¿Te Acuerdas? (2024)

  • Perro
  • ⭐️ 9/10
  • Sonido Muchacho

 

No es que nos acordemos de Perro, es que nunca les olvidamos

 

Hace dos años Victoria Sánchez publicaba el libro ‘Murcia Loves Indie’, que recoge todo lo que se ha cocido a nivel musical en la región del Levante desde los 80 hasta los que proliferan como emergentes en la actualidad. Perro tenía que estar en sus páginas sí o sí. Llevan la friolera de casi quince años y actúan ya como padres del emergentismo murciano.

Sí que es verdad que se tomaron un parón en 2019 -que se notó, y mucho- y con el título de su nuevo álbum ‘¿Te acuerdas?’ (2024, Sonido Muchacho) han querido hacer un guiño a ello pero no les hemos olvidado.

Los componentes de Perro son de esas personas que se juntan y conforman un microclima outsider atractivo sin habérselo propuesto. Desde sus singular manía de poner títulos imposibles a sus retoños ‘Tiene bacalao, tiene melodía’ (2013), ‘Estudias, Navajas’ (2015), o ‘Trópico Lumpen’ (2018); hasta la forma de analizar en sus letras una cotidianidad con grandes dosis de cultura popular, que pasa desapercibida a nuestros ojos.

Los murcianos pueden presumir de un estilo propio bien asentado, del que no se apearon en todos estos años (aunque con variaciones de estilo surgidas de la experimentación) y que está también en esta reaparición con nueva cara al frente – la etapa de Miel de Moscas se quemó y han hecho hermandad con el sello Sonido Muchacho-.

Han vuelto al estudio de grabación de sus inicios, como nos contaban en una reciente entrevista, y se nota la mano de Marco A. Velasco en la producción, una de las personas que mejor les conoce y mejor entiende su vibra a la hora de llevar a efecto una idea o un determinado sonido. Así sí. Así yo también me meto a grabar nuevas canciones, porque el factor incertidumbre está fuera de la ecuación, porque hay una comodidad y confianza extremas que suman para lograr un disco tan redondo como ‘¿Te Acuerdas?’. No lo digo desmereciendo esfuerzos, que los hay; pero cuando sabes que hay una red debajo, trabajas mejor y consigues mejores resultados.

 

Que vuelvan a su tierra no significa necesariamente una vuelta a ‘Tiene bacalao, tiene melodía’, pero impepinablemente las guitarras hablan el mismo lenguaje que hace 10 años. Y ese es el triunfo, en parte, de Perro: expulsar melodías en las seis cuerdas, capaces de ser innovadores, sin restar la huella de la banda. Durante todo el disco, las voces exageradas de Adrián y Guille van al paso del tono apelmazado de guitarra, convirtiéndose ellas mismas en otro instrumento más.

‘Escucha Pariente’ sirvió como primer single y la colocan también como bienvenida. La envoltura de sus guitarras bulliciosas la hacen muy poderosa. En ‘Gracias, de nada’ no es un ruido sucio lo que encontramos, pero confluyen en ella una fuerza contemplativa y pausada que contrasta con fogonazos cañeros para que despiertes del letargo y te sitúes de una vez en la nueva propuesta de este cuarteto.

No aparcan el nivel en ‘Coches chungos’. Nunca vas a ser de sus amigos es una de las demoledoras frases que dedican en una letra hecha a partir de los patrones que guardaban, marca de la casa. En esta ocasión, la guitarra hace un viraje hacia finales de los ‘70 que no vimos venir.

El pop con matices sesenteros en una batería acomodada y un estribillo que tira al monte, como la cabra, aparece en ‘Si no revienta’.

Repiten fórmula desde aquí hasta el final del álbum. El sine qua non es siempre potenciar unas guitarras, ya de por sí estridentes, que tienen ligeras variaciones bien orquestadas; matices perceptibles que son los que hacen redondas canciones como ‘Me vas a perder’ -resentidos ellos aquí-, o ‘Me duele España’ (la calidad de este track, llevándolo al funk, es un escándalo). Hay que incluir también en este grupo a ‘Alguien te mira’, hipnótica con esas líneas de bajo tan bien escritas.

Y cierran con el mejor tema posible hecho de psicodelia y punk trasnochado que es ‘Dramones y Mazmorras’.

La vitola de la portada, traída de la mente ¿enfermiza? de Rafillo, (ojo a su serie ‘Querida Conchi’, rock and roll del bueno, del que hay que venir comido de casa) es la perfecta guinda al pastel que vas a degustar en los próximos treinta y ocho minutos de tu tiempo.

Ya no te quedarán dudas de que les habías echado de menos más de lo que pensabas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lorena M.

Lorena M.

Redacción