Sonidos que implosionan en tu interior para poder descansar
Seguimos apostando por la música alternativa indie en el sentido más literal de la palabra, dando respaldo a aquellos músicos que optan por no fichar por grandes disqueras y sacar su música por sus propios medios. De entre todas las propuestas que el sábado 4 de mayo ofrecía la capital nos decantamos por la que Café La Palma tenía en su agenda: Aeronave Adolescente + Ramper.
Aeronave y Ramper son hijos de sellos independientes, aquel con Murmullo Records; y éstos con Humo Internacional, con los que recientemente han reeditado su primer álbum en vinilo ‘Nuestros Mejores Deseos’ (originalmente autoeditado en 2020) y lanzarán el segundo.
No nos escondemos, estamos acoplados a la nave de Dani Valcárcel desde el segundo uno y siempre que podamos acudiremos a su cita anual en la capital, aunque no venga con material nuevo como fue el caso. La música de este gallego, que no pone ojitos a un posible cambio de residencia en Madrid, es un chute de adrenalina en vena que oxigena y limpia tu cerebro de aquella maraña de la que no logras despegarte en tus horas bajas.
Ramper son otro rollo distinto. Trabajan desde la quietud y tienen un poso agridulce en sus letras que, junto a las explosiones de sonido que arrancan como fuegos artificiales en el cielo (que en algún momento de su directo me trajeron a la cabeza esa asombrosa pieza de The Bad Plus ‘Silence is the Question’), te llevan a reflexiones dormidas en tu cabeza, que jamás te habías parado a pensar antes pero estaban allí, esperándote. Su directo es transformador.
Pasadas las diez de la noche apenas se percibía la presencia de Aeronave, parecían los últimos minutos de puesta a punto comprobando la afinación cuando sonaba ‘Nuevas Versiones’ y la gente entraba para coger su sitio favorito. El último minuto de la canción fue un saludo solícito en el que las acertadas notas de guitarra, en un equilibrio imposible, se mantuvieron a ese nivel tomando el protagonismo total hasta el final de su actuación.
Se le veía muy cómodo sobre el escenario, dominando el espacio y disfrutando cuando reproducía la experimentación con la electrónica con la que firmó su primer larga duración ‘Sempre Está Chovendo na Beira do Mar’ (Murmullo Records, 2023). Si bien es cierto que estuvo algo más contenido que cuando presentó el año pasado este debut, la hiperactividad de Valcárcel no pudo reprimirse en ‘Campus Muerte’ donde se quitó las gafas y bailó con su personalísimo estilo.
Las máquinas de ritmos características de su primer LP las llevó atadas a bases pre grabadas en ‘Servicio de Organización’, ‘Pegados No Pavimento’, o ‘Carrera Hacia el Sol’, entre otras, para terminar con el noise pop de ‘Ninguna Respuesta Concedida’, llegando a saturar el sonido de la guitarra al máximo y así finiquitar su aparición encumbrándose en lo más alto.
Se antojó corto el papel de Aeronave sobre el pavimento de Café la Palma, muchos incondicionales en la sala le vitoreaban haciendo patente el crecimiento de seguidores de este manitas del ruido de habitación.
Cuando Aeronave abandonó el escenario, Ramper no dilató mucho más la puesta en escena de su propuesta. Estábamos expectantes. Teníamos ante nosotros 60 minutos de melodías dulces, texturas disformes y largos paisajes instrumentales.
Este cuarteto de Granada se encuadra en el post rock, género surgido dentro de la escena underground de los 80 y principios de los 90.
Se sustentan en piezas instrumentales con muy poca parte cantada, creando texturas y riffs que desembocan en un tsunami de sonidos contemplativos, que llegan a situarte en un estado placentero a la vez que estimulante, para después devolverte a la orilla de nuevo y continuar en una espiral cíclica sin importar el tiempo que estés en ella.
Fueron muy generosos en su setlist porque cuatro de los siete temas que tocaron eran nuevos. Subieron junto a Elvira Simancas, la clarinetista y saxo que ya estuvo en la grabación del primer disco y estará también en el que grabarán este año.
Los instrumentos de viento aportados por esta estupenda músico daban una epicidad aún mayor en el momento del climax de ‘Nuestros Mejores Deseos’ o en las partes cantadas de ‘Día Estrellado’ (una de las cuatro nuevas).
La presencia de la batería fue fundamental para transmitir las emociones que provocan temas como ‘Amalola’ o ‘Pánico en Las Calles’. Estas dos canciones llevadas al directo te dejan atrapado por la condensación que se crea con el sonido de los instrumentos de cuerda.
El bajo y las guitarras estallaron siendo aporreadas sin mesura por Ángel, Antonio y Álvaro, y ver a los tres en modo catarsis shoegaze fue hermoso.
Lo que tienen guardado para el álbum que saldrá a finales de año (información que no se sabía hasta ahora) es otro ejercicio de estructuras complejas como pudimos comprobar en la parte que tocaron de ‘Un Miembro Fantasma’, donde la atmósfera creada encandiló a todos los que allí estábamos, una atmósfera que los acerca a los Sigur Ros de ‘Untitled #8’.
‘Los Ojos de los Demás’ y ‘Poderoso Puño’ fueron los dos temas nuevos con los que se despidieron, llegando casi al filo de la medianoche.
Ramper convencen a la primera escucha. Fue mi primera vez viendo su directo y me fui a casa colapsada de tranquilidad. Su música te sumerge en algo que no puedes denominar pero sabes reconocer, ese descanso después del ruido, ese malestar soportablemente familiar en alguna de las letras.
Dos proyectos antagonistas, a primera vista, que tienen en común más matices y complejidades de lo que parece.
A la Aeronave le seguiremos la pista a través de sus redes sociales donde anunciará nuevo material. Y Ramper tienen tres próximas fechas entre manos este mes, así que compra tu entrada.
Lorena M.
Redacción