La Materia (2024)

  • Alondra Bentley
  • ⭐️ 7,5/10
  • Sonido Muchacho

 

Bentley confronta el mundo terrenal y la vida material con el mundo cósmico y la parte espiritual

Alondra Bentley tiene raíces inglesas gracias a su mamá, pero también españolas por el lado paterno (cuando Alondra tenía cinco años la familia López Bentley se mudó de Lancaster a Murcia) así que la pregunta del por qué ahora un disco en español está resuelta.

No es su lengua materna, pero la lleva en los genes y ha terminado de fluir y de encontrarse ahora pese a otros intentos infructuosos en el pasado, como nos contaba en una reciente entrevista.

En aquella entrevista hablamos largo y tendido de este trabajo, su sexto disco, La Materia. Por él transmuta en otra mujer, una más protectora y consciente de la vida debido al efecto que su reciente maternidad ha causado en ella; una hecha de una piel más gruesa debido al efecto que la muerte ha causado en ella.

Nacimiento y muerte, dos personajes antagonistas y, sin embargo, protagonistas de La Materia.

Alondra prosigue el discurso que descubrió en Solar System: aprehender la vida con fuerza soltando aquellos objetos inútiles por el camino.

Ahora, la vida es volátil, vamos a morir, ¿Y qué quedará de todo ello? Flotemos en su volatilidad, fluyamos en la inmensidad de su tamaño.

Todo el disco tiene una textura de agua y de una ligereza que alcanza a la vista gracias a las ilustraciones de la propia Bentley, un alter ego de ella misma flotando por cada una de las canciones, y alcanza al oído por la utilización de sintetizadores como si estuviéramos escuchando, en ocasiones, los arrullos del agua o pequeñas gotas de lluvia.

En la letra también abunda la textura acuática, sin ir más lejos en la apertura del álbum ‘La Corriente’ confiesa “en un río de agua dulce me quisiera convertir”.

 

El castellano le permite enfrentarse a temas difíciles de encarar, es un lenguaje poderoso para con las emociones y, así, canciones como ‘Siendo Yo’ -envuelta en un folk casi etéreo- pueden existir en su plenitud sin envolturas que las lastren; o como en la autobiográfica ‘Marchar’, una radiografía de lo que supuso el partir de su madre después de una larga enfermedad.

Un carpe diem acústico donde brilla el buen gusto a la hora de cantar de Bentley.

A veces parece que estamos viviendo entre fábulas, las canciones como ‘La Materia’ alcanzan la tangibilidad de una supernova con los recovecos sonoros que aparecen entre sintetizadores, teclados, órgano, flauta y coros.

Esta pieza es el cénit de todo el disco, superando a la estupenda ‘La Corriente’, que también goza de ese golpe de gracia en una composición perfecta.

 

Por lo demás, el disco navega una y otra vez por la prodigiosa voz de Bentley.

Incluso los sintetizadores se adaptan sin grandes maniobras al tono de la cantautora.

La producción de Gruff Rhys le da esa atemporalidad que ella quería y remata elegantemente temas como ‘El amor has de elegir’.

Hay miles de pistas en este disco en forma de palabras, sonidos, efectos, mensajes, notas; incluso puedes leer entre líneas sólo escuchando la parte instrumental.

 

Lorena M.

Lorena M.

Redacción