la experimentación de alguna forma, pues me encanta saber que se le pueden meter toques.
SANTI ZED: Para nosotros es una cosa que se hace mucho. Ahora que se hacen bases con con loops de sonidos de lo real. Rosalía lo hace.
LUIGI G.: Sí, sé que eso va a continuar siendo así. Además, hay que darle cositas que hacer a nuestro Néstor, que es el que está encargado de tocar todos los cachivaches en el directo, así que no puede quedarse sin curro para hacer. (risas).
Apostáis por cantar en vuestra lengua el castellano hasta admitir que es necesario hacerlo.
LUIGI G.: A día de hoy, desde luego.
Si sois flexibles en otros aspectos musicales,¿por qué en este os cerráis tanto a ello? Justo en esto sois inflexibles.
SANTI ZED: En realidad venimos de ser flexibles, de salirnos del inglés porque, realmente, empezó Luigi las canciones originalmente en inglés y tuvimos dos o tres personas clave, que nos sugirieron pasarnos al castellano y de alguna manera acabó resultando natural, o sea, no natural, porque nos sentamos durante el proceso de la grabación del disco a traducir las canciones, pero las canciones nuevas que ha compuesto Luigi ya las escribe en castellano. Eso ha sido un poco proceso natural, yo creo que motivado por eso, por cosas que nos han dicho como que se canta en el idioma que se folla.
LUIGI G.: Yo por ejemplo de crío, que era la razón por la que yo nunca escuchaba música en castellano -y de hecho la tenía como una especie de barrera un poco absurda-, con el tiempo, empecé a escuchar música de todo el mundo, pero jamás me habría visto cantando en castellano.
Al final, la idea es poder comunicarte rápidamente con alguien, luego descubrir que ese vínculo se hacía el doble de fuerte y el doble de rápido cuando lo hacías en tu propio idioma, en la lengua materna de esa persona a la que hablabas. Pues de repente, ya hacia el final, nos parece la cosa más imprescindible. O sea, no podríamos volver atrás porque, aunque sí me encanta la sonoridad del inglés, creo que es un idioma más cómodo para componer.
“La idea es poder comunicarte rápidamente con alguien, luego descubrir que ese vínculo se hacía el doble de fuerte y el doble de rápido cuando lo hacías en tu propio idioma”
Es que sí, se presta mucho más a rimas y todo.
LUIGI G: Cada cinco sílabas en inglés necesitas al menos 14 en castellano para poder decir lo mismo. Es increíble. Entonces se presta totalmente. Pero sí, cuando consigues dar con el verso perfecto en castellano le entra como un fusil a quien lo recibe. Y yo creo que eso es una cosa de agradecer. Al menos nosotros, que cantamos y hablamos en este idioma.
¿Y vosotros dos, Santi y Alex, componéis también letras?
SANTI ZED: En el primer proyecto, no. Es verdad que ahora tenemos que resetear porque ya está grabado el disco. Ahora empezaremos el proceso de nuevo siendo otra banda completa, pero la dinámica suele ser esa: trae Luigi canciones suyas y las vamos arreglando un poco entre todos en el en el local.
¿Pero estáis de acuerdo también en lo que decían otras personas que os han aconsejado, el ser un acierto cambiar de idioma? ¿Habéis escuchado en inglés y en español? Porque una cosa es que te den un consejo o que te impongan y tú no estés muy seguro porque es tu autoría, ¿no?
ALEX: Desde luego ha sido un acierto cambiar el idioma. Sí sí, a mí me parece que la frase de Carmona es así, es que nunca te va a llegar nada como lo dicen en tu idioma.
SANTI ZED: Yo es que además creo que no tiene por qué ser malo que las canciones sean abstractas, pero creo que a veces tener tanto el imaginario americano de la americana en la cabeza te lleva de una manera natural a hablar de cosas que no son tampoco tuyas (que no tiene porqué,¿eh?), pero si lo haces en español, automáticamente estás consiguiendo ir a lo que quieres; mientras que el inglés, que tiene toda esa sonoridad propia que ya relacionas con tantas cosas, es más fácil llevar hacia ese imaginario.
En castellano eres más directo al mensaje.
El disco es conceptual. Está enlazado desde la primera canción a la última. ¿Cuál es ese nexo de unión?
LUIGI G.: Es verdad que yo creo que es un disco conceptual en el sentido en que hay varios temas que son recurrentes. Por ejemplo, la pérdida de la niñez, la muerte, la locura… Son temas que me tocan un montón. No sabría explicar muy bien por qué, pero están ahí muy presentes en nuestra vida, pero es cierto que no van dándose la mano un personaje al siguiente haciendo una narrativa conjunta, no es un musical en ese sentido.
Es un disco conceptual en el sentido en que está físicamente enlazado y los conceptos de las canciones riman entre sí. Algunas hablan de inicios de vida y otras de muerte, pero no hay una historia continua.
Están enlazadas, pero no bajo una trama argumental. Vale, vale. Me gusta mucho lo que hacéis en ‘Cuchillos, cucharas y cachivaches’ desde la melodía hasta los giros. Habladme un poquito de ella y el significado que tiene para vosotros esta canción.
LUIGI G.: Curiosamente, a mí mucha gente me dice que su tema favorito es este. Y es curioso porque es la más cruda, pero es verdad que no es sobre la que preguntan porque no es el hit o el single.
SANTI ZED: Nos encanta el tema y el tema es esto: la la canción está aquí, el desarrollo sonoro.
De hecho, a mí me encanta el título del disco, pero un día grabado dijiste que igual debería haber sido ‘Cuchillos, cucharas y cachivaches’ porque también es muy representativa.
LUIGI G.: Sí, y de hecho los cuchillos están a lo largo de todo el disco. Todos esos cubiertos. Se hace mención a los cuchillos en varias ocasiones. O sea, podría haber sido también otro de los grandes leitmotiv del disco.
Tengo un recuerdo muy bestia y es que Íñigo se enfadaba con nosotros a muerte porque le decíamos “tío, esta canción igual es muy pop”. Y él veía el miedo en nosotros de estar equivocándonos en vez de tomar decisiones y a donde te lleven te lleven.
No todo tiene que ser como súper prístino, súper elegante y súper limpio. Y entonces se permite belleza también en lo crujido y en el caos.
“Se permite belleza también en lo crujido y en el caos”
Me hizo gracia leer en la nota de prensa la ironía de “todo está muy fresquito pero sin agobiar” para definir la temática del álbum. Sois unos tipos muy cachondos a pesar de hablar de temas muy serios. Eso es buenísimo, saber sacar el humor de las desgracias.
LUIGI G.: Sí, nos han pasado cositas en la vida y yo creo que nos han hecho la piel un poco más dura de alguna forma. Y es verdad que para mí una cosa que me mata y me da una pereza tremenda es el personaje constantemente melancólico. Y creo que hay que hablar de los grandes temas de la vida, porque no sabría tampoco hablar de soplapolleces, porque no me da por ahí, que igual algún día sale alguna canción sobre una soplapollez.
Me encanta referirme o referirnos a temas así, amplios, pero no necesariamente desde el victimismo. La muerte es una historia con la que convivimos. La locura, el bien y el mal o estos grandes temas son historias con las que convivimos. Entonces, naturalizarlo es igual a que podríamos estar hablando de cualquier otra cosa y hacerlos propios. Creo que es lo más interesante, ahí es donde reside la ironía de hablar de estos temas.
Hay una visión nueva y distinta -tal vez la palabra no sea nueva, porque esto no lo hemos inventado nosotros-, pero sí distinta. Cada uno busca ahí su su prisma. Lo que está claro es que cuando todos estamos tristes, lloramos y hacemos una canción triste. Y eso es, en mi opinión, evidente. Y lo que es un poco más interesante es darle un paso más allá y decir “ojo, vamos a darle gracia a esto, vamos a decir sí, estoy un poco puteado, pero las cuestas cuestan”.
SANTI ZED: Es como la actitud. Hablar de los temas duros con humor. Al final es como se hacía, como los griegos contaban las cosas. La Comedia del Arte es contarnos, hablar de las grandes temáticas a través de la comedia para que te entienda la gente. Si eso no es el pop…
Admiro a la gente que podéis reír y poner al mal tiempo buena cara a través del humor.
LUIGI G.: Todo tiene sus plazos, ¿no? En el momento cuando te pasa una cosa verdaderamente traumática, igual no es el mismo instante. Yo creo que cuando ya suceden varias veces, de alguna forma refuerzas tu piel e igual la próxima vez que te ocurra eres capaz de, incluso en el momento preciso, instante de que te suceda relativizarlo.
No me parece imprescindible tener que ser durísimo en todo momento ni ser súper positivo, ni mucho menos. Hay que caerse con todo el equipo, hay que hacer de todo. Pero es verdad que una canción es un momento, o la composición de una canción, es un momento de reflexión donde, sí puede haber momentos donde te escupas un verso o un estribillo de lado a lado, hay mucho de pensar y de decir “¿cómo quiero yo abordar este tema? ¿cómo me gustaría? Entonces, te apuntas en una notita la forma en que contarlo y luego te rompes el coco para contarlo de esa forma.
“No me parece imprescindible tener que ser durísimo en todo momento ni ser súper positivo, ni mucho menos. Hay que caerse con todo el equipo”
¿Cuál es vuestra canción favorita del disco ¿Qué cuentan las ovejas cuando no pueden dormir?? ¿Las ovejas hacen alusión a vosotros?
LUIGI G.: Es verdad que en el último cartel del que será el concierto del 14 de diciembre nos han hecho a nosotros las ovejas, pero no necesariamente. O sea, nos gustaba el título porque era como una visión así un poco onírica, que creo que es otro de los grandes temas del disco. En los sueños están súper presentes.
SANTI ZED: Es representativa también la parte del medio, de improvisación, de búsqueda sonora. No tenía varios elementos.
ALEX: Una cosa más clásica al principio.
¿Esa es vuestra favorita, la que da título al álbum?
SANTI ZED: O sea, me refiero a que por eso representó al disco a través del título. Creíamos que era así como representativa, pero no sé, yo creo que quizás ‘El papel para el que nací’, la verdad.
LUIGI G.: Yo te diría ‘Tus bandas favoritas’, la última, la que cierra el disco. Yo creo que esa canción tiene una magia.
ALEX Yo iba a decir esa, pero es que ‘Que cuentan…’ me encanta, y me parece que lo del medio es la idea, es que es la idea.
Contadnos alguna anécdota en el tiempo de composición que ha tenido el disco, algún momento de bloqueo, alguna canción que ha salido en una noche de borrachera o alguna anécdota curiosa.
LUIGI G.: Todas las que no (risas).
Han ido viniendo a lo largo de muchos años o de mucho tiempo. Entonces ha habido momentos de bloqueo.
Lo que empiezo a sospechar, que nunca lo habría dicho, es que se me está haciendo cada vez más fácil componer en el sentido de que estoy perdiendo miedos que antes tenía.
Ahora yo creo que me perdonaría hacer (y lo digo esto con mil comillas, que se entienda bien) lo que para mí es una mala canción, porque antes si terminaba una canción hasta el final, significaba que creía lo suficientemente en ella, así que nunca había tirado una canción, ¿sabes? Nunca había hecho una canción que yo considerase que fuese no suficiente, ¿sabes?. Y ahora yo escribo con más hastío, con menos miedo. Y creo que eso hace que tengan una frescura también nueva. Entonces, el permitirse eso, como conectarse un poco con lo que está sintiendo en ese momento y si al día siguiente no lo sientes igual, pues lo tiras.
Y luego pues ha habido muchas buenas noches de estar en el sofá con unas birras componiendo.
¿Hace cuántos años que compones, Luigi?
LUIGI G.: En realidad igual no te sé decir 15 años. Algo así.
O sea ¿has hecho autocrítica a través de los años?
LUIGI G.: Yo creo que sí, pero ya te digo, curiosamente ‘Bang, Bang, Pum’, que es una de las canciones que más me gustan del disco igual tiene 12 años. Entonces, hay canciones muy del inicio que curiosamente no las veo ultra desfasadas. Y ahora mismo habría para componer dos discos más, o sea, están ahí esperando, pero curiosamente hay algunas que tienen valía -en mi opinión- y el haberlas traducido al castellano las ha revitalizado de alguna forma, se les ha dado una nueva vida.
¿Habéis hecho aquello de reunir a unos cuantos amigos para recibir el primer feedback del disco?
SANTI ZED: Pues eso lo tenemos ahora justo, planeando.
LUIGI G.: Probablemente el primer feedback haya sido de Íñigo porque es un tío muy honesto y si algo es una puta mierda te lo va a decir en plan esto no funciona y o todo lo contrario.
SANTI ZED: Sí, lo que pasa es que también es verdad que fue un poco al final del proceso y es verdad que fue bastante locura el final del disco, porque estábamos muy apretados de tiempo, muchos plazos que nos habíamos puesto y que fue muy complicado el subirnos a Bilbao a masterizar y tal. Entonces, hubo momentos de mucho nervio. Nos fuimos en coche, nos habíamos dejado un ordenador o algo así. Estábamos muy tensos.
LUIGI G.: Considero que no necesariamente tiene que estar el disco absolutamente cerrado totalmente para dar el feedback, o sea, yo me estoy acordando como en el local donde estuvimos con Íñigo, tuvimos la suerte, por ejemplo, de que Anni B Sweet estaba por allí y nos dio su feedback sobre las canciones, o también el resto de Los Estanques. O también gente del circuito que admiramos un montón, que hace unos años nunca pensamos que tendríamos relación con ellos y ahora nos llevamos fenomenal y que nos han como hecho también confiar un poco más en nosotros mismos, porque hemos ido muy muy inseguros y, ahora, con el tiempo empiezo a creerme que tenemos un disco que me gusta un montón.
ALEX: Bueno, y nosotros cuando llegamos fue aportando algo de imaginación porque todavía había que rematar. Claro, había algunos temas que faltaban a lo mejor bueno, las voces faltaban…
Lorena M.
Redacción