Zahara en Gijón. / Oscar Lafox Fotógrafo
 
 

Hace más de 10 años que la banda nacía como la propuesta de un grupo de amigos unidos por su pasión por la música

 

Con tres álbumes a sus espaldas caracterizados por el sonido pop rock de guitarra, ahora se lanzan a por el cuarto, llamado ‘Vértigo’, adoptando una nueva forma de trabajar y explorando un territorio desconocido para ellos en forma de sonido electrónico. Con su último trabajo, el grupo otea un nuevo horizonte y planta cara a sus temores más profundos.

Hemos charlado con Jose Espín, vocalista y bajo de la banda, que se ha sincerado con nosotros, contrastando con el nombre del grupo:

 

Para la gente que no sepa quiénes sois y qué música hacéis. ¿Quién es Embusteros?
Embusteros es una banda de amigos que se conocen desde hace más de 15 años y que por encima de todo se lo pasan bien. Nos une la pasión por la música, sin eso no hubiésemos durado ni dos meses. Creo que ese el secreto de nuestro mayor o menor éxito.
A menudo pensamos poco en lo profesional, supongo que también es lo que nos mantiene unidos, pero es verdad que ya hemos traspasado el límite de ver esto como un hobby, ya se nos exigen ciertas cosas y nos planteamos objetivos, pero lo vemos con un juego, una aventura.

Lleváis más de una década juntos en activo ¿Cómo ha evolucionado Embusteros desde que empezasteis hasta el día de hoy?

Realmente ha evolucionado muchísimo, aunque quizá nosotros no somos tan conscientes de ello. Sí que es verdad que tocamos mejor que la primera vez (ríe).

Creo que nuestra virtud es que musicalmente no nos hemos encasillado y hacemos siempre lo que nos apetece, lo que nos gusta. No seguimos una moda o una tendencia concreta. Además, en este último álbum nuestro productor Manuel Colmenero ha forzado la evolución, de lo cual estamos super contentos.

La palabra que define a Manuel es exigencia, y creo que era lo que necesitábamos en ese momento. Queríamos explorar otro horizonte y necesitábamos a alguien que nos exprimiese y nos hiciese currar mucho. De hecho, conocimos a Manuel a través de Gabriel de Shinova y ya nos lo advirtió.

Han sido muchas horas en el local de ensayo y en el estudio, muchísimas, pero ahora vemos los resultados y estamos súper contentos. Hemos hecho el álbum que queríamos hacer pero que no sabíamos que éramos capaces.

 

 

¿Y cómo fue el proceso?

Cuando contactamos con Manuel lo primero que nos pidió fueron 30 temas, una vez los tuviésemos comenzaríamos a hablar de un disco de 10 canciones. Fue como un portazo en la cara. Yo me preguntaba  ¿Cómo vamos a dejar fuera 20 temas? Es una locura. Sabes que solo te vas a quedar con un tercio de todo lo que vas a proponer, porque de lo que saques hay que elegir lo mejor de lo mejor. Algún día tocaremos las que dejamos fuera, tienen que ver la luz, pero para este álbum están las 10 que tenían que estar. Forman parte de un conjunto, de un concepto musical.

Hasta este disco, el repertorio lo habíamos elegido nosotros, y como queríamos cambiar la forma de trabajar, la apuesta fue tal por Manuel que nosotros le presentamos los 30 temas y la selección la hizo él. Estamos muy contentos con la apuesta en general porque es fiel a nuestros principios. Por suerte no somos una banda de ego, creo que eso es fundamental.

Vértigo da nombre al disco y a vuestra gira. Decís que con este single plantáis cara a vuestros temores más profundos. ¿De qué estamos hablando?

Vértigo toma más importancia que nunca como concepto, como este salto al vacío que hemos dado. Aunque también es verdad que lo hemos hecho sin ninguna pretensión. Quiero decir, no sabemos si será nuestro último disco, pero pase lo que pase estamos convencidos de lo que hemos hecho. Si gusta, habrá más, y si no gusta, diremos “Qué discazo nos marcamos”

¿Cuál es el motivo que os hace pensar cada vez que va a ser el último?

Con todos los discos nos lo planteamos, de hecho estuvimos a punto de no grabar este último.

Al final no somos una banda de veinteañeros, sabemos que llevamos una evolución ascendente, pero quizás no tanto como nos gustaría, es muy progresivo.

Hay una inversión económica, un esfuerzo, mucho trabajo detrás, y con el paso de los años te planteas si merece la pena otro. La cabeza nos dice que no, pero el corazón nos dice que sí. En este caso, como siempre, ganó el corazón.

En este último disco habéis tomado una nueva dirección musical ¿Cuál dirías que es el principal cambio en este álbum respecto a los anteriores?

Por un lado, la forma de ver las canciones, creemos que hemos editado mejor que nunca nuestro trabajo. Sin desmerecer a nuestros discos anteriores, que son como nuestros hijos, si algún defecto les podemos sacar es que eran un conjunto de canciones, cada una de su padre y de su madre, no eran un álbum como tal. En este disco hemos logrado coherencia, te lo escuchas de arriba abajo y todo lo que está tiene que estar.

Siempre hemos tenido una característica en nuestro sonido que ha sido el protagonismo de la guitarra. En este último disco hemos aliviado las canciones, nivelando las guitarras y jugando más con la electrónica.

 

 

¿Cómo ha sido la preparación del lanzamiento?

Hemos ensayado mucho en periodos muy cortos. Por el tema logístico, vivimos cada uno en una ciudad distinta, nos hemos metido jornadas maratonianas. Como en el fondo siempre hemos sido de ensayar poco, esto ha sido como el cum laude ¡Nos duelen las manos!

Manuel siempre nos dice que no tenemos cultura de local, cultura de ensayo. Es cierto que si tengo que romper una lanza a favor de mi banda, es que son unos tocones y esto es una ventaja en el directo. Pero una cosa es lo que tú creas que haces, y otra cosa es que cuando llega alguien, un Manuel Colmenero, saca el látigo y dice ¿Pero esto qué es? Ahí es cuando te das cuenta que no ensayabas una mierda.

Un día después de que el disco viera la luz tocasteis en el Sonorama Ibiza ¿Cómo lo vivisteis y como lo recibió el público?

Tocamos al día siguiente de lanzarlo, y la verdad es que fue muy guay. Es cierto que teníamos la fecha de lanzamiento del álbum fijada antes del festival pero cuando nos lo confirmaron dijimos “Oye, pues pa’lante”. A esta altura ya no nos da miedo nada.

Sí que había muchos nervios porque era la primera vez que tocábamos esas canciones, y además, Sonorama Ibiza es un festival muy especial y muy distinto, porque la gran mayoría del público local. De hecho, hubo un momento en el que pedimos que levantasen la mano los que no nos conocían y el 90% no nos habían visto en su vida. Les estábamos cantando unas canciones que no habían escuchado nunca, pero por suerte fue muy bien, nos va a la marcha (ríe).

El feedback de la gente está siendo muy positivo, tanto de los temas que ya hemos lanzado como del resto del álbum, concretamente sobre las letras, de las cuales estamos super orgullosos.

Como hemos trabajado tanto, tengo la sensación de que es el álbum con el que más seguridad nos vamos a subir al escenario.

Tenéis una lista bastante ambiciosa de conciertos por delante, vais a pasearos por toda la península.

Sí, empezamos la gira el 26 de octubre en Valladolid y estaremos tocando por distintas ciudades en 2025, terminando la gira con una traca final el 14 de marzo en Zaragoza, 15 de marzo en Razzmatazz de Barcelona y el 22 de marzo en la Sala X de Sevilla. Por el momento la venta de entradas está yendo muy bien, es algo que nos está alegrando mucho.

Puedes estar muy orgulloso de tu disco, pero al final las entradas vendidas te miden quien eres. Es la forma de evaluar este tipo de proyectos. Si haces una gira y vienen 10 personas a verte, los números no salen y además la ilusión se desvanece. Esta gira en cuanto a ventas de entradas va bastante bien, mucho mejor que en anteriores, y por eso tenemos tantas ganas de empezar.

 

Iñigo López de Ilárraza

Iñigo López de Ilárraza

Redacción

Sònia S.

Sònia S.

Redacción